CAPÍTULO 22

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"Siempre hay algo de vida en la muerte y la muerte siempre lleva consigo un poco de vida"

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"Siempre hay algo de vida en la muerte y la muerte siempre lleva consigo un poco de vida"

...


Oscuridad, silencio y vacío.

Un espacio inmenso y frio donde mi cuerpo flotaba a la deriva, eso era todo lo que sentía.

Abrí los ojos lentamente, mientras pequeñas estelas de luz blanca flotaban a mi alrededor como motas de polvo en el vacío. Me moví sin prisa mientras flotaba en la inmensidad de la nada.

- ¿hola?... ¿hay alguien? – silencio.

Miré en todas las direcciones, pero el enorme lugar parecía no tener fin

- Grandioso. Otra vez aquí – dije pesadamente. Pero noté que, a diferencia de la primera vez, en ese momento si tenía mi cuerpo. Sabía quién era y aún tenia mis recuerdos... o parte de ellos.

Aquel no era el inquietante vacío al que Masters me había arrojado. Este lugar se sentía diferente, menos asfixiante, menos desolador conforme avanzaba el tiempo.

Me moví tratando de ir a algún lado. Floté sin rumbo hacia donde la luz se iba intensificando hasta aclararlo todo

- Hola – dije cubriendo un poco mi rostro al acercarme cada vez más a un punto de donde la luz parecía surgir - ¿pueden ayudarme a salir de aquí? No reacciono bien cuando caigo al vacío... creo que me da mal humor ... ¿hola? –

La figura de una niña pequeña que corría libre, pasó de prisa atravesando mi cuerpo.

La niña reía mientras, tras de ella, todo se iba formando. Un árbol, el césped, las flores. La niña parecía el pincel que iba llenando aquella enormidad de formas y colores. La seguí con la mirada mientras su risa sonaba por todo el lugar. Luego la voz de una mujer sonó tras de mí

- Eso es, pequeña. Ahora ven por mí ... ¡a que no me atrapas! –

Me quede allí paralizada ante aquella mujer. Se veía tan hermosa con su cabello castaño cayendo por sus mejillas y sus ojos grises mirando con dulzura a la pequeña que corría de vuelta hacia ella. Era mi madre.

Miré de nuevo, viendo como la niña se lanzaba a sus brazos. La mujer la tomaba con dulzura y ambas giraban riendo hasta que se fundían en un cálido abrazo

- Mamá... - dije llevando mi mano hacia el rostro de la mujer

En cuanto mis dedos rosaron su mejilla, aquella visión estalló en miles de imágenes que lo cubrían todo. Recuerdos de mi infancia con mi madre y mi padre se veían por todo el lugar.

La mujer corría feliz con la pequeña de mis recuerdos de un lado a otro.

Al girar un poco la misma mujer le contaba historias antes de dormir o le hacia alguna broma con tal de hacerla reír

The Ghost   [ Re subiendo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora