Juana Pachari estaba escuchando música con sus auriculares, sentada en el asiento trasero junto a la ventana del auto de uno de sus compañeros de la escuela de moda y
confección. Habían tenido unos días libres de receso y quisieron aprovecharlos yendo a la costa. Pero sus planes fueron suspendidos, dado que apenas llegaron a su destino, unos hombres de traje y corbata les ordenaron regresar, por motivos de seguridad.La chica de rizos trabajados miró un instante el nombre de la lista de reproducción en su teléfono, "Para Miki", cargada de canciones de sus artistas favoritos. Estaba preocupada por su amiga, de la que no había tenido novedades desde el día que atacaron Buenos Aires. Afortunadamente, su familia estaba a salvo. También lo estaba Gonzalito, el hijo que su papá había tenido con otra mujer. Parecía que todo apuntaba a resolverse. Sus papás volvieron a hablar. Aquella paz algo melancólica fue abruptamente interrumpida cuando vieron un par de luces acercarse detrás de ellos.
Una camioneta negra estaba aproximándoseles, a toda velocidad. Lograron esquivarla, dejándola continuar. Juana hizo un esfuerzo para distinguir a la distancia quién estaba manejando, y se sintió alarmada al ver que no había un conductor. Se abrió el techo corredizo de la camioneta y por ella se asomó un hombre delgado, de cabello rubio, portando un arco y una flecha. Estiró la cuerda del arco y apuntó. Los estudiantes se agacharon, asustados ante la posibilidad de ser alcanzados por la flecha.
La cuerda del arco tensada liberó una flecha a toda velocidad que se partió en múltiples proyectiles, pero ninguno había dado con su auto. Suspiraron en alivio, Juana agarrándose el pecho del susto que había pasado, cuando sintió algo subirse al techo del auto en el que iban y saltar, dirigiéndose a la camioneta negra que tenían en frente.
Era una mujer, de cabello negro adornado con flores y lazos y vestida con un largo kimono rojo con figuras de rosas doradas. Pensó por un momento si la camioneta y la mujer que corría a toda velocidad estaban relacionadas con Miki. La mujer esquivaba las flechas disparadas por el hombre, hasta que una de ellas llegó a alcanzarla en la pantorrilla, haciéndola caer y rodar por el camino. El auto en el que los estudiantes iban sintieron un golpe fuerte cuando pasaron por encima de la extraña mujer, que rápidamente se reincorporó. Juana pidió que detuvieran el auto y se hicieran a un costado, perdiendo de vista a ambos.
La camioneta atravesó Villejuif con rapidez, dirigiéndose hacia la capital francesa. Dentro del vehículo, Ciro pasó al asiento delantero intentando recobrar el control del vehículo, esquivando el tránsito, mientras eran perseguidos por Gekko, la esbirro del cuentacuentos.
- ¿Qué mierda acaba de pasar? ¿Dónde está Gabriela? - Javier se preguntó, trayendo a Natalio de vuelta dentro del vehículo. Habían estado recorriendo el camino desde Marsella hasta París sin ningún percance, pero la repentina aparición de Gekko en el camino tras la desaparición de la ingeniera los dejó alarmados
- Cuando Gabriela desapareció, Junior se puso en modo de suspensión. Solamente está activo si Gabriela está cerca. Miki se convirtió en una fuente de entropocitos que Junior no puede filtrar - Explicó Ciro, habiendo tomado el volante y pisado el acelerador, sacando el vehículo de piloto automático
- ¿Tendremos oportunidad de ganarle sin Junior? ¿Tienes idea de lo que puede haber pasado?
- Intentaremos todo lo posible. Encontraremos a Gabriela para poder encenderlo - Respondió Natalio, buscando un hechizo en un libro
Javier tomó a Miki por la cara y levantó su bandana. Eran las 12:05 de la noche, y su mensaje había cambiado hacía unos minutos. En su frente podía leerse "43/251: Mayéutica". El exorcista se preguntó que era lo que el mensaje en la frente de la joven significaba. Ciro apuró a contestar que era algo relacionado a que el conocimiento está dentro de uno mismo y que podías descubrirlo a través de preguntas de un tercero. "Es algo así como dar a luz el conocimiento, que tenías escondido todo este tiempo", explicó. Sin comprender mucho, el hombre de traje volteó a su asiento, dándose cuenta que Natalio no estaba allí.
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OBRA DEL CUENTACUENTOS
Ciencia FicciónAño 2076, Ciudad de Buenos Aires. Una estudiante de secundario, Micaela Bananza, se enfrenta a un nuevo desafío cada día cuando amanece con un mensaje indeleble en su frente que modifica la realidad. ¿Dé dónde vienen los mensajes? ¿Cuál es su signif...