Micaela llegó al colegio esa mañana, extrañada por no notar aún ningún efecto provocado por el mensaje de ese día, algo más aliviada. Encontró a Juana sentada, corrigiendo una asignación para ese día. Se sentó junto a ella y acomodó sus cosas sobre el pupitre.
- ¿Cómo está tu viejo?
- No sé. Medio tristongo. Tuvo una discusión con mi mamá anoche y durmió en el sillón. Una boludez igual. Ya se le va a pasar - Comentó Juana sobre su padre, sobre el que había enviado mensajes a Miki anoche, pero no había respondido
- Perdón por no responderte los mensajes. Estuve ocupada con la tarea y... los asuntos...
- En fin - Quiso cambiar el tema de conversación - ¿Qué te tocó hoy? - Volteó a verla dejando de lado su carpeta y sus remarcadores coloridos
- Eso es lo raro. Me quedé despierta hasta las 3, porque el mensaje es "Teléfono" y pensé que algo podría estar sucediendo con mi celular, pero no encontré nada extraño, a pesar de haberlo revisado por completo, 4 veces...
- Mhmm - Pensó Juana durante unos segundos cruzándose de brazos - Capaz que hoy no sea la gran cosa. Yo que vos no me preocuparía mucho. Además, hoy tenemos una juntada con tu nueva amiguita. Lo mejor es que no se dé cuenta si es que algo sucede
- Tenés razón... y hablando de Roma...
- ¡Hola chicas! ¿Cómo están el día de hoy? - Apareció de repente Ivana, muy animada, junto a ellas - ¿Cómo es eso de Roma?
- Nada Ivi. Estamos muy bien. Emocionadas, por lo de hoy - Evadió Miki
- ¿Por qué? ¿Qué pasa hoy?
- ¿Cómo que qué pasa hoy? Nos invitaste al refugio. Vamos después de clases
- ¡Ah eso! ¡Perdón! Si, si vamos - Rebuscó entre su bolsito y les entregó un papelito de colores - Esta es la entrada. Sin ella, no pueden pasar - Escuchó su nombre ser llamado del otro lado del aula y se dirigió allá de inmediato
- ¿Para qué serán las entradas? - Preguntó la pecosa
- Yo creo que son un lindo detalle. Y son de papel reciclado. Muy bien por nuestra amiga, la ecológica
La clase transcurrió de manera habitual. Ese día tuvieron clase de química, lengua con el profesor pelado, y estética contemporánea, la favorita de Juana. Miki tuvo la oportunidad de hablar con Marco nuevamente, quien parecía muy alegre porque su profesora de teatro había reconocido mejoras en su papel como "el antisocial que incendiaba el colegio" e inclusive, le permitió hacer algunos ajustes para desarrollar al personaje de una manera un poco diferente. La muchacha prometió ir a sus ensayos el domingo, y al terminar, tendrían otra cita.
Sonó el timbre que indicó el fin de la jornada escolar y todos los estudiantes se apuraron para disfrutar de aquel viernes. Miki y Juana se reunieron con Ivana para decidir cómo irían hasta el refugio.
- ¡Oh! No se preocupen por eso. Nos tomamos el colectivo y nos deja en la puerta. Son unos 10 minutitos de viaje
- Dale. Nos parece bien - Contestó Miki, terminando de acomodar la mochila - Che, ¿Me esperan afuera que me voy al baño?
Mientras Juana e Ivana la esperaban fuera del colegio, Miki escuchó un extraño ruido que no había escuchado en mucho tiempo. Terminó sus asuntos y se puso a buscar la fuente de ese ruido. Provenía del interior del baño, y sonaba durante un momento para callarse y volver a sonar. La joven reconoció que aquel sonido era el de un teléfono de línea. Su abuelo tenía uno en su casa, y recorrió las divisiones del baño hasta entrar en la última, la cual se había convertido en una cabina telefónica. Miki recordó el mensaje de esa mañana y creyó que estaban más que relacionados. Se acercó al teléfono y lo atendió.

ESTÁS LEYENDO
OBRA DEL CUENTACUENTOS
Ciencia FicciónAño 2076, Ciudad de Buenos Aires. Una estudiante de secundario, Micaela Bananza, se enfrenta a un nuevo desafío cada día cuando amanece con un mensaje indeleble en su frente que modifica la realidad. ¿Dé dónde vienen los mensajes? ¿Cuál es su signif...