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Miércoles otra vez.

El horario del desayuno los abrazaba, les daba un segundo de paz entre una aburrida y una terrible clase.

El asiento rodeaba la mesa, formando una «c». Cómo de costumbre Yamilet y Alatz estaban sentados en los extremos, dejando a un Jerry muy bien protegido en medio de ellos.

Los Alfas se limitaban a un té ó fruta, tal vez un jugo de naranja, para bajar las ansias de sus padres por una buena alimentación, en realidad, eran mucho más fanáticos de los almuerzos abundantes.

Les daba un poco igual el desayuno, siempre tenían energía de todas formas.

Por otro lado, Jerry tenía un desayuno un poco más completo. No tenían mucho tiempo, pero el Omega se las arreglaba para comerse todo y no atragantarse.

Alatz y Yamilet tenían ésto de mantener sano a su amigo, y si eso era un buen desayuno, controlarían que se lo acabara todo.

-  Me ofrecieron una beca en la UNAM... - comentó Yamilet y le dió la última mordida a su manzana.

- ¡Qué bueno! Entrarás más fácil. - felicitó Jerry con una sonrisa, antes de volver a llenar su boca con comida.

- La voy a rechazar.

Alatz levantó una ceja, alejando la taza de té de sus labios. Jerry lo miró sorprendido, masticando más lento.

Rebeca, Joel y Zoe, los tres hermanos mayores de Yamilet, eran estudiantes de derecho, 3 futuros abogados. Yamilet quiere ser odontóloga, y era libre de serlo.

¿Por qué rechazaría una beca para la universidad a la que quiere entrar? Quedaba muy poco tiempo para que acaben las clases y sería hora de probarse en las universidades.

- Pero... Tú quieres estudiar ahí. - murmuró Jerry desconcertado luego de tragar.

- Quería. Lo pensé mejor. - Yamilet se encogió de hombros y miró a otra parte -. Iré a EEUU con los chicos. Yei.

Jerry apoyó su cabeza en el hombro de Alatz y suspiró. Alatz sólo mantuvo la vista fija en las expresiones de su amiga, no tenía que ser adivino para saber que no era sincera.

- Eres una pésima mentirosa.

Yamilet volteó a mirarlo confundida, entrecerrando los ojos.

Alatz le dió otro sorbo a su té, miró a Jerry un segundo. El Omega le sonrió cálido, Alatz le hizo una seña para que siga comiendo. Jerry se apartó un poco molesto, continuando con su desayuno.

- Te conozco cómo la palma de mi mano. No podrías mentirme, aunque quisieras, ya sabes, demasiado tiempo juntos por 12 años.

Yamilet negó con el ceño fruncido.

- Ya dilo, Alatz.

- ¿Que quieres que diga? Es tu vida, tú decides cómo quieres vivirla, aunque eso te haga infeliz.

- ¿Tú que sabes sobre lo que me hace feliz ó no? - Jerry apretó sus labios al oír el tono de voz que comenzaba a usar la Alfa -. No puedes saberlo todo sobre todos, Alatz.

Alatz sintió el rumor de un gruñido en el pecho de Samuel. Él sólo parpadeó y le dió otro sorbo a su té. Yamilet gruñó bajo un poco fastidiada.

- No puedo saberlo todo de todos. Sólo sé cosas sobre tí. - Alatz relamió sus labios. Yamilet pronunció su ceño, Jerry se limitó a mirarlo -. Usemos nuestra pizca de madurez en algo, no me gustaría que peleemos por algo tan tonto, Yami.

ALATZ II // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora