ALATZ II // Adaptación Emiliaco Omegaverse

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Alatz se mecía un poco con su hermanito sentado en su regazo. Asher estaba algo somnoliento, por las caricias en el cabello que su hermano le daba.

Yamilet, Jerry y Alan estaban sentados junto a ellos, en el mismo banco. Jason y Patrick sentados frente a ellos, en sillas. Trataban de hablar para no estar en silencio, Asher debía estar despierto hasta que llegaran sus padres.

Todo hacía eco en esa enfermería, el murmullo de sus voces y el delicado ruido de la doctora escribiendo se oían claro.

Ally, la doctora, les daba una mirada cada tanto. No pudo evitar que se instalaran allí, Asher no dejaba de llorar y no quería estar en la camilla, al parecer se sentía más cómodo cerca de su hermano.

El Omeguita nunca fue bueno con la sangre, y la parte inferior de su cara tenía bastante, poca, sangre para aterrarlo. Ally le alcanzó a poner algodón en la nariz, antes de que los Alfas y el Omega irrumpieran en el lugar.

Un portazo después, Emilio estaba dentro del lugar, con su ceño fruncido y preocupado.

Cachorro. 🐺

¿Dónde está? Hay que cuidarlo, Emilio. Encuéntralo. 🐺

La respiración Aristóteles era pesada, posesiva, estaba enojado. El lobo sólo necesitaba comprobar por sí mismo que su lobezno estaba bien.

Emilio inspeccionó el lugar buscando a su hijo con la vista. Lo halló en brazos de Alatz, los ojos del Alfa brillaron, gruñó preocupado, y todos los jóvenes presentes bajaron la cabeza.

Emilio dió dos pasos y estaba levantando con cuidado a Asher de los brazos de su hijo mayor. Aristóteles gruñó alto, notando a Samay un poco perdido.

- ¿Cómo te sientes, bebé? - le preguntó Emilio bajito, acariciando sus ricitos, logrando que Asher enrosque sus piernitas en su cintura y envuelva su cuello con sus brazos.

- Mareado, papi... - susurró el Omega. Ronroneó cuándo sintió el aroma a menta rodearlo.

- Buenos días, Emilio. - saludó Ally. Desvío su mirada hasta Asher -. Él vá a estar bien, la pérdida de conciencia fué producto del golpe al caer. El sangrado debe de haberse terminado ya. - Emilio caminó hasta ella, sosteniendo con fuerza a su hijo -. Te recomiendo llevarlo a casa y vigilarlo por hoy, si en el trascurso de hoy y mañana no presenta ningún síntoma no será necesario llevarlo al hospital.

Emilio asintió, acariciando la espalda de su hijo cuándo éste negó y se apretó un poquito más a su cuello.

Asher odiaba el hospital, el olor que había allí lo ponía nervioso. La mayoría de las cosas lo hacían sentir nervioso de hecho.

Mi cachorrito... Deberíamos buscar a quién lo golpeó y... 🐺

Es un niño, Aristóteles. Los accidentes pasan, era gimnasia.

Aristóteles gruñó.

No es cualquier niño, es mi niño. 🐺

Lo sé, también estoy enojado, preocupado. Pero no podemos intimidar a un niño de 14 años por equivocarse una vez en gimnasia.

- Gracias, Ally. - La doctora le sonrió -. Así qué... el último en la lista, ¿no? - se rió un poco el Alfa para calmar sus nervios.

La doctora compartió su risa, débil. Asher era el único hijo de Emilio y Joaquín estudiante de aquella escuela, que no había atendido. Alatz visita el lugar desde los 13 años, nada grave, pero siempre acababa allí. Alan estrenó su primera visita el segundo día en la institución, saltar desde ese escalón no fué una buena idea, debió bajar las escaleras con calma.