Capítulo XXVI: Contrato

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Creer que sería fácil, fue sin dudarlo su mayor error, no debía subestimar a personas tan retorcidas porque siempre será una mala sorpresa lo que sus mentes serían capaces de ingeniar con tal de salvarse el pellejo y aquello, Momo acababa de descu...

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Creer que sería fácil, fue sin dudarlo su mayor error, no debía subestimar a personas tan retorcidas porque siempre será una mala sorpresa lo que sus mentes serían capaces de ingeniar con tal de salvarse el pellejo y aquello, Momo acababa de descubrirlo.

Eran las doce de la noche, ¿o quizá ya era de madrugada? No estaba segura, no quería ver la hora si era sincera, porque sentiría que estaba perdiendo el tiempo y ella odiaba perder esos preciados minutos que podría ocupar para otra cosa. Esperaba ahí, sentada en medio de la sala, con el televisor encendido a un volumen muy bajo, planeaba mantenerse en vela hasta conseguir noticias de sus hombres o escuchar por la radio que la operación estaba en marcha.

Apoyó su rostro sobre su mano, observando aquel programa de variedades tan extraño emitirse, parpadeaba con cansancio, sus ojos ardían un poco, pero se sentía comprometida con ayudar a aquellos que tanto daño causó y secretamente, estaba motivada por una venganza a largo plazo que tendría contra todas aquellas personas que dañaron a su delta.

A su hermosa delta, su Sana que poco a poco se encontraba dándole una oportunidad de entrar en su corazón, siendo tan cautelosa con cada una de las acciones que la alfa hacía, sin dejarse llevar por aquella fantasía idílica que le ofrecía o por los bienes que consiguiera para ella, porque como bien se lo dijo desde un principio.

«No te necesito para sobrevivir, sola puedo con mis niños, y si acepte darte una oportunidad era porque me ofrecías lo único que no podía conseguir sola, mi libertad»

Momo estaba satisfecho con la persona que Sana resultó ser, tan sincera y bien encaminada, buscando mejorar cada día; la delta en cuanto se enteró del negocio que las hermanas Hirai-Lee tenían, intento trabajar para ellas, saldar su "deuda" con su trabajo, pero ambas se negaron, dejando a Sana descansar dentro de casa. Ahora, la delta tomó la responsabilidad de todos los quehaceres del hogar, haciéndose dueña de casa sin que la alfa siquiera lo notará, y ahora a donde volteará, todo tenía un "toque Sana" por casa.

—¿Aún sigues despierta? —cuestionó una voz ronca desde el pasillo, Momo volteo en su dirección, notando como una despeinada Sana avanzaba a paso lento hasta donde ella se encontraba.

La alfa se hizo a un lado para permitir que la somnolienta delta pudiera recostarse en el sofá junto a ella, teniendo segundos después el calor del cuerpo ajeno chocando con el suyo —Jaemin aún no me da noticias, ¿qué haces tú despierta?

—No estabas en la cama, solo quise ver si todo iba bien

Momo sonrió, enderezándose en su lugar para así poder pasar un brazo sobre los hombros de la mayor, acercándola más a su cuerpo —No te preocupes, todo marcha en orden, deberías volver a la cama

Sana bostezo —Tú también deberías ir a la cama, no es tan cómodo dormir sola después de acostumbrarme a compartir la cama con cierta alfa que ronca

Limbo || minchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora