Capítulo XXVII: Limbo

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(la primera parte del capítulo esta narrado desde la perspectiva de Christopher, es decir, en primera persona)

Tenía miedo, frío y mucha sed, pero claro, yo mismo me había buscado estar en esta situación, sintiendo como los temblores de mi cuerpo aumentaban el escozor que sentía en mis rodillas tras estar tanto tiempo arrodillado contra el suelo, sentía la...

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Tenía miedo, frío y mucha sed, pero claro, yo mismo me había buscado estar en esta situación, sintiendo como los temblores de mi cuerpo aumentaban el escozor que sentía en mis rodillas tras estar tanto tiempo arrodillado contra el suelo, sentía las heladas ventiscas calar mis huesos y el peso de esas cadenas herir aún más mis hombros.

Estaba tan agotado, ya no podía más, pero sabía que esos lobos no se compadecerían de mí, porque ya no quería ser salvado, esa fantasía se esfumó de mi mente con rapidez, lo que ahora anhelaba era morir y acabar con este sufrimiento, con esa jodida tortura física que me tenía aislado en una húmeda habitación, rogándole a la luna que detuviera todo esto.

Pero no corría con tanta suerte como para que alguien simplemente diera un mal golpe y acabará asesinándome, al contrario, el hecho de recibir alimento cada ciertos días me dejaba ver que no planeaban darme un descanso de tanto, sino que la "venganza" de la que tanto hablan, era torturarme hasta que simplemente quedará sin lágrimas o sin sangre, lo que se acabará primero.

Para mi infortunio, ninguna de esas dos opciones parecía acabarse pronto.

Estaba a ciegas en esa habitación, tiritando en la esquina alejada de la puerta, sabía esto último porque los pasos de los guardias que custodiaban el lugar se escuchaban lejos y mi memoria no está tan deteriorada como para engañarme con lo que viví, así que era plenamente consciente de que me encontraba encerrado en una habitación, a ciegas y sin posibilidades de moverme.

Qué linda forma de morir, ¿no?

Desde el video que grabaron para enviarse a Minho, matriarca había vendado mis ojos y patriarca apresado mis extremidades con demasiada fuerza, al punto donde creo que tengo una muñeca rota, pero no tengo forma de comprobarlo, deje de sentirla ya hace días. Eso me dejaba arrodillado sobre un cartón, expuesto a quién sabe qué, porque ni siquiera era capaz de ver, solo de escuchar como mis verdugos se paseaban por ahí.

Ese día fue como todos los putos días venían siendo desde que me apartaron del lado de Minho, sin comida, sin agua, sin posibilidades de ir al baño, solo estar ahí, de rodillas hasta que algún guardia entrará con la polla al aire para "satisfacerse" con la puta encerrada, o también había aquellos que venían a "desestresarse" conmigo, golpeándome.

Ahora nadie abogaba por mí, tampoco procuraban ser cuidadosos con las zonas que golpeaban, mi cuerpo ya no les era útil, sólo era un estorbo para su plan de escape, por lo que me tocaba aguantar todo tipo de abusos sin imponer una queja, tampoco es como si pudiera modular esa queja.

Estaba amordazado, con los labios reventados y la lengua seca, así que me consideraba mudo a este punto.

Fue uno de esos días donde debía aguantar el hambre y la sed, cosa a la que antes estaba acostumbrado, pero ahora... ahora no, todo el tiempo que viví junto a Minho tuve mis tres comidas todo el tiempo, con el enigma haciendo de todo para que fuera a mi gusto, me tenía tan malcriado que erradico de mi sistema todo mecanismo de defensa ante el hambre, por lo cual ahora debía soportar esos retorcijones debido al hambre y ese puto dolor que me revolvía las tripas.

Limbo || minchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora