Capítulo XI - Conjunto unitario

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Perdió el control de su vida

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Perdió el control de su vida.

Christopher sentía eso, aunque claro, tampoco es como que pudiera tener mucho control sobre sus acciones cuando hay dos lobos despiadados que toman sus decisiones por él. Y no se refiere al hecho de que lo obligaban a cambiar su corte de cabello o a pasar por procesos estéticos que mínimo eran incómodos.

Si no al hecho de que gracias a ellos, va a perder a sus bebés, a las únicas personas en el mundo que sabe jamás dejarán de amarlo, pero así es como se juega dentro de centro, si quieres algo, debes dejarlo ir para preservarlo o de lo contrario matriarca acabará quitándoselo.

Por eso mismo es que tomó la decisión de revivir sus épocas doradas, colándose detrás de las paredes donde nadie podía verlo. Había dejado a Changbin y Seungmin con Sana, mientras se escabullía a hablar con un par de lobos que no sabía si estarían felices de verlo.

Asomó su cabeza en el pasillo, notando como este se encontraba oscuro y desolado, avanzó con cautela, girando su cabeza a ambos lados, buscando su objetivo, contó las puertas hasta dar con la deseada.

Az10, la sala donde siempre encontrarás a los alfas jugando póker.

Christopher creía que matriarca desconocía lo que pasaba detrás de las paredes, porque en su mente no cabía la posibilidad de que la mujer permitiera que sus deltas se dejarán usar sin obtener alguna remuneración a cambio; pero esa zona estaba ahí, existían y a pesar de que sus líderes no la probarán, seguiría funcionando.

El pelinegro abrió la puerta, vislumbrando dentro a un par de guardias en torno a una mesa y como entre ellos relucían cabezas delta, no se enfocó en ellos, tenía otra misión y tampoco es como si su vientre abultado le permitiera hacer sus jugadas con aquellos estúpidos alfas.

Paso al lado de aquella mesa, sintiendo las miradas de los alfas sobre su cuerpo, no volteo en su dirección, ignorándolos de manera campal. Avanzó hasta el fondo de la habitación, donde deducía se encontraría con su objetivo; al fondo de todo tres alfas se encontraban fumando, ajenos al escándalo que la jugada de póker ocasionaba, Christopher se dirigió hasta ellos, deteniéndose a unos pasos de distancia sin reales deseos de ser golpeado por las nubes de tabaco que expulsaban aquellos hombres.

—Christopher —le saludó uno de ellos, dejando su cigarrillo de lado —¿Qué te ofrezco?

—Jackson, venía a hacer un par de averiguaciones contigo

—¿A sí? —el alfa alzó una ceja, cruzando sus brazos sobre su pecho, sus acompañantes se hicieron a un lado, dando total espacio al lobo —¿Qué quieres saber?

—Un pajarito me contó que continúas sacando crías de aquí, ¿cuál es tu precio?

—¿Mi precio? Para tu boquita bonita puedes deducir cuál es —murmuró el alfa, acercándose hasta posar su mano sobre los labios del menor, quien se dejó hacer a conocimiento de lo que realmente buscaba aquel alfa.

Limbo || minchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora