Profaname Alfa.(KookV)

Extra 10.

🌸 Extra 10.

El Alfa rozó los labios del Omega, apenas tocándolos, dejando una sensación de necesidad—. Quiero profanarte, mi amor, y que todo el edificio escuche cómo gimes mi nombre. Quiero que todos sepan que eres mío y solo mío —sus palabras eran una mezcla de promesa y declaración, su voz cargada de pasión y posesividad.

—Profáname, Alfa —las palabras se deslizaron de sus labios en un susurro, temblaba ligeramente, anticipando lo que estaba por venir. La sumisión y el deseo se entrelazaban en su voz, creando una melodía que solo Jungkook podía interpretar.

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Mientras Sunoo y Bogum subían al ascensor, el silencio entre ellos era tenso y cargado de frustración. Sunoo, con el ceño fruncido y los puños apretados, lanzaba miradas de odio hacia el suelo, su mente revuelta por la humillación sufrida. Justo antes de que las puertas del ascensor se cerraran, el Omega lanzó una última mirada a la puerta de la oficina de Jungkook y murmuró con veneno en la voz:

—Juro que me las vas a pagar, Jeon Jungkook, tú y ese maldito Omega.

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Sin más palabras, Jungkook lo levantó, sintiendo el peso ligero de su Omega en sus brazos, y lo llevó hacia su escritorio, decidido a cumplir la súplica de su amado. Depositó a Taehyung sobre el frío cristal del escritorio, creando un contraste con el calor de sus cuerpos. Los documentos y objetos que antes ocupaban el espacio fueron desplazados sin cuidado, convirtiendo el lugar en un altar improvisado para su amor.

—Eres mío, solo mío  —murmuró Jungkook, sus ojos oscuros ardiendo con deseo, mientras sus manos recorrían el cuerpo de Taehyung con urgencia.

El Omega jadeó suavemente, sintiendo cómo los dedos de Jungkook desabrochaban su camisa, cada botón liberando más de su piel al aire y al tacto del Alfa. Sus corazones latían en sincronía, y cada respiración se volvía un eco de la otra, llenando la oficina con una atmósfera cargada de pasión.

—Voy a marcar tu hermoso cuerpo, para que todos sepan que me perteneces solo a mí —murmuró Jungkook sobre aquella marca, su voz cargada de una intensidad peligrosa. Para él, no era suficiente. Necesitaba más. El simple hecho de que Bogum hubiera posado sus ojos en Taehyung hacía que una furia posesiva le ardiera en las venas.

—Mi cuerpo es solo tuyo, Kook... —susurró Taehyung, su voz quebrándose por la anticipación. Sus manos temblorosas se aferraron con fuerza a los hombros del Alfa, buscando anclarse a la realidad mientras su cuerpo reaccionaba con pequeños estremecimientos ante el remolino de sensaciones que lo invadían.

Los labios de Jungkook descendieron con hambre hacia el cuello del Omega, dejando una estela de besos ardientes y mordiscos suaves que provocaban pequeños jadeos de Taehyung. Sus manos, grandes y firmes, se movieron con determinación, despojando al Omega de su camisa con una mezcla de urgencia y cuidado. El contacto de piel contra piel encendió algo primitivo entre ellos, intensificando aún más la pasión que compartían.

—Te amo —murmuró Jungkook contra la piel caliente de Taehyung, su voz ronca y desesperada, cargada de una emoción cruda que lo hacía temblar. Sus manos recorrieron con devoción cada curva y línea del cuerpo del Omega, memorizando cada rincón como si fuera la última vez que lo tendría en sus brazos.

Taehyung dejó escapar un gemido suave, su espalda arqueándose con anhelo mientras buscaba desesperadamente más cercanía con Jungkook. La necesidad de estar más cerca de él, de sentirse uno con su Alfa, era evidente en cada pequeño movimiento que hacía. Los labios de Jungkook encontraron los suyos una vez más, y se besaron con una intensidad abrasadora, como si el mundo se hubiera desvanecido a su alrededor. Ambos se perdieron en la vorágine de emociones que los envolvía, consumidos por la pasión que ardía entre ellos.