Cap. 15: Olive

8 2 0
                                    


Cuando salimos atropelladamente de casa por la vuelta inesperada de mi madre, Ashley yo nos montamos en su coche y Jacob cogió el suyo para ir todos directos al instituto. Lo que en un principio parecía que nos iba a llevar mucho más tiempo, se había visto minimizado por el hecho de que mi madre apareciera sin previo aviso en casa, que vale, yo tampoco debería haber estado... pero no dejaba de ser sumamente sospechoso todo. Estoy segura de que me había dicho la noche anterior que tenía turno de mañana y la cocina del Mushroom estaba en perfectas condiciones entonces.

Llegamos al instituto y me despedí de Ashley porque ella tenía otra clase diferente a la mía, pero no sin antes asegurarme de que estaba bien para poder dejarla sola. La pobre no estaba nada bien, esa era la verdad, seguramente hubiera necesitado de muchas más horas para desahogarse de todo eso que le encogía el corazón y las entrañas ahora que su vida se iba por el retrete, pero si no queríamos llamar la atención (más aun de lo que ya la habíamos llamado faltando a las primeras clases), teníamos que retomar la "vida normal" cuanto antes, así que en cuanto la vi medianamente recompuesta, tomamos dirección cada una hacia su clase.

Quedamos en que por la tarde iríamos al centro de planificación familiar para que le explicaran las distintas opciones (que, por otra parte, yo veía muy claras: tenerlo o no tenerlo) y saber también en qué punto nos encontrábamos, es decir, de cuántas semanas de embarazo hablábamos, para tener todavía más claras las alternativas y de cómo transcurría este. No voy a negar que, aunque mi intención era acompañarla como apoyo moral, también quería informarme acerca de los distintos métodos anticonceptivos y un poco también, para si alguna vez me pasaba algo similar, poder saber cómo actuar. Todo este asunto no había hecho más que acrecentar todos los miedos que ya tenía al respecto. Así que, cuando saliéramos del instituto, mataría dos pájaros de un tiro.

Me dirigí a la clase de biología, en la que compartía pupitre con Matt, y nada más entrar lo vi al fondo, taciturno, inmerso en sus propios pensamientos. Era guapísimo y ese halo de misterio, sólo acrecentaba lo atractivo que podía llegar a ser. En realidad, me moría por experimentar cosas con él, cada vez era más difícil mantener las manos y la boca alejadas de él, pero, visto lo visto, mejor esperar un poco más hasta tenerlo todo lo bastante claro como para no cometer errores que echen a perder nuestra vida.

- Hola, guapo – me senté a su lado, dándole un pequeño toque en el hombro con el mío y con una sonrisilla juguetona - ¿cómo de aburrida ha sido la clase de literatura? – sonreí guiñándole un ojo.

- Hombre, dichosos los ojos Oli, no sé nada prácticamente de ti desde ayer, ¿todo bien? – lo notaba molesto y no era para menos, realmente lo había ignorado con todo el asunto de Ash.

- No te enfades... ahora no puedo contarte lo que me ha tenido tan ocupada, pero te prometo que en breve sí podré hacerlo y lo entenderás todo.

- No me gustan los secretos Oli, yo no tengo secretos contigo y creía que nuestra relación se basaba en la sinceridad, no sé a qué viene esto ahora, la verdad – creo que me iba a costar que se le fuera el enfado, pero no podía traicionar la confianza de Ashley en un tema tan delicado.

- Señorita Stone, señor Miller, ¿quieren compartir con nosotros la charla tan interesante que tienen? – menuda pillada nos había dado, nos pusimos rectos y miramos al profesor.

- Perdón, no volverá a repetirse – me disculpé con el profesor para que no empeoraran más las cosas. Lo último que quería era compartir con la clase mis preocupaciones.

Le hice un gesto con los ojos a Matt para que prestara atención, lo último que necesitábamos era al profesor de biología en contra, por lo menos yo ya había tenido mi dosis de aventura esa mañana y prefería pasar desapercibida.

¿Sabes que las mariposas no pueden ver sus alas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora