¿Sabes que las mariposas no pueden ver sus alas?

Cap. 17: Mary

Después del susto que nos habíamos llevado con el vagabundo con el que se encontró Olive viniendo de casa de Ashley, los nervios se me habían disparado. Vivía sumergida en un estado de ansiedad constante y creo que cada vez era más evidente para todo el mundo.

Matt se había quedado en casa a dormir desde entonces, entendía que estuviera preocupado y que quisiera estar lo más cerca posible de Olive, pero, además, estaba el tema del embarazo. Si sabía que Olive estaba embarazada, su sufrimiento era doble porque Darren no sólo iba a por su novia, eso implicaba que iba también a por su futuro hijo.

La abuela de Matt se había puesto en contacto conmigo porque su nieto le había contado lo sucedido. Todo lo sucedido, desde la conversación en la que le había confesado que Darren había huido de la cárcel, hasta el altercado de Olive con el indigente. Hablamos largo y tendido, sabiendo que esa conversación sería trascendental para ambas, afectaba a nuestras familias de manera directa e indirecta. Tengo que decir que me quedé sorprendida porque, lejos de sentir un tono de reproche o de ira porque fuéramos los causantes de que su nieto se viera envuelto en una situación como esa, y su familia sufriera las consecuencias, fue comprensiva y cariñosa, podría decir que se comportó como si fuéramos de su propia familia, como si fuese mi madre. Sintió mi angustia y mi dolor como suyos, o por lo menos yo tuve esa percepción. En esas circunstancias, y sobrepasada por todo lo que estaba aconteciendo en nuestra vida, decidí que lo mejor sería compartir con ella uno de los muchos secretos que mi pobre corazón albergaba. Tenía la necesidad de soltar lastre, aunque sabía que no podía hacerlo con cualquiera.

- Agnes, necesito compartir algo contigo que he descubierto sobre los chicos, pero te ruego que no comentes nada todavía. Bastante tenemos ya con lo que tenemos.

- Me estás asustando, Mary, con todo lo que está pasando, no necesitamos ningún añadido más, ¿qué ocurre? – Agnes sonaba en realidad preocupada y, sinceramente, era lo último que yo quería, era una persona mayor con una vida que tampoco había sido fácil, pero esto nos afectaba por igual y era necesario, y justo, que estuviera al tanto, por lo que pudiera pasar.

- La semana pasada encontré una prueba de embarazo en el cuarto de baño de Olive – lo solté sin anestesia, pero ¿cómo se dice algo así si no es de golpe?

- ¿Olive está embarazada? ¿la prueba era positiva?

- Me temo que no había lugar a dudas cuando la vi, la prueba tenía dos líneas rosadas bastante marcadas, era imposible malinterpretarla. Además, justo antes de encontrarla estuvieron aquí Jacob y Ashley, cuando deberían haber estado los tres en casa. Intuyo que Matt todavía no sabe nada o si lo sabe es muy reciente. Por si acaso, no quise tocarla, ni he querido decirle nada todavía a Olive, estoy esperando a que se sienta segura para contárselo a Matt y ellos mismos sientan la confianza de poder venir a contármelo a mí o a ti, pero he creído oportuno que estuvieras al tanto de mi descubrimiento, Agnes. Necesitaremos hablar con ellos llegado el momento.

- Esto no me lo esperaba y, desde luego, lo cambia todo. Tenía planeado un viaje a México en los próximos días, tengo que visitar a mis primas por un asunto familiar urgente y te iba a pedir que Matt se quedara en tu casa ese tiempo, pero creo que lo más sensato, para todas las partes de esta historia, es que vengáis vosotros a nuestra casa. Mi hijo está fuera por trabajo como sabes y estaréis vosotros solos, es una buena manera de que la casa no se quede deshabitada durante esos días y tiene fuertes medidas de seguridad, lo que ahora mismo es prioritario, por lo que podréis sentiros a salvo y tranquilos.

- No sé, Agnes, no queremos molestar, no sé qué decir.

- Pues no digas nada y haz las maletas. A los niños puedes decirles que la vieja abuela de Matt se queda más tranquila si os quedáis con él en la casa y tú supervisas todo. Cuantas menos explicaciones des, mejor. Que todo suene lo más normal posible.