Capítulo 7: Charlotte

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Holaa! Os traigo el capítulo 7, espero q os guste.


El día del chico pasó normal. Dió las noticias, repasó las novedades e hizo papeleo. Al caer el sol, Alastor salió de la estación de radio. 

Mientras caminaba empezó a sentirse mal. al principio, un poco, luego, el dolor fue aumentando hasta el punto de tener que sentarse en una esquina en medio de la calle.

"Mierda, fueron las bayas"-pensó.

Alastor sintió ganas de vomitar, pero no podía en medio de la calle. Por lo tanto, de dirigió a la cafetería más cercana, la cual casualmente era la de Charlotte. La mujer estaba parada barriendo la entrada a su restaurante, cuando vió a nuestro protagonista andando casi rendido con una mano en su pecho.

-¡ALASTOR!-gritó Charlotte, al verle, acercándose a su lado.

-T-tran-qu-quila, que-r-querida...-intentó decir Alastor, sonriéndo.

-No, no estoy tranquila, ven conmigo...

Cuando Alastor entró a la cafetería, fue directo al baño para vomitar su desayuno. Unos minutos después, Charlotte se acercó y tocó la puerta.

-Eh...señor Alastor...cuando termine venga, tengo algo que le servirá.

Al terminar de echarlo todo, salió del año como si no hubiera pasado nada,  sonriendo(como no)

-Gracias, señorita Charlotte, si no huiera venido a por mí estaría en un hospital, es unted un encanto.-dijo, tomando su mano.

-N-no es nada-respondió un poco sonrojada.-¿le apetece tomar algo?

Alastor se sorprendió.

-¿Pero, no ha cerrado ya?

-Sí, pero viendo su estado, usted va a venir a mi casa hasta que se recupere-dijo, muy confiáda,-por lo tanto, hasta que no se quiera ir no me voy yo.

Alastor dudó un momento.

-No quiero molestarla, querida.

-No molesta, para nada, me viene bien tener algo de compañía.-contestó, negando con la cabeza.

Él todavía tenía dudas, pero decidió aceptar.

-Muchas gracias, señorita Charlotte.-agradeció, ofreciendo su brazo a la chica.

Charlotte sonrió, cogió el brazo de su acompañante y se dirigieron hacia  la casa de la muchacha.

Al llegar, Charlotte abrió la puerta mientras sujetaba a su acompañante con un brazo. dejó pasar a Alastor y mientras ella le preparaba una habitación, él examinó el lugar. Era una casa medianamente normal, tenía un sillón en medio de la sala, con una repisa de madera llena de fotos y adornada con una radio. También había una cocina rústica de madera. No era una casa muy grande, pero si bastante bonita. Charlotte volvió, sacando a Alastor de Narnia.

-Oh, bueno, ya tiene una habitación. ¿Cenamos?

Alastor asintió, agradeciendo a la muchacha.

Cenaron una gran cantidad de sopa (Alastor casi explota) y tras eso, se dirigió a su nuevo cuarto.

-Muchas gracias, señorita, sin usted ahora estaría escuchando los ladridos de los perros del infierno.-dijo, haciéndola una reverencia.

-N-no es nada, si necesita algo, ya sabe donde estoy-respondió ella, sonrojada.

Aunque esa noche Alastor no durmió muy bien...

El Demonio RadiofónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora