Capítulo 17: 2 mitades

8 0 0
                                    

Alastor pov:

Todavía no me creía que hubiera besado a Charlotte. Era bastante raro para mí ya que nunca lo había hecho antes. Pero, la confesé la verdad,  y eso era lo que más me importaba. Íbamos andando dados de la mano, mi sonrisa era más grande y sincera. Mientras sus ojos brillaban cómo nunca.

-Oye querida-dije, con un tono algo preocupado-¿Quien te dijo que yo tenía novia?

Charlotte paró y me miró con cara de seria.

-Me lo dijo la que según ella era tu novia-respondió.

-¿De qué-?--me paré-Mimzy...

-Si, fue ella la que me dijo que tu decías sobre mí que era una damisela ridícula, que siempre necesitaba a alguien etc.

Me puse serio y me senté en un banco seguido de Charlotte. La pedí que me contara todo lo que esa pendeja bajita mamona había dicho sobre mí. Charlotte empezó, y ya lo que me contó me sonó horroroso. Según Mimzy yo decía que Charlotte era una tendera vulgar, a la que nadie nunca podría amar, patética, ridícula. Al principio ella lo dijo con tranquilidad, tal vez con un deje de enfado, pero tan pronto como terminó ví rodar unas lágrimas por sus mejillas.

-Eh, eh, shh, ya, sabes que nunca diría eso-la abracé.-sabes que nunca te habría contado mi vida si todo eso que dice fuera verdad.

-Alastor, de verdad pensé que habías dicho eso, no entiendo como me puedes perdonar por tan solo haberme creído toda esa basura, lo siento mucho.-se agarró más a mí.

Ella no tenía la culpa, era solo una chica enamorada, cumpliendo sus sueño de tener una cafetería. Y ya había vivido un intento de asesinato, timos e incluso intentos de secuestro. Y aún así allí la tenía. Me empecé a enfadar un poco y me separé de ella levantándome.

-Querida, vamos al bar de Mimzy.

-Eh, Alastor, no sé si es buena idea-la dí un beso para que se calmara.

-Escucha, todo va a estar bien, vamos a enseñarle que nada se interpondrá entre nosotros.-la ofrecí mi brazo, ella gustosa lo acogió y nos dirigimos al bar de Mimzy.

Al entrar en él solamente había un señor de pelo negro recogido para atrás en la barra. Nos acercamos a el hombre, aunque no parecía tener cara de buenos amigos.

-Buenas noches caballero-empecé-me gustaría saber si se encuentra aquí la señorita Mimzy, si es así, me gustaría verla, si es posible, buen hombre.

El señor me miró alzando una ceja y luego suspiró.

-No debería darte ningún tipo de información, pero esa vieja loca me importa un comino, asique así es, se encuentra aquí, pasad por el pasillo y está en la segunda puerta a la izquierda, arreglando papeleo de los delitos que ha cometido, seguramente.

-Muchas gracias, ehm...-empezó Charlotte, pero se calló.

-Me podéis llamar Husker, y ahora iros antes de que ella os eche a patadas.

Nos dirigimos a la dirección que nos indicó Husker y entramos en la habitación sin previo aviso. Estaba muy furioso, y de verdad esperaba que Mimzy se disculpara de corazón con mi querida Charlotte, ya que sería capaz de cualquier cosa por ella.

-Mimzy-entré y dí un paso al frente.

-Oh, Al, cariño, ¿vienes a verme?-dijo sonriendo en un tono seductor, hasta que vio a mi acompañante.-Ah, hola, tendera.

-Para tu información, Mimzy-dijo Charlotte dando un paso-no soy ninguna tendera. Y luego, ni se te ocurra volver a acercarte a mí o a Alastor. Pensé que eras irritante desde el principio, pero ya me has confirmado que eres una maldita zrra. Así que no te quiero ver en mi vida. Ahora, discúlpate y si me convences, saldrás cagando leches de aquí, pero te perdonaré la vida miserable que tienes, así que adelante, discúlpate con ambos.

Me quedé bastante asombrado ante el comportamiento de Charlotte, pero Mimzy se lo merecía, así que no dije nada.

-Oh, vaya, Alastor, eso me ha dolido mucho departe de tu amiguita, ayúdame.-dijo acercándose a mí.

-Mimzy, no te acerques a mí-dije, dando un paso atrás.

-Oh, vamos, no seas así-AGH;-gritó, al abrazar mi cintura.

Mimzy calló de rodillas y luego de cara, mientras de su cuello salía un  bulto de sangre. La había hecho un corte profundo con la daga que tenía en mis manos detrás de la espalda. Al principio Charlotte se asustó, pero en seguida empezó a gritar de alegría.

-SI, TOMA ESA, ASQUEROSA,, VETE AL INIERNO-gritaba.

Yo solté el cuchillo y la agarré de la cintura, atrayéndola hacia mí y me reí por lo bajo.

-Gracias, querido-dijo ella, en un susurro apenas audible.

-Que te puedo decir, no me gusta el contacto físico.

-Alastor, literalmente me acabas de agarrar por la cintura-se rió y me besó.

Estuvimos un rato limpiando el desastre que habíamos dejado de sangre de Mimzy y salimos del bar, no sin antes despedirnos y agradecer a nuestro nuevo compinche, Husker.

Al final, esa fue la mejor noche de mi vida. Tenía alguien a quien amar, Mimzy ya no estaba y nos habíamos librado de cada prueba existente. 

-Ahora solo quedamos tú y yo-dijo ella, rodeando mi cuello con sus brazos.

.

.

.

.

.

.

.

.

-¿Oh, que monos se ven juntos no?-dijo una voz.

-Como 2 mitades de una naranja. Que pena que nos tengamos que hacer un zumo con una de esas mitades...





El Demonio RadiofónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora