Alastor pov:
Pasaron unos cuantos días, todo era como de costumbre. Me ¡levantaba, me alistaba y me iba al trabajo. Comía en la cafetería de Charlotte, y volvía a la estación para el turno de tarde. Uno de esos días me desperté y miré a mi alrededor. Todo estaba tranquilo como de costumbre. Hice mi rutina con normalidad y al salir del trabajo me dirigí a la cafetería de Charlotte para comer. Cuando entré ví el gran mostrador, hoy estaba más lleno que de costumbre.
Cuando la ví a ella. Estaba atendiendo a unos caballeros, cuando me vio sonrió y se acercó rápidamente.
-¡Hola Al!-saludó alegremente-¿vienes como de costumbre, no?
Pensaba que al contarle a Charlotte sobre mi vida pasada me juzgaría o me dejaría de hablar, pero, todo lo contrario. Me hablaba como siempre, cantaba, bailaba y me dedicaba esa sonrisa tan dulce cada día.
-Hola, querida, veo que hoy estás ocupada-insinué.
-¡Oh, jeje!, si, gracias por promocionar mi cafetería.-dijo, con un leve sonrojo.
Me sirvió la comida y nos quedamos hablando los dos solos. No me atrevía a pedirle que me acompañara al bar de Mimzy, ya que me daba vergüenza hacer la petición. Pero al final, me armé de valor y lo solté.
-Oye querida, tengo una amiga que te quiero presentar, ¿te gustaría acompañarme esta noche?-pregunté, más rojo que un tomate.
-Oh eh, claro-respondió, algo sorprendida.-te acompañaré gustosa.
-Genial, nos vemos a las 9 en mi casa.-dicho esto, salí corriendo muy rojo y me dirigí a mi segundo turno para la transmisión del día siguiente.
La noche llegó bastante rápido, ya que me entretuve hablando con mis compañeros y poniendo a prueba a Carmilla, mi jefa. Me fui directo a mi casa para prepararme para ir al bar de Mimzy y llevar a mi acompañante Charlotte. Me vestí lo mejor que pude. Como hacía calor me puse solo una camisa blanca remangada con botones, unos pantalones negros y mis zapatos de siempre. Justo a tiempo fue cuando llegó mi querida Charlotte.
Abrí la puerta y me encontré a la chcia que ya conocía con un vestido azul marino largo, tacones negros y un maquillaje poco notable pero perfecto.
No sé porque cada vez que la veo arreglada siento que se me cae la baba. Debe de ser una manía, pero ninguna mujer ha causado esa sensación en mí. En resumen, me quedé otra vez embobado con su figura.
-H-hola, querida, estás espléndida-saludé, al reaccionar, agarrando su brazo y saliendo de la cabaña.
-Tú también estás muy guapo, Alastor-respondió sonriéndo.-Espero no haberme arreglado demasiado para ir a un bar.
-Oh tranquila-dije-la gente va al bar de mi querida amiga para bailar vals, tomar con amigos y disfrutar de la música, Mimzy tiene una voz espléndida.-la puse a prueba.
-Estaré encantada de escucharla, Al.-dijo con una sonrisa.
Me sorprendí al ver que efectivamente no staba celosa. Me gustaba todo de ella. Su comportamiento, su sonrisa, su actitud, su personalidad...todo.
Cuando llegamos al bar de Mimzy, ella estaba cantando una canción actual, mientras movía sus caderas al rítmo de la música. Abrió los ojos y nos vió agarrados del brazo, forzó una sonrisa y bajó del escenario ignorando todos los aplausos.
-Hola, cariño-me saludó con dos besos en las mejillas, y seguidamente miró a mi acompañante con desprecio. Se acercó a ella y la miró de arriba a abajo.
-Alastor, no me dijiste que vendría una tendera a mi bar-dijo con desprecio, en un tono amargo.
-Soy Charlotte, encantada-respondió ella, con una sonrisa.
-Aja, yo soy Mimzy, te daría la mano, pero no soy de contacto físico.
Charlotte pov:
Literalmente caba de dar dos besos a Alastor.
Pov Alastor:
Me sentí un poco incómodo, y decidí dejar a Mimzy de lado e irme con Charlotte a una mesa. Tomamos unas bebidas, ella sin alcohol, por supuesto, pero yo me tomé una cerveza. Reímos durante horas ante la mirada recelosa de Mimzy.
-Creo que no le caigo bien, Alastor-dijo Charlotte.
-Oh, es así con todas las mujeres, querida, no te preocupes, os llevareis bien.-mentí yo.
Mimzy solo quería que estuviera para ella. Era mi amiga pero a veces no creía que me quisiera como eso. Ví que se acercaba a nosotros y yo inmediatamente me levanté con Charlotte para no hacerla sentir incómoda.
-Eh, cariño.
-¿Si?
-Me concedería este baile, querida?-la ofrecí mi brazo.
Ella se sonrojo pero inmediatamente aceptó mi oferta y nos dirigimos a la pista. Mimzy estaba cantando un vals lento, era la canción perfecta. Tímido coloqué mi mano en su cintura, mientras que con la otra sujetaba su mano. Ella me colocó un brazo en el cuello y con el otro entrelazó nuestros dedos.
Empezamos a movernos al rítmo de la música mientras que nos mirábamos a los ojos. La voz de Mimzy llegaba a nuestros oídos, pero en ese momento todo se centraba en nosotros. Nosotros, bailando, mirándonos, sentí ganas de aferrarme a ella hasta el último segundo de mi vida. Perdimos la noción del tiempo, entre el calor que emitía y la melodía rodeándonos.
-No sé que me pasa contigo, pero me gusta estar a tu lado-dijo ella, algo tímida.
Me sonrojé un poco al verla sonreír.
-Me pasa lo mismo querida, gracias por estar aquí.
La música cesó y nos miramos a los ojos. Pero todavía no nos soltamos, parecía que iba a ocurrir algo, no sé, pero algo me impulsaba hacia ella...y ella tampoco se apartaba...
-¡Al!-gritó Mimzy desde el otro lado de la sala, molesta-cariño, cerramos ya, tú y la mocosa esa os tenéis que ir.
Me separé de ellla, que me miró seria, yo asentí, me despedí de Mimzy y salimos.
-Oye...lo que iba a pasar allí yo-
--No-interrumpi-está bien, los dos hemos tomado mucho hoy, será mejor...que nos vayamos...buenas noches querida.
-Buenas noches-me besó la mejilla e hizo su camino a su casa.
Me quedé ahí quieto como un bobo observando la figura desvanecerse en la noche.Me sentía muy feliz de llegar a ese punto con ella, seguro que todo iba a ir bien...
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¿verdad?
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El Demonio Radiofónico
RomanceLa historia del pasado del demonio más peligroso de todo el pentagrama del infierno, Alastor