DIECINUEVE

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Había quedado a las diez con Félix así que me empece a preparar pronto, no quería llegar tarde.

Ayer estuve observando la dirección que me había mandado y por lo visto vive en una casa de tres pisos mas el garaje, ya me gustaría a mi.

Me puse un crop top negro con unos vaqueros ajustados y converse negras, me hice unas ondas y me puse rimmel.

Salí pronto hacia casa de Félix, estaba bastante lejos, era la zona mas cara de Menorca y teniendo en cuenta que yo vivía en una de las mas baratas pues si estaba bastante lejos.

Al cabo de media hora llegue y llame al timbre.

– Hola, Mía, pasa– me saludo nada mas entrar.

Parecía que se había duchado hace poco, todavía tenia el pelo húmedo.

Yo pase y justo después de la entrada ya se encontraba el salón, era bastante minimalista.

– Bienvenida a mi humilde morada– dijo poniéndose a mi lado.

Humilde dice, si viera mi piso eso si que es humilde.

– Me gusta mucho– le conteste sonriendo.

Seguí revisando cada rincón, hasta que vi que Félix se estaba riendo por detrás.

– ¿Que pasa quieres un house tour?–  preguntó divertido.

Le mire.

– Pues no estaría nada mal – le conteste divertida.

El me adelanto para ir por delante.

– Tus deseo son ordenes, por aquí como ya has visto esta el salón.

El salón solo tenia el sofá, la tele, un mueble y un cuadro.

– Eres bastante minimalista.

El se encogió de hombros.

– Sencillo diría yo – continuo andando y yo le seguí–, por aquí tenemos la cocina americana y un pequeño baño.

La cocina era muy bonita, sencilla pero muy completa tenia una barra con la inducción, y un montón de cosas de cocina, el baño era pequeño pero funcional, tenia el retrete, el lavabo y al lado un pequeño mueble.

Me fije que al lado del baño había una puerta.

– ¿Esta puerta que es?– le pregunte.

– A eso iba, es la puerta que da al garaje.

Bajamos las escaleras y dio al garaje, tenia muchas estanterías repletas pero ordenadas también estaba su coche que era una Mercedes-Benz, no me sorprendió porque ya se lo había visto alguna vez.

– Este es el garaje, aunque también lo uso de trastero.

– Me encanta la verdad.

–Me alegro, vamos a la siguiente planta.

Yo asentí aunque si no quisiese ir no se lo pudiera haber dicho porque el salio corriendo.

– Vamos, Mía – me dijo subiendo las escaleras.

Antes de ir a la siguiente planta fuimos al patio.

Era muy amplio y tenia un columpio, el me contó que por las noches se ponía ahí para ver las estrellas.

– ¿Subimos a la siguiente planta? – me pregunto.

– Vale.

La siguiente planta tenia cuatro salas.

– Mira, la primera habitación que ves es la de invitados– y señalo al primer cuarto–, aunque es pequeña, no esta mal.

Entramos y era un pequeño cuarto en tonos grises y blancos con una cama doble, un armario, espejo y cómoda.

Las Cosas No Salen Como QueríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora