Las Cosas No Salen Como Querías

VEINTIUNO

Me desperté con mucho dolor de cabeza.

No debería haber salido de fiesta.

Me mire y me había acostado con la misma ropa de ayer, me levante y fui a la cocina para coger un vaso de agua, mientras bebía mire mi móvil y había muchas notificaciones, demasiadas.

Lo que mas me llamo la atención fue un mensaje que me había enviado Violeta.

Violeta: ¡MÍA! Has visto el video que subiste ayer.

El video de ayer, ¿si era en el espejo con Alma no?

Por si acaso me metí en el video y vi lo que la gente decía.

En el video salíamos Alma y yo pero en el espejo se veía Félix reflejado.

Mierda, había filtrado todo.Por que claro lo primero que ha pensado la gente es que estamos juntos.

Mierda, lo peor es que lo había filtrado yo.

Llame corriendo a Félix y me lo cogió a la primera.

– ¿Has visto el video, verdad? –  me pregunto.

Dios, me sentía súper culpable.

– Ver lo vi ayer, claro que no lo revise. Mierda, Félix. Lo siento mucho.

– Eh, Mía, no te preocupes es un error, no muy pequeño que digamos pero sigue siendo un error y no pasa nada, vale. No quiero que te sientas culpable.

Estaba muy agradecida, la verdad, no esperaba que fuera tan comprensivo.

– Y ahora que hacemos, ¿confirmamos o no?– le pregunte.

– Pues es a lo que llevo dándole vueltas toda la mañana, porque si confirmamos la gente va a meter mucha mierda pero si no confirmamos va a ser casi peor, así que lo que tu digas.

Me quede pensando, ¿que podíamos hacer?

– Vale, podemos confirmar en la actuación, si hay muchos aplausos nos besamos y antes de empezar le decimos a Laura que si nos besamos nos pregunte si somos pareja y nosotros confirmamos.

-–Me parece bien– contesto Félix–, por cierto, ¿que tal estas?

– Puf, fatal, me duele muchisimo la cabeza.

– Pues menos mal que te convencí para salir antes de la discoteca, si no hoy no podrias cantar.

– ¿Ha que hora nos fuimos?

– A las tres.

¡A las tres de la mañana! Madre mía normal que me duela la cabeza.

– Abre la nevera, te deje hecho un batido para la resaca.

– Gracias, amor.

– Ah, y también me lleve tu coche para volver a casa, espero que no te importe, luego te lo devuelvo.

– Sin problema. Por cierto, ¿como he llegado a casa?

Escuché sus risas detrás del teléfono.

– Pues obviamente te lleve yo, pero por los pelos por que querías conducir yo, no te deje y después me intentaste convencer de quedarme en tu casa pero me sentaba mal quedarme así por la cara así que cuando te dormiste me fui a mi casa, no tardaste mucho– me contesto.

– Madre mía, pero bueno la próxima vez te puedes quedar a dormir, que yo no tengo ningún problema.

– Vale, nos vemos luego, cariño – se despidió.

– Adiós.

Le colgué, me tenia que preparar ya que iba un poco tarde

Me tome el batido que me había preparado y me fui a correr, aunque esta mañana corrí poco porque había ido tarde.