VEINTIDÓS

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Por la mañana aprovechando que Félix estaba en mi casa nos fuimos a correr, aunque tuvimos que ir a su casa porque Félix no tenia ropa y lógicamente no iba a ir con un traje azul claro que fue con lo que actuó ayer.

Salimos por la zona en la que suele correr normalmente Félix. Estuvimos un buen rato corriendo y después de un rato fuimos a una cafetería y cogimos cafés y unas ensaimadas para desayunar.

En vez de ir a mi casa decidimos ir a la suya ya que estaba mas cerca y siendo realista su casa es mejor y ademas tiene un buen patio para desayunar al fresquito.

Nos sentamos en un columpio y nos comimos el desayuno.

– Mía, ¿te apetece si le digo a mi hermana de ir a cenar con ella?– me pregunto Félix.

– Vale, así la conozco– le respondí sonriendo.

Después de un rato me fui para mi casa, así aprovechaba para recoger antes de ir a cenar con Félix y su hermana, que pensando ahora no se ni como se llama, bueno hoy lo descubriré.

Cuando llegue a casa llame a Alma y mientras recogía la casa fui hablando con ella y contándola todo lo que paso en la gala, lo que no se vi claro, porque ella ve todas las gala pero esta en especial, y no lo digo yo me lo ha dicho ella.

Alma me ha dicho que esta encantada con que salga con Félix, y yo también me alegro, ¡como para no alegrarse! En cuanto termine de recoger la casa y de hablar con Alma me prepare para la cena.

Me puse un top negro, una falda vaquera corta, unas botas negras y una tote bag, bastante simple pero quedaba muy bonito.

Justo cuando termine de prepararme me aviso Félix de que estaba en la puerta así que rápidamente termine de recoger mis cosas y baje a donde estaba con el coche.

Me había dejado el asiento del copiloto así que entre y me senté.

– Hola Amor– me saludo Félix dándome un beso–, te presento a mi hermana Lara.

Me gire y vi a una chica que tendría dieciséis años, tenia el pelo bastante mas oscuro pero tenia los mismos ojos azules de Félix.

– Hola, soy Mía, la novia de tu hermano.

– No, tranquila si Félix me ha hablado mucho de ti– respondió ella sonriendo.

Yo me gire a ver la reacción de el y tenia las orejas enrojecidas, así que decidí chincharle un poco mas.

– ¿Así que le hablas de mi a tu hermana? Guau, eso es un gran paso para nuestra relación– bromee.

– Ni me lo recuerdes, en que momento os he juntado a las dos.

– Eso ha sido lo mejor que has hecho en tu vida, hermanito – le respondio Lara y chocamos la mano.

Estaba segura de que me iba a llevar genial con ella y eso que no llevo ni diez minutos con ella.

Estuve un rato mas cotilleando sobre la vida de su hermana  y descubrí que estaba en su ultimo año de bachillerato, me contó que ella quería irse a estudiar a la Escuela de Bellas Artes en París.

Me parecía un poco raro que Félix quiera conseguir su custodia cuando solo le queda un año para ser mayor de edad y hacer lo que quiera, aun así lo deje pasar.

Al fin llegamos al restaurante y nos habían puesto en una de las mesas del final.

Cuando salimos del coche me fije en que Lara, llevaba un vestido marrón de tirantes con una chaqueta vaquera y unas converse, me extraño que llevara una chaqueta por que no hacia frio, tampoco es que hiciera mucho calor pero no era para llevar chaqueta.

Nos sentamos y esperamos a que llegara el camarero.

– Lara, quítate la chaqueta. Se esta bien– le dije.

Ella miro a su hermano nerviosa.

– Lara, no me jodas, ¿otra vez?– le pregunto Félix.

¿A que se refiere?

– Si, lo siento, vale. No lo pude evitar– le contesto ella con lagrimas en los ojos.

– Cuando lo vea, juro que...– empezó a decir Félix.

–Qué vas a hacer, quieres que te pase lo mismo– le reto ella.

No me estaba enterando de nada, ¿de que hablan?

– ¿Que decís?– pregunte con curiosidad.

– Ni se te ocurra decírselo– le advirtió Félix a Lara–, ha ella no la metas.

– Félix, no pasa nada de verdad, Lara cuéntamelo.

Ella miro a su hermano como si no supiera que hacer.

Tampoco era tan difícil, solo me lo tenia que decir.

– Haz lo que quieras, voy a por las bebidas– dijo enfadado.

Me acerque a Lara para que me lo pudiera contar bien.

– Vamos afuera y te lo cuento– sugirió.

Nos levantamos y antes de irnos avisamos a Félix de que estábamos fuera, pero yo solo podía pensar en que sera eso, que no me puede decir en publico.

Nos apartamos un poco de la entrada y empezó a contarme:

– Nuestra madre murió cuando yo apenas tenia seis años y no recuerdo casi nada de ella,  lo que mas recuerdo es como luchaba por seguir adelante de ese maldito cáncer, pero al único que desgraciadamente recuerdo es a mi padre.

Hizo una pausa como si le costara continuar y yo me acerque a darla un abrazo.

– Gracias, Mía. Siguiendo con la historia, cuando ella murió mi padre se puso fatal, no aceptaba que ella hubiera muerto y todo lo que había guardado estos años atrás lo pago con nosotros– ella respiro hondo–, nos trataba como si fuéramos sirvientes y al principio Félix y yo le hacíamos caso, pero a medida que dejamos de hacerle caso, el..–se le llenaron los ojos con lagrimas–, el nos empezó a pegar. De hecho sigue pegándome, Félix al menos ha podido escapar y esa es la razón por la que Félix quiere mi custodia para que al menos tenga un maldito año feliz.

Estaba alucinando, como han podido pasar por eso tantos años.

– Y es por eso por lo que quieres irte a París–adivine.

– Sí.

– ¿Lo habéis intentado denunciar?

– Si, pero no nos creen, mi padre tiene suficiente dinero como para conseguir a los mejores abogados y salir de los juicios si apenas daño.

En ese momento sentí pena por ellos, muchísima de verdad, sobretodo por cuando eran pequeños, no me imagino lo duro que abra sido para ellos vivir con ese tipo de persona.

Después entramos al restaurante y decidí no comentar nada, simplemente le di un abrazo.

Ya lo hablaría tranquilamente mañana.

El resto de la cena fue bien aunque al principio había mucha tensión a medida de que la cena avanzo y surgieron temas de conversación todo fue perfecto.

Al terminar la cena dejamos a Lara en su casa a que su padre no a dejaba dormir en casas ajenas, bueno por lo que me contó no la dejaba hacer casi nada.

Después nos fuimos a mi casa y descansamos muy bien.















Las Cosas No Salen Como QueríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora