Capítulo 28: La Investigación de Martín Herrera
El detective Martín Herrera no podía ignorar las numerosas inconsistencias y las sombras que rodeaban el asesinato de Gabriel Delacroix. Desde el inicio, las pruebas en contra de Alex Montero no parecían encajar del todo. La desaparición de Lucía Montero y la reciente muerte de Roberto Hernández, un abogado y amigo de Alex, solo añadían más misterio al caso.
Herrera, un detective conocido por su persistencia y atención al detalle, decidió enfocarse en Adrián Morales y Julien Dubois, quienes estaban cada vez más bajo su radar. Las pistas, aunque sutiles, empezaban a apuntar hacia ellos, y el detective estaba decidido a descubrir la verdad.
Herrera comenzó a vigilar la editorial más de cerca. A través de informantes y una vigilancia discreta, recogió información sobre los movimientos de Adrián y Julien. Descubrió que ambos hombres parecían más nerviosos y cautelosos de lo normal, como si tuvieran algo que esconder.
Un día, decidió hacer una visita no anunciada a la editorial. Quería observar sus reacciones de cerca y hacer algunas preguntas que podrían desenterrar más pistas.
Adrián y Julien estaban en la oficina, discutiendo en voz baja sobre sus próximos pasos, cuando Herrera apareció en la puerta. Su presencia fue como una bomba de tiempo para los dos hombres, cuyos rostros palidecieron al verlo entrar.
—Buenas tardes —dijo Herrera, con un tono que no dejaba lugar a dudas sobre su autoridad—. Necesito hacerles algunas preguntas adicionales sobre los eventos recientes. Específicamente, sobre la desaparición de Lucía Montero y la muerte de Roberto Hernández.
Adrián trató de mantener la compostura, aunque su voz traicionó una leve vacilación. —Claro, detective. ¿En qué podemos ayudarlo?
—He notado que Lucía estaba investigando algo importante aquí antes de desaparecer —continuó Herrera, observando cada movimiento y expresión—. ¿Saben algo sobre su paradero actual?
Julien intervino rápidamente, tratando de parecer convincente. —Lucía mencionó que iba a continuar su investigación en otro lugar. No sabemos exactamente dónde, pero parecía muy decidida.
Mientras Adrián y Julien trataban de desviar la atención del detective, Herrera observó una leve tensión en sus respuestas. Decidió seguir su instinto.
—¿Puedo ver el sótano? —preguntó de repente, sorprendiendo a ambos hombres.
Adrián y Julien intercambiaron una mirada rápida y nerviosa. —No hay nada interesante en el sótano, solo un almacén —dijo Adrián, pero Herrera ya estaba en movimiento.
—Prefiero verificarlo personalmente —dijo el detective, dirigiéndose hacia la escalera que conducía al sótano.
Al descender al sótano, Herrera notó la atmósfera opresiva y la falta de actividad. Comenzó a revisar meticulosamente cada rincón, buscando cualquier señal de actividad reciente. Sus ojos se posaron en una puerta semioculta y decidió investigar más a fondo.
Al abrir la puerta, su corazón se aceleró. Allí, atada y claramente angustiada, estaba Lucía Montero. Sus ojos se llenaron de alivio y miedo al ver al detective.
—¡Lucía! —exclamó Herrera, corriendo hacia ella para liberarla—. Estás a salvo ahora.
Mientras desataba las cuerdas, Lucía comenzó a llorar de alivio. —Tienes que detenerlos, Martín. Adrián y Julien... ellos son los responsables. Mataron a Roberto y están detrás del asesinato de Gabriel.
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El Lector
Misterio / SuspensoGabriel león es un renombrado autor de thriller psicológico, admirado por millones de seguidores.Pero acosado por la presión de mantener su reputación. Su ultima novela ha dejado insatisfechos a críticos y lectores, sumergiéndolos en una espiral de...