XV : Camino de servidumbre

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Íbamos en la limusina, Steve sentado frente a mí. Era extraño, después del tiempo que había pasado como mascota, ahora de nuevo debía vestirme como una persona. Aunque viajaríamos en un vuelo privado, no podía llamar la atención en el aeropuerto, por eso me habían mandado vestirme y sentarme junto a mi dueño en la parte de atrás de la limusina. Steve tiene coche y sé que le gusta conducir, pero seguramente le hayan puesto la limusina por tratarse de un evento importante. Delante de mí, se abría bien de piernas y degustaba un Macallan, su whiskey favorito. Yo, frente a él, con las piernas bien juntas, mantenía la cabeza gacha. Vistiendo un chándal ajustado, se notaba lo mucho que había adelgazado durante el castigo. Steve, además de eso, mandó a Subtsuri que me maquillara. Ahora estoy allí, sentada frente a él, vestida, aseada e incluso maquillada. Si se me hubiera ocurrido por iniciativa propia hacer algo así, hubiera sido catastrófico, hubiera supuesto un durísimo castigo, sin embargo, ahora estoy así y no puedo evitar sentirme como si de algún modo estuviera haciendo algo malo.

Me rasco el cuello, también sudoroso, el collar y la jaula de castidad aún los llevo puestos, como no puede ser de otro modo.

—No entiendo por qué necesitarías la compañía en un viaje de negocios de alguien, ya sabes... como yo —dije, sintiendo la boca seca.

Steve se tomó un momento para escuchar mi pregunta y me observó limpiándome el sudor de la frente. Él percibió la sensación extraña que me producía usar la boca para hablar tras tantos días en silencio.

—Vamos a un viaje de negocios. Hay un evento importante y voy a necesitar de tu compañía en él —respondió, su tono firme pero no hostil.

Me limpié el sudor de la cara. —Steve... es decir, Amo... —me trabé al hablar, se sentía extraño usar la boca con tantas palabras—. ¿A dónde vamos exactamente?

Steve se percató de las gotas de sudor en mi frente y se dio cuenta de que estaba nerviosa tras salir de la mansión por primera vez en meses. Sintió la tensión en mi cuerpo y habló nuevamente, con un tono un poco más suave.

—Está bien, relájate. No va a pasarte nada.

A pesar del aire acondicionado, sudaba. Era la primera vez que salía de la mansión en meses. Me limité a asentir a lo que dijo sin estar del todo convencida.

Steve bajó la vista a mis puños sobre las rodillas y vio cómo los apretaba fuertemente. Podía ver la tensión en mi cuerpo y adivinó que estaba incómoda. Habló nuevamente.

—Deja de actuar como si hubieras hecho algo malo.

Apreté los puños sobre mis rodillas bien juntas y no dije nada.

—Sabes, así estás bastante guapa —añadió, su tono relajándose un poco.

Con un pequeño salto en el tiempo, seguíamos en la limusina, Steve sentado frente a mí. Aunque viajábamos en un vuelo privado, no podía llamar la atención en el aeropuerto, así que me vestí y senté junto a mi dueño en la parte de atrás de la limusina. Steve degustaba un Macallan, y yo, con las piernas bien juntas y la cabeza gacha, sentía la tensión en cada músculo de mi cuerpo. —Estás nerviosa, lo sé. Pero estoy aquí para ti. Solo concéntrate en hacer lo que yo te diga y no hay nada de lo que debas preocuparte, además al fin podrás socializar con otras mascotas.

—¿Otras mascotas? —pregunto, con claras dificultades para articular mis palabras.

Steve escucha cómo lucho por hablar y se da cuenta de que el largo silencio me ha hecho perder la práctica en el habla.

—Exacto, otras mascotas. Habrá otras mascotas allí, igual que tú. Todos estarán acompañando a sus amos y amas en el evento.

Se me pasan muchas cosas por la cabeza. Después de lo que me explicó Tiffany, me quedó claro que de ningún modo soy la única, pero aun así es difícil intentar entender que pueda haber otros en mi situación. Steve observa cómo parece que un millar de pensamientos cruzan por mi mente mientras proceso la noticia de que habrá más mascotas como yo en el evento. Él puede ver la sorpresa y la confusión en mi rostro y decide añadir algo más para tranquilizarme un poco.

Mi vida como una mascotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora