Dieciséis

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Culpa.

La información tan ambigua que recibí durante mi conversación con Sophia superó mi curiosidad con creces. ¿La chica olor-a-jazmín se fue? ¿A dónde? ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver Ivan con todo esto?

Apenas colgamos la llamada corrí a mi habitación y me puse lo primero que encontré, quería llegar a nuestro encuentro lo más pronto posible.

Bajé las escaleras con la misma velocidad con que las subí y casi me resbalo cuando sentí mi celular vibrar; tenía la esperanza de que fuera un mensaje de Maia, pero solo era mi madre avisándome que hoy volvería a llegar tarde (cosa que ya veía venir.)
Llegué tan pronto como pude y me crucé con Sophia, quien en ningún momento disimuló su emoción de verme sino que optó por demostrarla con un cálido abrazo.

...

—¿Qué opinas de este de aquí?

—Mmm.... Me gustó más el anterior.

Llevábamos una hora en esa tienda (tal vez más), Sophia se probaba vestidos como si fuera a renovar su clóset, y yo de vez en cuando opinaba algo; Suena a un buen plan de fin de semana, no diré que no pero, desde que llegamos no hemos hablado del tema que quería tocar.

Mientras mi amiga seguía buscando ropa, decidí tomar asiento frente a los vestidores y me permití perderme en mis pensamientos un rato.

¿Por qué? ¿Por qué me trató así? ¿Qué tengo yo que ver con sus problemas sociales?
¿Es porque soy yo? O ¿Es lo que habría sucedido con cualquiera? ¿Qué es lo que pasa por su cabeza realmente? No logro entenderla, tal vez ni ella se entiende y estoy segura de eso.
Creí que éramos amigas pero las amigas no se ponen raras de repente; aún sabiendo lo que mencionó Sophia, sigue sin ser del todo lógico ¿¡Por qué no tendrías en cuenta los sentimientos de tu amiga!?

—¿Belle? ¡Belle! ¿Qué sucede? Estás distraída desde hace un rato. — Una mano en mi hombro me saca del trance en el que me encontraba, Sophia llevaba hablándome vete tú a saber cuánto tiempo.

—Estoy bien, solo estaba pensando.

—No me digas que es sobre el tema que te mencioné.

Posé mi mirada en la suya ¿Llegó el momento? ¿Por fin hablaremos de eso? —Un poco. Estoy intrigada por la relación entre ellos y la chica cuyo nombre parece estar prohibido mencionar.

—Olvídalo, hablé con Ivan y estuvo de acuerdo con que Maia es la única que debería hablarte del tema. Lo siento.

—¿Tanto así?

—Era la más cercana a ella, es lógico que le otorguemos ese beneficio. Es lo mínimo que podemos hacer.

—Necesitan dejar tanto suspenso de lado. ¿Qué eran, pareja? No es la gran cosa.

Sophia me miró, sorpresa es lo que su mirada reflejó durante unos instantes. Cada vez que el tema se presenta, mi curiosidad no hace más que aumentar.

—¿Eh? No, no hay manera.

—Bueno, nunca confirmaron nada. Pero si que había algo entre ellas.

Supongo que eso cambia un poco las cosas. Diablos, debo haberme visto como una maldita insensible por haber hecho ese comentario.

—Maia es...?

—Tampoco estoy segura de cuál es su sexualidad, no le gustan las etiquetas.

—De acuerdo, eso es.. Mucha información por procesar.

—Imagínate ahora si te contara toda la historia.

De acuerdo, es cierto que me muero de curiosidad pero.. Es mejor esperar, todo seguirá su curso natural y si la vida quiere que me entere entonces lo haré de una u otra forma. Insistir es inútil, parece ser un tema realmente sensible.

Sentir sin sentir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora