Abandono.
«Las personas son pasajeras.
Es una frase que leerás bastante en este libro.
Sé que lo he dicho muchas veces en el pasado pero aunque lo sepa, realmente no podía creérmelo
Creo que ya es hora de que empiece a pensar lo que digo. Las personas son pasajeras, todos vienen y todos se van. Es parte de vivir.
Unas personas durarán más que otras en mi vida, pero al final todos se van y eso está bien.
Cuando digo eso no me refiero exclusivamente a la ausencia física, a los cambios también.
Esa persona que conociste hace tiempo, ya no está en tu vida. Incluso si su presencia sigue ahí, esa persona ya no es la misma.
Todos cambian y, por ende, todos se van.
Cuando te detienes a pensar al respecto te entristeces, luego será un alivio que así sea..»
—Untitled (24.09)~
Sábado por la mañana, ningún plan, el día ha tenido un inicio intranquilamente tranquilo Mi alfombra estaba fría y el clima muy cálido, perfecto para permanecer inmóvil y reflexionar sobre mi vida.
Una semana y poco más ha pasado desde que Maia y yo huimos durante el almuerzo, luego de haber aclarado un poco las cosas creo que puedo decir que las cosas entre nosotras por fin empiezan a ser normales.Le expliqué a Ivan sobre por qué no acudí a nuestro encuentro ese día y me dijo que lo entendía, que no pasaba nada y que no me preocupara. Aún así no pude evitar sentirme culpable, y es por eso que ¡Debería hacer algo con Ivan hoy!
Mamá me ha dado permiso de invitarlo a casa, podemos tener una tarde de películas. Siento que se lo debo por haberlo dejado plantado esa vez.
Tal vez debería cambiarme la pijama, debería pero ¿quiero? No, estoy demasiado cómoda aquí en el suelo.De acuerdo, le he enviado un mensaje y he recibido respuesta casi de inmediato. Vendrá en cualquier momento a partir de las 2 pm, así que puedo relajarme un poco hasta que sea la hora.
O eso pensé, caí dormida en la misma alfombra en la que estuve pensando durante toda la mañana. Me despertó el sonido de mi teléfono, Ivan llamando
—Me has dado un buen susto, llevo un rato tocando la puerta ¿Nuestra tarde sigue en pie?
—¡Claro que sigue en pie! Es solo que me había quedado dormida. Hiciste bien en llamarme.
Lo escucho chasquear la lengua. —Lo sabía.
Reí al mismo tiempo que me levantaba del suelo pero me vi obligada a caer de nuevo. Una sensación extraña en mi cabeza, como si el mundo diera vueltas.
—¿Qué fue eso? ¿Está bien?
Empecé a tallar mis ojos con fuerza mientras me ponía de pie con dificultad
—Si, solo fue un mareo. Creo que me levanté muy rápido. —Me apresuré a bajar y abrirle la puerta.
—He leído que es normal y sucede porque el oxígeno no llega a tu cabeza a la velocidad que debería. —Me dijo apenas colgué el teléfono y lo saludé con la mano.
—¿En serio? Gracias por el dato. La cocina es por aquí. —Lo invité a seguirme.
—No me hagas caso, solo lo leí por ahí.
—Trajiste un montón de comida. —Comenté, mientras observaba a Ivan vaciar las bolsas que había traído para nuestra tarde de películas.
—Esto es para comer ahora —Señaló una bolsa. —Y esto es para ti y tu madre. —Señaló dos bolsas más.
Tiene una sonrisa muy linda, contagiosa pero no llega a ser demasiado. Se ve feliz, pero genuinamente feliz. Es un chico muy considerado, seguro que cuando mi madre lo conozca lo adorará.
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Sentir sin sentir
RomansaIsabelle, quien en algún momento fue una adolescente enamorada, es ahora una adulta que no puede dejar de pensar en su primer amor, quien la abandonó repentinamente. Su nombre era Maia, y ella fue su todo. Como consecuencia, pasaba sus noches record...