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《La llamada》

Isabella <

Me encuentro en la cancha de fútbol, sudando y esforzándome al máximo en el entrenamiento.

El entrenador nos ha dividido en grupos para hacer ejercicios de agilidad y velocidad.

-¡Vamos, Isabella! ¡Más rápido!-.  grita Sofía mientras corremos en círculos alrededor de los conos.

-¡Estoy tratando!-. Respondo, sonriendo.

Después de varios minutos de correr, el entrenador nos da un descanso y nos indica que pasemos a hacer ejercicios de pase. Sofía y yo nos sentamos en el suelo, tomando un trago de agua y recuperando el aliento.

Despues de unos minutos el entrenador nos da la señal para que comencemos el próximo ejercicio. Sofía y yo nos ponemos de pie y nos preparamos para seguir adelante.

Mientras hacemos los ejercicios, no puedo evitar pensar en Héctor, mi novio. Me pregunto qué estará haciendo en este momento. Espero que esté pensando en mí también.

Finalmente, el entrenador pita y nos da un breve descanso antes de terminar la práctica.

Al salir de la cancha, me dirijo hacia las duchas para refrescarme y quitarme el sudor. Pero justo cuando estoy a punto de entrar, Bianca me detiene con una sonrisa siniestra en su rostro.

- Isabella, tarde o temprano Héctor será mío-. me dice con una confianza que me hace sentir incómoda.

Me quedo helada, sin saber qué responder. Bianca se ríe y se aleja, dejándome con una sensación de inquietud que no puedo sacudirme de encima.

Mientras me ducho, no puedo dejar de pensar en las palabras de Bianca. ¿Por qué dice eso? ¿Qué piensa que va a pasar entre ella y Héctor? Me siento celosa y confundida, y no sé cómo procesar estos sentimientos.

Después de la ducha, me visto y me dirijo hacia la cafetería, donde había quedado de verme con Héctor para comer. Pero mi mente sigue estando en las palabras de Bianca. ¿Qué significan? ¿Es una amenaza? ¿O solo es una broma?

Al llegar a la cafetería, Héctor ya está allí, sonriendo y hablando con algunos amigos. Me siento aliviada de verlo, pero también me siento un poco ansiosa. ¿Debería decirle lo que me dijo Bianca?

- Hey, ¿cómo estás?-. me pregunta Héctor cuando me siento a su lado.

- Estoy bien-. respondo-.intentando sonreír. - Solo un poco cansada después del entrenamiento-.

Héctor asiente y comienza a hablar sobre su día, pero yo no puedo concentrarme. Mi mente sigue estando en las palabras de Bianca, y no sé cómo sacudirme de esta sensación de inquietud.

(...)

Días después....

Estoy sentada en un banco en el parque con Héctor, disfrutando del sol de la tarde y el canto de los pájaros. Héctor me toma la mano y me mira con una sonrisa.

-¿Qué te pasa, cariño? Pareces distraída-.  me pregunta.

Intento sonreír y apartar mis pensamientos, pero no puedo evitar recordar las palabras de Bianca: "Tarde o temprano, Héctor será mío". Me siento un nudo en el estómago y trato de ignorarlo.

- N-no, nada-. respondo, tratando de parecer convincente. - Solo un poco cansada, supongo-.

Héctor me mira con escepticismo, como si no me creyera.

-Isabella, sabes que puedes hablar conmigo sobre cualquier cosa, ¿verdad?-.  insiste.

Asiento, pero no digo nada. No quiero hablar sobre Bianca y sus amenazas. No quiero que Héctor se preocupe. Quiero disfrutar de este momento con él, sin preocupaciones.

Justo en ese momento, mi teléfono suena. Lo miro y veo que es un número desconocido. Me sorprende, no esperaba una llamada.

- Lo siento, Héctor, tengo que contestar-.  digo, y respondo la llamada alejandome un poco.

- ¿Hola?-. digo, tratando de parecer amable.

-Isabella, soy el entrenador de la selección mexicana de fútbol femenino-.  dice una voz al otro lado de la línea. -Te estamos llamando para informarte que has sido convocada para jugar en el mundial-.

Me quedo sin aliento. ¿Qué? ¿La selección mexicana? Me siento como si estuviera soñando. No puedo creerlo.

-¿Qué?-.  repito, como una tonta.

- Así como lo escuchaste, seria un honor que aceptes jugar con nosotros para representar a nuestro país-.

Claro que aceptaré, seria un sueño hecho hecho realidad.

Pero entonces el entrenador me dice algo que me hace sentir un golpe en el estómago.

-Isabella, tienes que estar aquí aproximadamente 6 meses . El entrenamiento comienza la semana que viene-.

Me quedo en silencio, procesando la información.  6 meses. Tan lejos de Héctor. Tan lejos de todo. Me siento un vacío en el pecho.


Despues de colgar la llamada y siento que mi corazón va a explotar de emoción. Héctor me mira con curiosidad y me pregunta quién era. Trato de contener mi emoción mientras le explico que era la selección nacional, y que me han convocado para unirme al equipo.

-¿Qué pasa? ¿Qué te dijeron?-. me pregunta Héctor, notando mi nerviosismo.

Respiro profundo y le digo.- Me han convocado para jugar en la selección mexicana... Tengo que estar fuera 6 meses-.

Héctor me mira sorprendido y me pregunta cuándo debo irme. Trato de procesar la información mientras se la doy.

-Tengo que irme en 3 días... Los entrenamientos comienzan la semana que viene-.

Héctor se queda en silencio por un momento, procesando la noticia.

Héctor asiente con la cabeza, tratando de entender.

-Estoy tan orgulloso de ti, preciosa. Esto es un sueño hecho realidad para ti-.

Me siento un poco triste al pensar en dejar a Héctor durante tanto tiempo.

-Lo sé, estoy emocionada... Pero también estoy triste. Voy a extrañarte mucho-.

Héctor sonrie.

-Yo también te extrañaré, pero esto es una oportunidad increíble para ti. Tienes que aprovecharla al máximo-.

Asiento con la cabeza, sabiendo que tiene razón. Me siento afortunada de tener su apoyo.

- Tienes razón, voy a darlo todo y hacer que mi país se sienta orgulloso-.

Héctor me abraza fuerte. -Lo sé que lo harás. Estaré aquí, esperándote, cuando regreses-.

Me siento un poco mejor después de su abrazo. Sé que voy a extrañarlo mucho, pero también estoy emocionada de vivir esta nueva experiencia y hacer que mi familia y mi país se sientan orgullosos.

confusing love -Héctor FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora