𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏 ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ ₊ ⊹ ˑ ִ ֶ 𓂃
Meses antes.
El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rosas mientras Nini limpiaba las mesas en la cafetería que había trabajado durante los últimos dos años. Era una tarde tranquila en "Café de los Sueños", un lugar pequeño pero acogedor en el centro de la ciudad. La cafetería, con sus paredes decoradas con cuadros y sus sillas de madera pulidas, estaba a punto de cerrar, y el murmullo habitual de los clientes se había reducido a unos pocos visitantes dispersos.
Nini, una joven de cabello corto y oscuro, estaba inmersa en sus tareas, casi automática en su rutina. La monotonía de la jornada la había llevado a un estado de concentración casi meditativo, cuando el sonido de la puerta al abrirse la sacó de su ensueño. Ella levantó la vista y vio a un hombre joven que entraba en la cafetería. Su cabello rubio desordenado y sus gafas oscuras daban un aire de misterio que le resultaba familiar.
—Hola, bienvenido —dijo Nini con una sonrisa amigable, intentando no parecer demasiado curiosa. Aunque el cliente parecía ser un poco diferente de lo habitual, Nini estaba acostumbrada a recibir todo tipo de personas.
El hombre levantó la vista y, al notar la mirada inquisitiva de Nini, se acercó al mostrador. Sus ojos, de un dorado profundo, mostraban una mezcla de ansiedad y determinación. Sin decir una palabra, sacó una gorra del bolsillo de su chaqueta y la puso sobre su cabeza, ocultando su cabello rubio.
—¿Puedo ayudarte con algo? —preguntó Nini, mientras miraba a su alrededor para asegurarse de que todo estuviera en orden.
—Eh, sí, en realidad, necesito algo para tomar —dijo el hombre con un tono que denotaba cierta incomodidad. Su voz era suave, casi temblorosa.
Nini preparó un café con leche y lo sirvió en una taza blanca decorada con pequeños corazones. Mientras lo hacía, no pudo evitar observar al hombre con cierta curiosidad. Algo en su actitud, la forma en que miraba constantemente hacia la puerta y el nerviosismo en sus movimientos, le parecía extraño. Sin embargo, no dijo nada y entregó el café con una sonrisa cordial.
—Aquí tienes. ¿Algo más que pueda hacer por ti?
El hombre tomó la taza con una mano temblorosa, y Nini notó cómo sus dedos se enredaban alrededor del borde como si intentara aferrarse a algo tangible en medio de una tormenta interna.
—No, está bien. Gracias —dijo, llevándose la taza hacia una de las mesas al fondo de la cafetería. Se sentó en la esquina, de espaldas a la pared, y comenzó a revisar algo en su teléfono móvil.
Nini continuó con su rutina de limpieza, pero la presencia del hombre, que parecía estar en constante alerta, mantenía su mente ocupada. La idea de que algo extraño podía estar ocurriendo no la abandonaba, y se preguntaba si debía preocuparse. Sin embargo, el hombre parecía simplemente sumido en sus pensamientos, y ella trató de dejar el asunto de lado.
Cerca de las siete, el café estaba casi vacío, y el último cliente se preparaba para salir. Nini, satisfecha con su trabajo, comenzó a recoger los utensilios y a preparar la cafetería para cerrar. De repente, escuchó un sonido proveniente de la esquina donde el hombre estaba sentado. Al mirar, vio que el hombre se estaba acercando al mostrador con una expresión decidida.
—Disculpa —dijo, llamando la atención de Nini—, ¿puedo pedirte un favor?
Nini levantó una ceja, algo desconcertada. —Claro, ¿qué necesitas?
El hombre miró hacia la puerta y luego a Nini, su expresión mostrando una mezcla de miedo y determinación. —¿Podrías dejarme quedarme aquí un rato más? No me siento seguro afuera.
Nini frunció el ceño. —¿Te refieres a quedarte en la cafetería después de cerrar? Lo siento, pero ya estamos por cerrar. No puedo hacer excepciones.
El hombre parecía inquieto, y su mirada se volvió aún más ansiosa. —Por favor, es importante. Estoy... estoy en una situación complicada. No quiero llamar la atención.
La súplica en su voz hizo que Nini dudara por un momento. Ella sabía que no debía, pero algo en la desesperación del hombre le hacía sentir compasión. Finalmente, asintió con resignación.
—Está bien, pero solo por unos minutos. Necesito asegurarme de que todo esté en orden antes de cerrar.
El hombre asintió rápidamente y se dirigió de nuevo a su mesa. Mientras Nini continuaba con sus tareas, no pudo evitar observarlo de reojo. Algo en su comportamiento seguía llamando su atención, pero ella trató de concentrarse en terminar de limpiar y guardar los utensilios.
Unos minutos después, mientras Nini estaba organizando la caja registradora, el hombre se levantó y se acercó nuevamente al mostrador. Su expresión era ahora más calmada, pero todavía había un aire de tensión en su postura.
—Gracias por dejarme quedarme —dijo, con una sonrisa algo forzada—. Me llamo Kenma, por cierto. Solo quería presentarme antes de irme.
Nini lo miró con una mezcla de curiosidad y alivio. —De nada, Kenma. Me alegra que estés bien. ¿Necesitas algo más antes de irte?
Kenma sacudió la cabeza y, con una última mirada a su alrededor, se dirigió a la puerta. —No, creo que eso es todo. Solo quería salir de aquí antes de que la situación se pusiera peor.
Ella asintió, sintiendo una mezcla de alivio y confusión. —Bueno, que tengas una buena noche, Kenma.
Kenma salió de la cafetería con un paso rápido, y la puerta se cerró detrás de él. Nini observó por la ventana mientras se alejaba, todavía con la sensación de que algo no estaba del todo bien. Sin embargo, trató de no pensar demasiado en ello y terminó de cerrar la cafetería.
Fue breve, pero no podía sacarse de la cabeza la sensación de que había algo más detrás de su extraño comportamiento.
A medida que apagaba la última luz y se preparaba para salir, la imagen de los ojos de Kenma, llenos de una mezcla de miedo y determinación, seguía rondando en su mente. No podía evitar preguntarse qué lo había llevado a buscar refugio en su pequeña cafetería y qué tipo de problemas estaba enfrentando. Mientras cerraba la puerta detrás de ella, una parte de Nini deseaba haberle ofrecido más ayuda, pero la otra sabía que era mejor no involucrarse demasiado en los asuntos de un desconocido.
Sin embargo, ese sentimiento de curiosidad y la inquietante conexión que había sentido con Kenma no la abandonaron, incluso mientras caminaba de regreso a su casa. El encuentro había dejado una impresión en ella, una marca que, sin saberlo, se convertiría en el comienzo de una historia mucho más complicada y oscura de lo que Nini podría haber imaginado.
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Prisión de almas ➝ Kenma / Haikyuu
Fanfiction❥ Nini, la empleada de una cafetería, se ve atrapada en una situación inesperada cuando Kenma, un streamer famoso con una obsesión peligrosa, la secuestra. Mientras enfrenta esta inquietante realidad, una conexión inesperada comienza a florecer entr...