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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 7  ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ ₊ ⊹ ˑ ִ ֶ 𓂃

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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 7  ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ ₊ ⊹ ˑ ִ ֶ 𓂃

Nini apagó las luces de la cafetería y cerró la puerta con cuidado, asegurándose de que todo quedara en orden. Había sido un día largo, y aunque estaba cansada, una extraña sensación de anticipación la acompañaba. El encuentro con Kenma en la mañana aún le daba vueltas en la cabeza, y aunque había intentado no pensar demasiado en el regalo que le había dejado en el casillero, su mente regresaba a él una y otra vez.

El aire nocturno era fresco, y Nini abrazó la chaqueta que llevaba, sintiendo un escalofrío que no tenía nada que ver con el frío.

Cuando llegó a la esquina, justo antes de tomar el camino hacia su casa, su teléfono volvió a vibrar. Era otro mensaje de Kenma.

"¿Caminamos juntos?"

Nini se detuvo, mirando la pantalla. No sabía si responder o simplemente seguir adelante, pero antes de que pudiera decidirse, escuchó pasos suaves detrás de ella. Al girar la cabeza, lo vio acercándose, las manos en los bolsillos de su chaqueta, con esa expresión tranquila que siempre llevaba.

—¿Te molesta? —preguntó, su voz baja y algo tímida.

Nini negó con la cabeza, sintiendo cómo el corazón le latía un poco más rápido.

—No, para nada —respondió, sonriendo—. Me alegra que estés aquí.

Ambos comenzaron a caminar en silencio, las luces de la calle proyectando sombras suaves a su alrededor. A pesar de lo que había pasado el día anterior, de la extraña sensación de que algo cambiaba entre ellos, estar con Kenma en ese momento se sentía... natural. Como si ese fuera el lugar donde debía estar.

—Gracias por el llavero —dijo finalmente, rompiendo el silencio—. Es muy bonito.

—Me alegra que te guste —respondió Kenma, mirándola de reojo—. Vi que llevabas uno que estaba algo desgastado, y pensé que tal vez te gustaría tener otro.

Nini miró sus dedos, donde ahora brillaba el llavero colgando en las llaves que Kenma le había regalado. Sentía que había algo más en ese gesto, algo que no alcanzaba a comprender del todo, pero que la hacía sentir extrañamente conectada con él.

Cuando llegaron al frente de su casa, Nini se detuvo y lo miró. Había tantas cosas que quería preguntarle, tantas cosas que quería entender, pero no sabía por dónde empezar. Y, sin embargo, antes de que pudiera decir nada, Kenma se adelantó.

—Nini —dijo, su voz sonando más seria de lo habitual—. Quería disculparme por lo de ayer, por aparecer en tu casa así. No era mi intención asustarte.

—No me asustaste —respondió ella rápidamente, sorprendida por la sinceridad en sus ojos—. Solo me sorprendió verte ahí, eso es todo.

—A veces... —Kenma hizo una pausa, buscando las palabras—, a veces no sé cómo expresarme bien. Pero realmente me importas, y quiero que estés bien. No sé cómo explicarlo.

Prisión de almas ➝ Kenma / HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora