𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 9 ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ ₊ ⊹ ˑ ִ ֶ 𓂃
El día del cumpleaños de la abuela de Nini comenzó con el canto de los pájaros que resonaban a través de las ventanas abiertas de la casa. El sol se filtraba por las cortinas, proyectando suaves rayos dorados que iluminaban los muebles y daban vida a las fotografías enmarcadas que adornaban las paredes. Desde temprano, la casa estaba llena de energía, con el aroma de comida casera flotando en el aire y el sonido de risas mezclándose con conversaciones animadas.
Nini se encontraba en la cocina, ayudando a su madre a preparar los últimos detalles para la celebración. Cortaba frutas con cuidado, escuchando de fondo la voz alegre de su abuela que conversaba con algunos familiares en la sala. Había una calidez especial en el ambiente, una sensación de familiaridad y cariño que llenaba el espacio y hacía que se sintiera en paz.
La mesa del comedor estaba decorada con esmero, con un mantel bordado a mano que la abuela había guardado para ocasiones especiales. Flores frescas adornaban el centro, y los platos estaban colocados con precisión, listos para ser llenados con los platillos tradicionales que la familia esperaba con ansias.
A medida que los invitados comenzaban a llegar, la casa se llenaba de vida. Nini se aseguraba de saludar a todos, abrazando a tíos, primos y amigos cercanos que se acercaban para felicitar a la abuela. La tarde transcurría en un torbellino de abrazos, risas y anécdotas que se contaban una y otra vez, cada una evocando recuerdos y añadiendo nuevas capas a la historia familiar.
La abuela, sentada en su silla favorita, irradiaba felicidad. Su sonrisa era cálida y constante, mientras recibía los buenos deseos de todos. La joven no podía evitar sentirse agradecida por tenerla en su vida, por cada momento que habían compartido, por cada lección y consejo que le había dado a lo largo de los años.
—¡Mira cómo has crecido, Nini! —exclamó la tía Marta, abrazándola con cariño—. Parece que fue ayer cuando jugábamos juntas en el jardín.
—¡Sí, el tiempo pasa volando! —respondió, sonriendo mientras ayudaba a servir la comida—. ¿Cómo has estado?
—De maravilla, querida. Aunque, ¡esta fiesta está maravillosa! La abuela está radiante.
Al caer la tarde, el ambiente se volvía cada vez más animado. Sin embargo, Nini comenzó a sentir un pequeño nudo en el estómago al darse cuenta de que se había olvidado de algo importante: el regalo que había planeado para su abuela. Mientras todos se preparaban para salir a ver los fuegos artificiales que su tío había organizado fuera de la ciudad, ella decidió quedarse en casa para buscar el regalo. El bullicio de los preparativos para la salida llenaba la casa, y la abuela y los demás invitados estaban emocionados por el espectáculo que les esperaba.
—Nini, ¿vas a venir con nosotros a ver los fuegos artificiales? —preguntó su madre, ya con el abrigo puesto y lista para salir.
—No, mamá. Creo que me quedo aquí un momento más —dijo, tratando de sonar segura—. Me olvidé del regalo para la abuela y quiero encontrarlo antes de que se vayan.
—Está bien, querida. No te preocupes por nada más. Nos vemos en un rato —respondió su madre, dándole un último abrazo antes de salir con los demás.
Cuando la casa quedó en silencio, Nini se movió de un lado a otro, buscando el regalo que había escondido en algún rincón. Revisaba cada habitación meticulosamente, sus pasos resonando en los pasillos vacíos mientras el tiempo pasaba lentamente.
A medida que buscaba, su teléfono comenzó a sonar. Era Kenma, llamando insistentemente. Nini miró la pantalla y vio que había varias llamadas perdidas de él. Decidió no contestar de inmediato, enfocándose en encontrar el regalo.
Mientras estaba en el dormitorio de la abuela, el teléfono vibró de nuevo, esta vez con un mensaje de Kenma:
"Nini, ¿estás bien? He estado intentando llamarte. Estoy preocupado."
Lo leyó rápidamente y lo ignoró por ahora, su mente aún centrada en encontrar el regalo. Finalmente, después de buscar en todos los lugares posibles, encontró el regalo en una caja de almacenamiento en el armario del dormitorio de la abuela. Con un suspiro de alivio, lo sacó y lo envolvió en papel brillante, sintiéndose un poco más tranquila. Mientras lo acomodaba en la mesa, comenzó a escuchar un sonido extraño que interrumpió el silencio: el crujido de vidrio rompiéndose.
El corazón de Nini se aceleró, y se detuvo en seco, mirando alrededor. El sonido parecía provenir del piso de abajo. Se acercó lentamente, con la linterna en mano, y se dio cuenta de que el vidrio roto provenía de una ventana en la sala. Los fragmentos estaban esparcidos por el suelo y el viento frío que entraba por la abertura hacía que las cortinas ondearan inquietantemente.
A medida que el miedo se apoderaba de ella, Nini se dirigió con cautela hacia la sala, tratando de no hacer ruido. La sensación de vulnerabilidad era palpable, y sus pasos se sentían pesados mientras avanzaba hacia la fuente del sonido.
Se acercó a la ventana rota y examinó el área. No parecía haber signos de intrusión obvios, pero el vidrio roto seguía resonando en su mente, dejándola con una sensación de inquietud. Decidió regresar a la cocina para buscar su teléfono y asegurarse de que todo estaba bien.
Cuando tomó el teléfono, notó que Kenma había dejado varios mensajes de voz, junto con más mensajes de texto. Lo que comenzó como un simple intento de comunicarse se había convertido en una serie de mensajes urgentes y preocupados:
"Nini, por favor, contéstame. Estoy preocupado. No puedo localizarte y no me gusta cómo suena esto."
"Nini, ¿estás en casa? Si estás sola, por favor, llámame."
Sintiendo una creciente preocupación, se quedó en la cocina esperando, su mente llenándose de pensamientos inquietantes mientras el tiempo pasaba lentamente. La sensación de soledad y el eco del vidrio roto aún resonaban en su mente, mientras se preguntaba qué había causado el sonido y si estaba realmente sola en la casa.
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Prisión de almas ➝ Kenma / Haikyuu
Fanfiction❥ Nini, la empleada de una cafetería, se ve atrapada en una situación inesperada cuando Kenma, un streamer famoso con una obsesión peligrosa, la secuestra. Mientras enfrenta esta inquietante realidad, una conexión inesperada comienza a florecer entr...