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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 19 ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ ₊ ⊹ ˑ ִ ֶ 𓂃

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Perspectiva de Kenma.

Kenma observaba el cielo en penumbra, sentado junto a Nini mientras la brisa suave acariciaba su rostro. Aunque externamente mantenía su habitual calma impenetrable, su mente no dejaba de trabajar en lo que vendría. Sabía que lo que estaba por hacer cambiaría todo, pero en su interior, no sentía dudas. Había planeado esto meticulosamente, y ahora solo quedaba ejecutarlo.

Sentía el calor de Nini a su lado, el roce suave de su brazo contra el suyo mientras compartían la última de las galletas que ella había horneado con tanto esmero. Kenma disfrutaba de la sensación de tenerla cerca, pero al mismo tiempo, esa misma proximidad intensificaba un anhelo que no podía ignorar. No era solo el deseo de estar con ella, sino de controlarlo todo, de que Nini fuese solo suya, para siempre. Ese pensamiento lo reconfortaba, incluso mientras mantenía una expresión tranquila.

—Kenma, ¿estás bien? —preguntó Nini suavemente, interrumpiendo sus pensamientos. Lo miró con curiosidad, sus ojos brillando bajo las estrellas.

Él asintió, con una ligera sonrisa. —Sí, solo estoy pensando. El día ha sido... perfecto.

Ella sonrió, devolviéndole una mirada cálida y tierna. Pero Kenma sabía que ese momento de tranquilidad era solo el preludio de algo mucho más grande, algo que él había decidido. Y pronto, tendría que empezar a mover las piezas.

Sin hacer mucho ruido, Kenma sacó su teléfono del bolsillo, deslizó el dedo por la pantalla y encontró el contacto que buscaba. Kuroo. Lo necesitaba para lo que estaba por venir. Con un vistazo rápido hacia Nini, quien estaba distraída mirando el cielo, Kenma presionó el botón de llamada y se llevó el teléfono al oído.

El teléfono sonó una vez. Dos veces. Finalmente, Kuroo contestó, su tono de voz era serio, pero relajado.

—¿Kenma? ¿Todo bien? —preguntó Kuroo desde el otro lado de la línea.

—Sí —respondió Kenma, manteniendo su tono neutral—. Estoy en el parque con Nini. Todo va según lo planeado.

Un breve silencio se hizo al otro lado de la línea, como si Kuroo estuviera procesando lo que aquello significaba. Finalmente, su voz volvió, un poco más tensa esta vez.

—¿Estás seguro de que quieres seguir con esto? —preguntó Kuroo, con una cautela inusual en él—. Sabes que no estoy del todo de acuerdo, pero si ya lo decidiste...

Kenma observó cómo Nini jugaba distraídamente con una hebra de su cabello, ajena a la conversación. Se levantó lentamente de la manta para alejarse unos pasos, asegurándose de que ella no escuchara.

—No es una cuestión de si quiero o no —respondió Kenma, su tono firme—. Es lo que debe hacerse. Tú entiendes lo importante que es para mí.

Kuroo suspiró al otro lado de la línea. —No me malinterpretes. Sé lo que significa para ti, pero... ¿es necesario hacerlo de esta manera?

Kenma mantuvo su mirada fija en la oscuridad del parque, donde las sombras parecían crecer alrededor de ellos.

—Lo es. Quiero que ella esté conmigo, solo conmigo. Esto es la única manera de asegurarme de que todo salga bien —respondió Kenma, sin dejar lugar a dudas.

El silencio entre ellos fue tenso. Kuroo sabía perfectamente lo que Kenma quería, y aunque no estaba del todo de acuerdo, su lealtad era indiscutible.

—De acuerdo, lo haré —dijo Kuroo finalmente, su tono resignado—. Pero recuerda, Kenma, si algo sale mal... habrá consecuencias.

—No habrá fallos —respondió Kenma con frialdad—. Confío en ti.

Con eso, Kenma colgó el teléfono y regresó a la manta donde Nini lo esperaba con una sonrisa. Su expresión no había cambiado en lo más mínimo, como si la llamada no hubiera ocurrido.

—¿Todo bien? —preguntó ella.

—Sí, solo tenía que confirmar algo para un evento como streamer —mintió, sonriendo con calma—. De hecho, iba a decírtelo. Tengo un evento pronto, así que deberíamos irnos.

Nini asintió, aunque su sonrisa se desvaneció un poco. —Oh, claro. Entiendo.

Kenma notó el leve matiz de decepción en su voz, pero no le dio importancia. Sabía que el tiempo estaba en su contra, y cuanto antes actuara, mejor. Comenzaron a recoger las cosas lentamente, mientras Nini hacía comentarios sobre lo bonito que había sido el picnic, lo mucho que le había gustado pasar ese rato con él.

Finalmente, cuando estuvieron listos, la tomó de la mano, guiándola a través del parque bajo el cielo estrellado. Se aseguraba de que ella no sospechara nada, de mantener el ambiente ligero, romántico incluso. Lo que iba a hacer requería paciencia y precisión.

Caminaron hasta la puerta de la casa de Nini. Ella se giró para mirarlo, con esa mezcla de cariño e incertidumbre en los ojos.

—Gracias por hoy, Kenma. Realmente fue un día perfecto —dijo, susurrando las últimas palabras mientras el viento suave movía su cabello.

Kenma la miró durante unos segundos, notando la vulnerabilidad en su expresión. Y, sin pensarlo demasiado, dio un paso hacia ella. Se acercó lentamente, como si el tiempo se hubiera detenido. Sus rostros se encontraron a centímetros de distancia, y en un gesto suave, la besó.

El beso fue lento, profundo, cargado de emociones que habían estado acumulándose durante semanas. Nini cerró los ojos y se dejó llevar, mientras sus manos se entrelazaban. Kenma sintió la conexión que tanto había deseado, pero, al mismo tiempo, sabía que este momento era solo un paso más en su plan.

Cuando finalmente se separaron, Nini sonreía, un leve rubor en sus mejillas.

—Nos vemos pronto, ¿verdad? —preguntó, con una esperanza que resonaba en sus palabras.

—Por supuesto —respondió Kenma, sonriendo de vuelta, pero ya con su mente en lo que vendría después.

La observó entrar en su casa antes de girarse y caminar hacia la suya. El plan ya estaba en marcha. Ahora, era solo cuestión de tiempo.

De vuelta en su casa, se dirigió directamente hacia la habitación que había preparado. Su lugar personal de trabajo ahora lucía diferente. Las paredes, frías y desnudas, pronto serían testigos de algo más. Colocó con precisión las cortinas gruesas que impedirían la entrada de cualquier luz, y se aseguró de que las cerraduras estuvieran listas. Había estado acondicionando este espacio desde hacía semanas, calculando cada detalle para que nada pudiera salir mal.

Mientras movía una silla al centro de la habitación, su mente volvía a Nini. Sabía que ella lo querría, lo entendería, solo necesitaba hacer que se diera cuenta de que no había otro lugar para ella que no fuera a su lado.

Kenma se detuvo un momento, observando la sala que estaba construyendo. Sí, todo estaba listo. Todo estaría bajo su control, y cuando el momento llegara, Nini sería suya. Completamente suya.

Con una sonrisa ligera y fría, Kenma apagó las luces.








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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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Prisión de almas ➝ Kenma / HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora