Prisión de almas ➝ Kenma / Haikyuu

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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 16 ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ ₊ ⊹ ˑ ִ ֶ 𓂃

Habían pasado dos semanas desde el incidente, y aunque Nini ya podía caminar por su cuenta, todavía tenía que evitar actividades que exigieran demasiado esfuerzo físico. Sus movimientos seguían siendo cautelosos, pero con cada día se sentía más fuerte. Se había acostumbrado a la rutina de recuperación y a la compañía constante de Kenma, quien se aseguraba de que no le faltara nada. Pero la tranquilidad aparente no eliminaba del todo la sensación de inquietud que se había instalado en su mente desde que Mei bromeó sobre Kenma.

Esa tarde, mientras Nini revisaba unos documentos en la mesa de la sala, escuchó la puerta abrirse y la inconfundible voz de Mei resonó desde el pasillo.

—¡Nini! —gritó su amiga, acercándose rápidamente con una sonrisa traviesa—. Tengo algo jugoso que contarte.

Nini levantó la vista, entre curiosa y un poco preocupada, sabiendo que cuando Mei llegaba con ese tono de voz, no era nada común.

—¿Qué pasa ahora? —preguntó Nini, dejando los papeles a un lado y prestando toda su atención.

—Bueno... —Mei tomó una silla y se sentó frente a ella, acomodándose con dramatismo—. Estuve investigando un poco sobre Kenma.

Nini levantó una ceja. Mei siempre tenía esa curiosidad insaciable, pero no esperaba que ahora se hubiera puesto a investigar sobre su vida personal.

—¿Investigando? —repitió Nini, sin estar muy segura de si quería saber más—. Mei, ¿por qué harías eso?

—¡Porque te preocupas por él! —dijo Mei, como si fuera la cosa más obvia del mundo—. Y quería asegurarme de que todo estuviera en orden. Ya sabes, para que no tengas que preocuparte más.

Nini suspiró, un tanto irritada pero también con curiosidad.

—Bueno, ¿y qué encontraste?

—Primero, lo más obvio. Kenma es un streamer famoso —empezó Mei, mientras Nini asentía, sabiendo ya esa parte de la historia—. Eso no es nuevo, claro, pero lo interesante es que encontré una página que hablaba de una denuncia en su contra. Al parecer, hace unos años una chica lo acusó de estarla observando.

Nini se tensó de inmediato, su corazón comenzó a latir más rápido.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando?

—Sí, sí, escucha. Esta chica lo denunció, diciendo que la seguía y la observaba de forma extraña. Pero el caso no llegó a ningún lado. Lo raro es que justo cuando eso salió a la luz, otro escándalo más grande de un famoso distrajo a todos. Fue como una nube de humo, ¿sabes? Algo extraño.

Nini sintió un nudo en el estómago. ¿Podría Kenma haber hecho algo así? La duda la atravesó como un rayo, pero al mismo tiempo, no podía creerlo. Kenma había sido tan atento con ella, tan presente. Nunca había mostrado señales de ser una persona capaz de algo tan oscuro. ¿O sí?

—¿Estás segura de que era él? —preguntó Nini, con la esperanza de que Mei hubiera confundido algo.

—No hay nombres explícitos en los artículos, pero todo apunta a él. La chica nunca dio demasiados detalles y como te digo, el escándalo quedó en nada. Pero no pude evitar preocuparme un poco. Sé que es tu casi novio o lo que sea, pero pensé que debías saberlo.

Nini se recostó en su silla, con la mente hecha un caos. Mei, viendo su reacción, intentó suavizar el ambiente.

—Oye, no te lo tomes tan en serio, ¿sí? Quizá todo fue un malentendido. Además, para que te olvides de esto, tengo una mejor idea.

—¿Cuál? —preguntó Nini, con el ceño aún fruncido por la noticia.

—¡Nos vamos de campamento mañana! —exclamó Mei, con una sonrisa—. Ya hablé con tus padres, me dijeron que estabas libre, y ya hice tu bolso. Será divertido. Vamos con Shoyo, Shinso y Kagami, ¿te acuerdas de ellos?

Nini parpadeó, tratando de procesar la información rápidamente.

—¿Campamento? Pero... Mei, ni siquiera me has dado tiempo de pensar en eso.

—¡Por eso lo hago yo! —respondió Mei, riendo—. Vas a disfrutarlo, Nini. No necesitas pensar en Kenma ni en ese estúpido rumor. Vamos a pasarla bien, y Kagami te extraña. El pobre está loco por ti, ¿sabes?

Nini dejó escapar una risa nerviosa. Sabía que a Kagami le gustaba, pero nunca le había prestado demasiada atención. Aún así, la idea de un campamento con amigos no sonaba tan mal. Quizás era justo lo que necesitaba para despejar su mente y dejar de darle tantas vueltas a las cosas.

—Está bien —aceptó finalmente, aunque su mente seguía fija en lo que Mei le había dicho antes—. Pero necesito un poco de tiempo para procesar todo esto, además hoy tengo un picnic con Kenma y debo hornear galletas.

—Claro, claro —Mei se levantó de la silla, dando una vuelta alrededor de la sala con emoción—. Mañana por la mañana salimos. Te prometo que te vas a divertir, y además, Shoyo está armando una competencia de quién puede encender una fogata más rápido. No me lo perdería por nada del mundo.

Nini sonrió, aunque en su interior las dudas seguían latentes. ¿Cómo podía disfrutar de algo cuando la imagen de Kenma seguía persiguiéndola? Pero Mei tenía razón. Necesitaba un descanso de todo lo que estaba pasando, y un viaje al aire libre podría ser justo lo que necesitaba.

Mei se acercó y le dio un suave golpe en el hombro.

—¡Vamos, Nini! Mañana será un nuevo día, y este campamento será divertido. Te prometo que te olvidarás de todo por un rato.

—Eso espero —murmuró Nini.

Cuando Mei fue a buscar los ingredientes para la preparación, los pensamientos sobre Kenma y la extraña denuncia volvieron a asaltarla. ¿Debería hablar con él sobre esto? ¿O era mejor dejarlo en el pasado?

Sabía que el día siguiente traería consigo un cambio de escenario, y aunque intentaba mantener una actitud positiva para terminar el día, las dudas sobre Kenma seguían pesando en su mente. Pero por ahora, todo lo que podía hacer era esperar a ver qué traería el campamento y disfrutar del tiempo con sus amigos, y Kenma.

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