Capítulo 4

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Llegué a la fiesta  con el corazón latiendo con fuerza. La música retumbaba en el interior de la casa, y las luces parpadeantes creaban un ambiente vibrante y caótico. A medida que cruzaba la puerta, un torrente de emociones me invadió: nervios, anticipación y, sobre todo, esa inquietante sensación de que algo no estaba bien.

Me sorprendí al ver a mis amigas ya habían llegado y no me habían dicho nada, estaban dispersas por la sala, riendo y disfrutando de la compañía de algunos chicos y chicas, pero yo me sentía un poco fuera de lugar. Busqué a Lucas entre la multitud, pero no lo vi de inmediato. En cambio, me encontré con algunas caras conocidas, y traté de relajarme un poco al unirme a una conversación. Sin embargo, mi mente seguía regresando a su mensaje y a la inquietud que había despertado en mí.

Después de un rato, decidí dar una vuelta por la casa. Mientras caminaba, escuché risas y murmullos provenientes de una habitación más alejada. Me acerqué y vi a un grupo de chicos en el suelo, pasando algo entre ellos. Mi corazón se aceleró al recordar las historias que había oído sobre el grupo de Lucas. "No, no, no", pensé, sintiendo que la ansiedad me invadía.

Justo en ese momento, vi a Lucas salir de la habitación. Su mirada se iluminó al verme, y se acercó con una sonrisa que, aunque atractiva, no me daba la confianza que necesitaba.

—¡Hola! Me alegra que vinieras —dijo, con un tono que sonaba un poco demasiado entusiasta.

Gracias —respondí, tratando de mantener la voz firme. —¿Qué tal va la fiesta?

—Genial, como puedes ver —dijo, señalando a la multitud—. Pero hay algo que quería hablar contigo. Algo importante.

Su expresión se tornó más seria, y eso me hizo sentir aún más nerviosa.

—¿De qué se trata? —pregunté, intentando sonar despreocupada.

—Es mejor que hablemos en privado —sugirió, mirando a su alrededor. —¿Te gustaría salir al patio?

Mi instinto me decía que debía tener cuidado, pero la curiosidad me empujó a seguirlo. Caminamos hacia el patio trasero, donde el aire fresco contrastaba con el ambiente cargado de la fiesta.

—¿Qué querías decirme? —pregunté, tratando de mantener la calma.

Lucas se detuvo y me miró a los ojos. Su expresión era intensa, y por un momento, sentí que había algo más que simple interés en su mirada.

—He notado que te sientes un poco fuera de lugar. No quiero que te sientas incómoda aquí. —Hizo una pausa, como si estuviera eligiendo sus palabras cuidadosamente—. Pero también quería decirte que me gustaría conocerte mejor.

Su confesión me sorprendió. A pesar de la atracción que sentía por él, las alarmas en mi cabeza seguían sonando.

—No estoy segura de lo que eso significa —respondí, intentando ser honesta. —He oído cosas sobre tu grupo, y no estoy completamente cómoda con eso.

Lucas frunció el ceño, y por un momento, pareció genuinamente confundido.

—No soy como los demás —dijo, con un tono de voz más serio—. Quiero que sepas que no estoy aquí por eso. Me gustas, y no quiero que te dejes llevar por rumores.

Su sinceridad me hizo dudar. ¿Podría ser verdad? ¿Era posible que Lucas no fuera quien yo pensaba? La atracción que había sentido por él comenzaba a mezclarse con la desconfianza, y no sabía qué camino tomar.

—Necesito tiempo para pensarlo —respondí finalmente, sintiendo que era lo más honesto que podía hacer en ese momento.

—Está bien. Solo quería que supieras cómo me siento. —Hizo una pausa—. Disfruta de la fiesta. Estoy aquí si decides hablar más tarde.

Secuestrada por un conocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora