Capítulo 27

1 0 0
                                    

Despierto en una habitación iluminada por una luz tenue y cálida. El ambiente tiene un aire romántico, con velas encendidas y una música suave de fondo que emite una sensación de calma. Al principio, me siento desconcertada por la falta de claridad en cuanto a cómo llegó allí, pero un suave toque en su mano la hace girar hacia el lado de la cama.

—Buenos días, amor —le dice José con una sonrisa cálida—. ¿Cómo te sientes hoy?

Lo miro con una mezcla de sorpresa y confusión. La habitación y la situación en la que se encuentra parecen desconectadas de la realidad que conocía. Intentaba recordar cómo llegó allí, pero no puede.

—José, ¿qué está pasando? ¿Por qué estoy aquí? 

-Tuviste un accidente automovilístico amor. 

osé me observó con una expresión que intentaba ser reconfortante. Su mano acarició mi rostro con una ternura que, aunque reconfortante, me hizo estremecer.

Fruncí el ceño, buscando señales de sinceridad en su rostro. Aunque se siente desconcertada, hay algo en el tono de su voz y en su comportamiento que le resulta familiar. José continúa hablando, tratando de reforzar su historia.

—Sí, mi amor. Tuviste un accidente. Fue muy duro para ti... pero estoy aquí para cuidarte. Lo importante es que estamos juntos y que todo va a estar bien —dijo, su voz calmada como si intentara envolverme en un abrazo tranquilizador.

Fruncí el ceño. Algo en sus palabras no encajaba del todo. Recordaba vagamente que habíamos terminado, pero todo estaba borroso y confuso. Mi mente trataba de hacer conexiones que simplemente no podía alcanzar.

—Pero... no sé por qué, siento que algo no está bien. ¿Y Lucas? ¿Dónde está? ¿Por qué no puedo recordarlo todo claramente? —la preocupación se hizo evidente en mi voz.

Al mencionar a Lucas, vi que el rostro de José se tensaba ligeramente. Se inclinó hacia mí, forzando una sonrisa que no me convenció del todo.

—Lucas no está aquí, Emily. Él... se fue. Lo único que importa es que estás conmigo. Deberías descansar y dejar de preocuparte por cosas que no importan ahora.

Mi corazón comenzó a latir más rápido, y un creciente pánico comenzó a formarse en mi pecho. Algo dentro de mí me decía que no debía confiar en él, pero no podía entender por qué. Con una sensación de desesperación, me levanté de la cama, alejándome de él.

—No, necesito saber la verdad. ¿Qué me estás ocultando, José? Esto no se siente bien.

José se levantó rápidamente, su expresión de preocupación ahora parecía forzada. Se acercó a mí, intentando mantener una calma que no sentía.

—Tranquila, amor. No quiero que te alteres. Todo esto es por tu bien. Por favor, confía en mí.

Lo miré fijamente, buscando alguna verdad en sus ojos. Sentía que estaba atrapada en una pesadilla sin fin. Mi mente estaba en una batalla interna, y la necesidad de respuestas se volvía más desesperada.

—No puedo seguir aquí sin respuestas. Si me amas como dices, entonces dime la verdad. ¿Qué me pasó realmente? ¿Por qué no puedo recordar lo que quiero recordar?

José suspiró, cerrando los ojos por un momento antes de mirarme nuevamente. Se arrodilló frente a mí, tomando mis manos con suavidad.

—Emily, a veces la mente nos juega malas pasadas. Pero yo siempre estaré aquí para ti, para cuidarte y protegerte. Te amo, y eso nunca cambiará.

Me senté en el borde de la cama, tratando de ordenar mis pensamientos. La mirada de José, mezcla de preocupación y algo que no podía identificar, me hizo sentir más inquieta. ¿Era control? ¿Temor a que yo descubriera algo que él quería mantener oculto?

Secuestrada por un conocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora