Capítulo 13

1 0 0
                                    

Estaba bastante nerviosa, mientras caminaba hacia el parque para encontrarme con José. Iba pensando en cómo  reaccionaría él cuando le compartiera su deseo de esperar hasta el matrimonio para tener intimidad sexual.no sabía que iba a opinar al respecto, ¿Y si José se molestaba y decidía terminar la relación? ¿Y si me viera rara por tocar este tema sin habernos dado ni un solo beso? ¿Y si nunca tenía esos deseos conmigo? Esos pensamientos le revolvían el estómago. Como mis amigas siempre andan diciendo que los hombres solo piensan en sexo, yo tenía nervios que me rechazara aún que me rechazara estaba preparada emocionalmente y psicológicamente como para decirle que no importaba porque mis creencias estaban primero y mi amor a Dios era más fuerte que la idea de estar con él, pero aun así no podía imaginarme escenas en los peores escenarios. 

Sin embargo, también recordaba lo respetuoso y atento que siempre había sido José con ella. Confiaba en que él entendería la importancia que tenía para ella esperar hasta el matrimonio. Después de todo, eso era algo que definía quién era ella.

Al llegar al parque, vi a José esperándome, con una sonrisa que iluminaba su rostro. Me senté junto a él, y después de unos momentos de charla ligera, supe que era el momento de abordar el tema.

—José, hay algo importante de lo que quiero hablar contigo —dije, sintiendo que mi corazón latía más rápido.

—Claro, ¿de qué se trata? —preguntó, mirándome con atención.

—He estado pensando mucho en nuestra relación y en lo que significa para mí. Quiero ser honesta contigo. Me gustaría esperar hasta el matrimonio para tener intimidad sexual —le dije, sintiendo que cada palabra era un paso hacia lo desconocido. Yo sé que no hemos tocado ese tema y ni siquiera me lo has insinuado, pero quiero que sepas por si algún momento llegue a pasar algo y si me quito no creas que te estoy rechazando. 

Él me miró, y por un momento, el silencio se hizo pesado.

—Entiendo —respondió finalmente—. Y respeto completamente tu decisión. Para mí también es importante esperar hasta que estemos casados.

—¿De verdad? —pregunté, buscando su mirada.

—Sí, aunque no soy muy religioso, a veces voy a la iglesia con mi familia. Creo que el matrimonio es una unión sagrada y especial —dijo, con sinceridad en su voz.

—Eso significa mucho para mí —respondí, sintiendo que nuestra conexión se fortalecía.

—Además, me gustaría conocerte mejor. ¿Te gustaría que fuera tu novio? —preguntó, sonriendo.

—¡Claro que sí!, pero hay una condición —dije, sintiendo que la emoción me invadía—. Tienes que ir a pedir mi entrada a la antigua, como se hacía antes.

¿Qué tal hoy en la noche, a las 7 PM? —preguntó José, con una sonrisa entusiasta.

—¡Está bien! —respondí, sintiendo que la emoción me invadía—. Iré a mi casa, a cambiarme y a decirles a mis padres que tengo novio.

—Perfecto. Estoy ansioso por conocerlos —dijo él, su mirada llena de entusiasmo.

—Yo también estoy emocionada, pero un poco nerviosa —admití, sintiendo un ligero cosquilleo en el estómago.

—Sí, eso espero. Mis padres son un poco exigentes, pero estoy segura de que les gustarás —dije, sonriendo.

—Entonces, ¿nos vemos a las 7? —confirmó, tomando mi mano y dándole un suave apretón.

—Sí, nos vemos a las 7. No puedo esperar para que esto suceda —dije, sintiendo que la emoción crecía en mí.

Nos despedimos con un abrazo cálido, y mientras caminaba hacia mi casa, no podía evitar sentirme feliz. Había dado un gran paso en mi relación con José, y ahora estaba lista para compartir esa alegría con mis padres. 

Secuestrada por un conocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora