Capítulo 32

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Me preguntaba por qué José nunca me dejaba sola y siempre teníamos comida, que pasaba con el dinero, eso me hacia imposible el poder escapar. Y cuando salía lo hacía mientras yo dormía.  Así que me animé y le pregunté que porque no tenía trabajo, que cómo hacía con el dinero. 

Así que empezó a contarme sobre su historia. 

La conversación sobre su pasado y la herencia de José comenzó a despejar algunas dudas, pero también me dejó con nuevas inquietudes. Mientras él me contaba su historia, me preguntaba si estaba recibiendo toda la verdad o si había algo más detrás de su relato.

—José, —empecé con cautela—, me parece increíble que hayas dejado tu trabajo en el banco para dedicarte a cuidarme. Pero, ¿por qué no me hablaste de esto antes? Me gustaría saber más sobre tu herencia y cómo planeas manejar todo esto.

—Después de que mis padres fallecieron, recibí una herencia considerable. Fue una época difícil para mí, pero la oportunidad de dedicarme a cuidar de ti fue algo que elegí con mucho amor. —dijo—. Cuando te despertaste del coma, supe que necesitabas tiempo para recuperarte, y decidí usar parte de la herencia para asegurarme de que estuvieras bien cuidada. Mi trabajo en el banco era importante, pero decidí que tu bienestar era mi prioridad.

Me miró con un destello de emoción en sus ojos, como si esperara que yo sintiera gratitud por su sacrificio. Sin embargo, sentía que había algo que no encajaba del todo en su historia.

—Entiendo que quieras darme una vida digna, pero me preocupa que hayas dejado tu carrera para cuidarme. ¿No te sientes frustrado por no estar trabajando? —pregunté, intentando entender mejor su situación.

José asintió, su expresión se tornó más seria.

—La verdad es que no me siento frustrado, siempre supe que valía la pena.  Aunque me dediqué y me dedico todo este tiempo completamente a ti, sé que no podía hacerlo indefinidamente. La herencia, aunque grande, no es eterna. Por eso, planeo buscar otro trabajo cuando te recuperes por completo. —dijo—. Quiero asegurarme de que tengamos un futuro seguro y estable.

—¿Y cómo es que no he sabido nada de tu vida laboral o de tu herencia antes de esto? —pregunté, tratando de conectar los puntos.

José se tomó un momento para responder, como si estuviera buscando las palabras adecuadas.

—Después del accidente, te encontraste en un estado en el que no podías recordar muchas cosas. Decidí que era mejor enfocarme en tu recuperación y mantener las cosas simples. —explicó—. No quería abrumarte con detalles sobre mi vida o nuestra situación económica cuando lo único que necesitabas era recuperarte.

A pesar de sus palabras tranquilizadoras, me sentía inquieta. La narrativa de José parecía coherente en algunos aspectos, pero había algo en su manera de hablar y en la forma en que presentaba la información que me resultaba sospechoso. La falta de detalles verificables y la manera en que él controlaba mi entorno me dejaban con un sentimiento de desconfianza.

—Y tus padres, ¿cómo fallecieron? —pregunté, buscando más información sobre su historia personal.

—Fue en un accidente de coche, también murieron de esa manera, así que te entiendo perfectamente. —dijo, su tono se volvió melancólico—. Era un momento difícil, pero la herencia fue un consuelo inesperado. Desde entonces, he estado trabajando en asegurar un futuro estable para nosotros.

Me costaba creer que su historia se ajustara perfectamente a la narrativa que él había construido para mí. Las inconsistencias y las dudas seguían persistiendo en mi mente, y aunque sus palabras eran reconfortantes en algunos aspectos, mi intuición me decía que había más en juego de lo que me estaba mostrando.

Secuestrada por un conocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora