Capítulo 10

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Pasaron los días y los meses, ya estábamos por salir del colegio a punto de graduarnos, y ya me estaba recuperando de tristeza que me provocaba la ausencia de Lucas, aunque, casi no compartimos mucho, el poco tiempo había significado mucho para mí y el saber lo difícil que la estaba pasando, me echo sentir una empatía por él.

Un día, mientras caminaba por el parque, me encontré con José. Él estaba sentado en un banco, con una expresión pensativa. Su corazón se me aceleró al verlo, y de inmediato sentí una mezcla de alegría y nerviosismo.

—Emily. —dijo, levantando la vista y sonriendo al verme.

—Hola, José —Era extraño ver a alguien que había sido tan importante en mi vida, especialmente después de todo lo que había pasado.—¿Cómo has estado? — Dije intentando mantener la conversación ligera, pero mis pensamientos estaban enredados.

—He estado bien, tratando de encontrar mi camino. La vida ha sido un poco loca desde que me fui —respondió, su mirada fija en mí.

—Sí, lo sé. Fue un tiempo difícil para todos —dije, recordando la tristeza que había rodeado a nuestra escuela.

—Sabes, siempre pensé que deberíamos haber hablado más antes de que me fuera. Nunca tuve la oportunidad de  hablar contigo —dijo, su voz más seria.

—Yo también he pensado en eso. A veces me pregunto cómo habrían sido las cosas si no te hubieras ido —respondí, sintiendo que la sinceridad era importante en ese momento.

José sonrió.

 —Me gustaría eso. Tal vez deberíamos vernos más a menudo

—¿Cómo sabías mi nombre? —le pregunté, sintiendo que la curiosidad me invadía.

José sonrió, como si la pregunta lo sorprendiera un poco, pero rápidamente se recompuso.

—Es un pequeño pueblo, Emily. Todos nos conocemos. Además, siempre has sido alguien especial para mí —respondió, su tono sincero.

—No pensé que lo recordarías después de tanto tiempo —dije, sintiendo una mezcla de nostalgia y confusión.

—¿Cómo podría olvidarte? 

Mis pensamientos se agolpaban. ¿Realmente estaba coqueteando conmigo? ¿Qué significaba eso ahora? 

—¿Y tu novia? —pregunté, sintiendo que necesitaba aclarar las cosas. La última vez que supe de él, estaba en una relación, y esa idea me llenaba de incertidumbre.

José frunció el ceño un momento, como si la pregunta lo sorprendiera.

— No tengo. 

—sabes, muchas chicas del colegio envidiaban a tu novia, porque deseaban estar contigo, tenías admiradoras y creo que nunca te diste cuenta. Aunque nunca supimos quién era. Lo tenías muy oculto. 

 —¿En serio? No tenía idea. Siempre pensé que solo era un chico más en el colegio —respondió, rascándose la nuca, como si la idea le resultara difícil de asimilar. Y si siempre he sido muy reservado para esas cosas, solo necesitaban saber que tenía novia y listo. Aunque fueron mis amigos que se fueron de chismosos a contarles a todo mundo que yo tenía novio, nunca supe con qué necesidad de hacerlo, pero con lo que me cuentas creo que ya sé por qué.

—Sí, de verdad. Siempre eras el chico popular, y tu novia era la envidia de muchas —dije, recordando cómo las chicas solían murmurar sobre él en los pasillos.

—Sabes, pero si me di cuenta de que había alguien que me miraba de una manera especial. Siempre pensé que era solo una ilusión, pero... creo que sabía que estabas enamorada de mí.

Secuestrada por un conocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora