Ava y Theo no tienen nada en común.
Son dos páginas con historias diferentes, dos notas totalmente opuestas y dos estrellas alejadas la una de la otra.
Pero se encontraron el uno al otro y se convirtieron en dos páginas de un mismo libro, en dos no...
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Avalyn no se detuvo a pensar en el hecho de que Dumbledore había vuelto o que Umbridge había desaparecido. Tampoco se detuvo a pensar en lo que pensarían sus profesores al solicitar que Theodore Nott la acompañara a San Mungo o como reaccionaria su familia al verla llegar junto a él.
Avalyn solo podía pensar en su madre y en lo mucho que la presencia de Theo la ayudaba a mantenerse tranquila. Era el efecto que él tenía sobre ella; le transmitía paz y seguridad.
Al llegar a San Mungo fueron directo al piso en donde sabían debería ser Vivienne atendida. En todo momento Theo se mantuvo rodeando a Ava con uno de sus brazos, manteniéndola cerca de él. Estaba ahí para ella y no iba a dejarla, sin importar que.
La primera persona que vieron fue Remus Lupin. Estaba sentado afuera de una habitación, se veía sucio, cansado y estaba solo.
―¡Padrino!
Al escucharla, Remus levantó la mirada y se puso de pie para recibirla. Theo soltó a Ava para permitir que su padrino la abrazara. Se quedó incómodamente de pie unos pasos más atrás, viendo como la rubia era envuelta por los brazos de Remus de forma protectora.
―Avalyn, ¿qué haces aquí? Deberías estar en la escuela.
―Harry me contó lo que pasó y Dumbledore me permitió venir ―murmuró ella, alejándose levemente de él para poder mirarlo―. ¿Cómo está mamá? ¿Ella está bien? ¿Está grave?
Remus pudo ver como con cada pregunta Avalyn hablaba más rápido, dejándose llevar por el miedo.
―Tranquila, Ava. Tu madre está bien. Ya despertó y ahora mismo la están revisando para asegurarse de que no haya secuelas. Los golpes en la cabeza son muy peligrosos, ahora debemos esperar.
Ella asintió levemente, sintiéndose más tranquila. Al menos su madre ya había despertado.
―¿Dónde está Sirius?
―Con lo ocurrido esta noche se pudo demostrar su inocencia. Ahora mismo está en el ministerio, pero vendrá en cuanto pueda.
Entonces Remus notó la segunda persona que acompañaba a Avalyn. Theo se encontraba con las manos en los bolsillos, con la mirada fija en Ava.
―Señor Nott, es una sorpresa volver a verlo.
Theo levantó la mirada hacia él y le mostró una leve sonrisa forzada. No esperaba que nadie fuera amable con él, todos sabían quién era su padre y donde estaban las lealtades de la familia Nott, pero a Theo no le importaba que le dijeran, no sería suficiente para abandonar a Ava cuando lo necesitaba.
