Ava y Theo no tienen nada en común.
Son dos páginas con historias diferentes, dos notas totalmente opuestas y dos estrellas alejadas la una de la otra.
Pero se encontraron el uno al otro y se convirtieron en dos páginas de un mismo libro, en dos no...
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Avalyn se encontraba en el balcón que tenía vista hacia la playa. Frente a ella había un lienzo, en el cual llevaba trabajando varias horas. Su rostro se encontraba manchado de pintura, al igual que su ropa y sus manos. Theo llevaba un largo rato observándola sin que ella se diera cuenta.
Ava se había pasado casi todo el verano trabajando en su arte. Theodore sabía que esa era su forma de ordenar sus pensamientos, entender el mundo y expresar sus ideas. A través de sus dibujos, Ava plasmaba parte de sí misma. Probablemente ese era su principal rasgo que la había llevado a caer en Ravenclaw, además de su inteligencia y autonomía.
Pero Theo también la conocía lo suficiente para saber que la razón por la que no había parado de pintar y dibujar era porque estaba nerviosa.
Habían pasado muchas cosas durante los últimos meses. Antes de terminar su quinto año en Hogwarts, ya todos sabían que Voldemort había regresado. El mismo Ministro de Magia lo vio en persona y lo confirmó a la prensa. Eso había desatado un caos en todo el mundo mágico.
Harry Potter y sus amigos habían reconocido a un grupo de Mortífagos, algunos integrantes de las familias más importantes del mundo mágico. Algunos de ellos fueron llevados a Azkaban, entre ellos Lucius Malfoy y el padre de Theo, Thaddeus Nott. Otros, como Bellatrix Lestrange, no habían sido atrapados.
Durante sus últimos días en Hogwarts, Theodore y algunos de sus compañeros de Slytherin habían sido apuntados y señalados, como si los crímenes de sus padres fueran los suyos.
No es que a Theo le importara, estaba acostumbrado a que los demás esperaran lo peor de él simplemente por ser un Nott y por pertenecer a la casa de las serpientes. Además, ya todo Hogwarts tenía una idea formada de quien era, una imagen que él mismo se había encargado de formar. No le importaba en lo más mínimo que los demás supieran quien era en realidad, con quienes de verdad lo conocían le bastaba.
Quien no pensaba de la misma forma era Ava, que fue contenida en varias ocasiones por Lisa antes de lanzarse a discutir con alguien.
La noticia de su relación aún no se había divulgado, lo que permitió que Theodore y Lorenzo pudieran marcharse con Avalyn y su madre durante las vacaciones sin que nadie sospechara con quien podrían encontrarse.
Pero las vacaciones estaban llegando a su fin y eso los tenía a todos nerviosos. No sabían cómo serían las cosas una vez volvieran a Hogwarts y tampoco habían hablado de eso. Lo estaban evitando, pero no podrían evitarlo por siempre.
Finalmente, Ava dejó de mover su pincel y lucía satisfecha. En ese momento Theo se acercó y la abrazó por atrás, dejando un beso sobre su hombro.
―Sei teso (Estás tensa) ―murmuró Theo y Avalyn soltó un suspiro al entender lo que decía. Durante el verano Theodore había pasado tiempo enseñándole italiano, por lo que ahora era capaz de entender varias frases―. ¿En qué piensas?
