CAPÍTULO XXI

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Verónica siguió caminando hasta mirar a Eli frente a frente, el asunto, es que ella no estaba sola, de la cantina salieron; Sofía, Inés, Dulce y el resto del equipo. Verónica retrocedió unos pasos cuando vio a las demás, ella pensaba que Eli estaba sola, así que al verse rodeada de ellas tartamudeo un poco.
—¿Qué… que se siente ser unas perdedoras?
—Dímelo tú, ustedes llevan años perdiendo. —respondió con enfado Eli.
—¿Que rayos haces aquí, aguilucha de mierda? —preguntó Dulce, mientras se colocaba frente a Verónica.
—Eso a ti no te importa. —Verónica reaccionó a la defensiva al ver la gran diferencia de estatura entre Dulce y ella.
—Claro que me importa, ahora tú estás en mis terrenos. —respondió Dulce.
—¿Y que son ustedes?, ¿A caso son una pandilla de delincuentes?  —dijo Verónica.
—¿Y que, si lo somos?, ¿A ti que te importa? —respondió Dulce.
—Son tan pobres que ahora se dedican a robar. —Verónica tenía una sonrisa en la boca.
Mientras tanto dentro del vehículo las chicas discutían si salir o no.
—¿Crees que tengamos que ayudar a Verónica? Preguntó Hera a Agripina.
—Yo no creo que tengamos que ayudarla, ella sola se metió en este problema, pudo haber ignorado a Eli, pero le encanta burlarse de los demás. Justo ella fue la que quería que buscáramos a las tejonas, solo para reírse de ellas.
—Yo apoyo a Agripina, no estoy de acuerdo en ayudar a Verónica, el que busca encuentra, además no quiero ver a Eli. —dijo Anna.
—¿Tanto le temes? ¿O es que la sigues amando? —preguntó Ximena, mientras la veía por el espejo retrovisor.
—Parece que son a ustedes a quien les importa mas Eli que a mi, está ahí afuera, ¿Por que no bajas y la saludas? —respondió Anna con fanfarronería.
Acto seguido, Ximena quitó el seguro de todas las puertas y se bajó, colocándose a lado de Verónica, mientras dejaba a las demás estupefactas. No les quedó otro remedio que seguirla, exceptuando a Anna, ella siguió dentro de la camioneta. 
—¡Vaya, no llegaste sola!, las Sanpetrinas siempre andan en manada, pero como le dije a tu amiga, ustedes están muy lejos de su territorio. —le dijo Dulce a Ximena.
—Nuestro territorio es donde quiera que nos encontremos. —respondió Ximena.
—Ahora resulta que el mundo es suyo. —espetó Dulce.
—Pues aunque lo digas en broma, así es, y si no me crees solo es cuestión de tiempo para que te des cuenta, en unos años te veré trabajando en un oxxo y yo seré dueña de mi propia empresa. Si te portas bien, hasta te podría dar un empleo. —Dijo Ximena. 
—¡Ja, ja, ja!, preferiría pedir limosna antes de trabajar para ti.
—Que conste que tu lo dijiste no yo.
Dulce se abalanzó hacia Ximena, pero fue detenida por Eli y Sofía, no hubo necesidad de detener a Ximena, porque ella se quedó en el mismo sitio con la cara levantada con arrogancia.
Al notar la exhibición de violencia por parte de Dulce, Anna Descendió del vehículo.
—Váyanse de aquí, no busquen mas problemas por favor.  —dijo Sofía, pero al ver a Anna se distrajo y soltó a Dulce, esta empujó a Ximena arrojándola al suelo.
—¡Dulce por favor, tu eres mas que esto! —dijo Anna molesta, mientras levantaba a Ximena—. Se que Ximena puede ser odiosa, pero tampoco te pongas así, además, nosotras les ganamos de forma honesta y lo sabes. —Sofía y Eli ya habían atrapado a Dulce.
—¡Cállate Traidora! —respondió Dulce.
—¿Por que traidora?, yo ya no estoy en su equipo y todas ustedes saben bien porque. —señaló a todo el equipo de Eli—. Si quieres buscar a una traidora búscala dentro de tú equipo. Además ustedes la apoyaron en todo lo que hizo, dime a ahora quien es la traidora.
Este comentario le afectó a las tejonas, porque sabían que era la verdad, y mientras el silencio continuaba, Anna tomó a Ximena y la llevó al vehículo.
—Anna... sabes que tenemos que hablar, ¿O vas a seguir huyendo de mi? —dijo Eli.
—Yo no hui de ti.
—¿Entonces como le llamas al haberme bloqueado? Entiendo que estés enojada conmigo, pero también les dejaste de hablar al resto de chicas, y ellas no hicieron nada.
—Ese fue el problema, que no hicieron nada cuando a ti se te ocurrió la brillante idea de meter a Joaquín al departamento. Todas sabían que Joaquín y yo éramos rivales, todas sabían que yo estaba interesada en ti, y que cobardemente jugaste conmigo. Se pusieron de tu lado, su falta de acción, lo dijo todo por ellas.
—Las cosas no son como tu crees, Joaquín y yo solo somos amigos, nos conocemos desde niños, nuestras familias se conocen desde hace años. Y sí, es verdad que lo llevé al departamento, pero solo fue porque me asusté por lo nuestro, no fui capaz de manejarlo.  —dijo Eli.
Un poco alejadas de Eli y Anna se encontraban hablando por lo bajo, Verónica y Hera.
—Me huele a reconciliación.  —susurró Verónica, acercándose al oído de Hera.
—¿Tú Crees? —preguntó Hera.
—Por su puesto, mira como la ve, además, parece que Eli se está esforzando en hacer que Anna la perdone. —Verónica parecía divertida con la situación
—Ojalá que no sea así, Anna está con nosotras por el odio que le tiene a Eli, si se reconcilian, perderemos a Anna. —dijo Hera.
La sonrisa se borró del rostro de Verónica. Y la conversación entre Anna y Eli se retomó.
—Para mi tu eres y seguirás siendo una cobarde, tuviste tu oportunidad de decirme que no estabas lista, que necesitabas mas tiempo, o podrías haberme dicho que no querías nada conmigo, pero en lugar de eso, llevaste a Joaquín para que te defendiera de mi, ¿Sabes lo absurdo y patético que suena eso?
—Lo se, y lo lamento, por eso te pido que hablemos.
—Ya lo estamos haciendo, entre tu y yo no puede haber nada, ni siquiera una amistad. Solo me estás buscando ahora, porque viste que ya te superé y que no puedes seguir jugando conmigo.
—No es así, por favor habla conmigo en un lugar privado, o por lo menos desbloquéame.
—Anna, —intervino Ximena—. Nosotras tenemos que ir a la casa de Aramberri, terminemos con esto de una vez, ellas te traicionaron, no merecen que les des una segunda oportunidad.
En realidad Ximena solo hablaba de Eli, las demás le importaban un comino, pero no deseaba que Anna y Eli volvieran a contactarse.
—¿La casa de Aramberri?, ¿Para que van ahí?, no hay nada interesante, ¿Verdad chicas? —giró su cabeza hacia atrás, preguntándole a su equipo.
Su equipo, se quedó pasmado y no respondieron nada, Eli solo trataba de hacer mas tiempo para que Anna no se fuera.
—Eso a ti no te importa, Anna por favor vámonos. —dijo Ximena.
—Ximena, ya no busques mas peleas,  por ti fue que nos bajamos, tu y Verónica ocasionaron esto. —dijo Agripina.
Ximena, no contestó nada y se limito a fulminar a Agripina con la mirada, porque sabía bien, que fue ella la que provocó esta situación con Anna y Eli.
—Solo queremos ver si es verdad que hay fantasmas y sí podemos grabar algunas stories. —Anna ignoró por completo lo que dijo Ximena y lo que dijo Agripina.
—¿La casa de Aramberri? No tiene nada para ver, ya no se está cayendo por el negocio de hamburguesas que quieren abrir, pero no van encontrar nada, que forma tan rara tienen para divertirse las Sanpetrinas, ¿No se les pudo ocurrir algo mejor?, tal vez se aburren con mucha facilidad, eso pasa cuando lo tienes todo.. —dijo Eli.
—Eso no es de tu incumbencia, nosotras no somos unas borrachas como ustedes, es ilegal beber siendo menor de edad, ni siquiera deberían dejarlas entrar a una cantina . —dijo Ximena, con evidente molestia.
—También es un restaurante no estas leyendo, !estúpida¡ —Dijo Dulce mientras señalaba con la mano el restaurante y cantina.
—Ximena, no digas tonterías, estamos en México, aquí los menores de edad pueden beber. —intervino Verónica fastidiada por el comentario tan infantil de Ximena. 
—¿Y que con eso?, sigue siendo delito, y parece que a ellas no les importa. —replicó Ximena.
—¡Pues claro que no les importa!  deja de decir tonterías Ximena, parece que vives en otro país, a nosotras no nos importan si beben y a ellas no les importa que busquemos cosas paranormales, vayámonos de una vez. —contestó Agripina.
—Pues parece que si les importa, nos están juzgando por lo que hacemos.  —respondió Ximena.
—Como si tu no las estuvieras juzgando. —contestó Agripina.
—Dejémonos de tonterías y vámonos. —comentó Anna, mientras tomó de la mano a Ariadna y Ximena y giró para marcharse.
Pero antes de que pudiera marcharse Eli la tomó del hombro, impidiendo que avanzará.
—Por favor déjenos acompañarlas, las llevaré a la casa de Aramberri, porque parece que están perdidas. —pidió Eli.
—Las acompañarás tú, yo jamás conviviré con estas Sanpetrinas creídas. —dijo Dulce.
—Pues puedes marcharte de una vez, —Eli estaba tan molesta que ni siquiera volteo a ver a Dulce—. Sabes bien que Anna tiene razón en su molestia con nosotras, y si no piensas apoyar para que la relación con Anna mejore, pues entonces no haces falta aquí.
Se notó la furia en el rostro de Dulce, pero no dijo nada, solo se marchó, Inés, intentó detener a Dulce pero no pudo, entonces pensó en la posibilidad de seguirla, hasta que Eli habló.
—Ni se te ocurra seguirla Inés, sabes bien el temperamento que tiene Dulce, y que será incapaz de entender razones, además de que sabes que tengo razón, cometimos varios errores con Anna.
—Bueno, tu ya estas haciendo planes con nosotras cuando ni siquiera sabes si ellas aceptarán nuestra ayuda. —dijo Inés.
—Es verdad, —dijo Eli—. Está en tus manos Anna, si aceptas nuestra ayuda, y si me das la oportunidad de resarcir mi error.
Anna no supo que decir, solo podía mirar a Eli, sentía mucho odio y coraje por lo que Eli le hizo, pero jamás pensó que ella tomaría esta actitud y le pediría perdón. Jamás pensó que Eli reconocería su error. En su mente, pensó que Eli la odiaría también, y se volverían rivales para el resto de sus vidas, todo esto la había tomado desprevenida, y estaba dudando en que si había tomado la decisión correcta al irse tan intempestivamente de su anterior escuela, tal vez Eli no era tan mala persona como pensaba, tal vez había exagerado un poco las cosas, tal vez necesitaba escuchar la versión de Eli.  
Eso estaba pensando mientras Ximena se le quedaba viendo como cachorro esperando que Anna no le creyera a Eli y no le diera una segunda oportunidad. Verónica lo notó, y como le gusta ver el mundo arder y sobre todo, le gusta ver sufrir a Ximena.
—Ya, déjense de tonterías y dejemos que nos ayuden, total los inútiles choferes de Ximena, no saben como llegar. —dijo Verónica.
Apresuradamente, Verónica, tomó la mano de Eli y la subió a la camioneta, las demás las siguieron por inercia, empezaron los problemas porque las pasajeras excedían el cupo, pero Verónica lo solucionó rápidamente.
—Agripina y Hera váyanse en la otra camioneta, ya no cabemos.
—¿Y tú, te crees dueña de los vehículos? —preguntó Ximena.
—Bueno, pues entonces que se vayan tu y Ariadna. Es obvio que no cabemos. —dijo Verónica.
—¿Y por que no te vas tu y Eli en la otra camioneta? —dijo Ximena.
—Porque Eli nos esta guiando y yo acompaño a Eli. —respondió Verónica.
—Que rápido cambiaste de bando. —dijo Ximena.
—Dejemonos de bobadas, Ariadna y yo nos iremos en la otra camioneta. —comentó Anna.
—No, no te vayas. —Eli la tomó del brazo y la detuvo—. estoy aquí para hablar contigo, dame la oportunidad de hacerlo por favor.
En ese momento Anna regresó a su asiento, pero permaneció callada todo el viaje. Mientras tanto Eli guiaba al conductor, siguieron bajando por la Calle Diego de Montemayor, giraron a la izquierda para tomar la Calle Ignacio Allende, subieron por la Calle Doctor José María Coss, para por fin incorporarse a la Calle José de Silvestre Aramberri. Se estacionaron frente a la casa, y poco a poco cada una fue descendiendo de los vehículos.
—¿Ya saben como van a entrar? —preguntó Eli.
—¿Y a que vienes tu si no piensas entrar? —respondió Ximena.
—No se por que preguntas eso, cuando toda la noche se la a pasado rogándole a Anna que la deje hablar con ella. —contestó Verónica.
—¿Y a ti que te importa? No te pregunté a ti. —respondió furiosa Ximena.
—¡Basta ya!, dejen de discutir —intervino Ariadna—. Nosotras nos encargaremos de entrar, y si es verdad que quieres hablar con Anna, tendrás que entrar con nosotras. Y por favor Anna, sea lo que sea que tengas que hablar con ella, hazlo, para que se vayan, es verdad que no tengo nada en contra de ellas, pero se perfectamente que no deben estar aquí, esta es una celebración de las Eagles, no de nuestras rivales las tejonas, además que ninguna de nosotras olvida lo que te hicieron, es hasta anticlimático que estemos juntas.
Ariadna se dio media vuelta alejándose, pero antes de irse se llevó a Ximena con sigo.
Ya alejadas, Ariadna comenzó a hablar con Ximena.
—¿Que rayos te pasa?, tu y Verónica comenzaron esto al bajarse de la camioneta, y ahora pareciera que estas pegada a Anna como chicle, ¿Anna te gusta, y es por eso que actúas celosa? —Ximena se puso nerviosa y se soltó del agarre de Ariadna.
—¿Estas loca?, ¿Como me va a gustar alguien como Anna? —respondió Ximena.
—Entonces deja que hable con esa chica para que se vayan, ya no estorbes, deja que le den cierre a su relación. Y por favor no nos busques mas problemas, que si estamos en estas situación es por tu culpa. —espetó Ariadna.
—¿Y si no le dan cierre a su relación? ¿Y si Anna deja el equipo porque regresa al equipo de Eli? —preguntó Ximena.
—¿De verdad lo que te importa es el equipo y no Anna? —preguntó Ariadna—. Te conozco desde niña, y se que te pasa algo con Anna, todas lo pueden notar, además de notar algo raro entre la entrenadora y ella. No se si por quien te debes de preocupar es Esperanza y no por esa chica.
—¡¿Que?!, ¡¿Hay algo entre Anna y Esperanza?! —preguntó Ximena.
—No lo sé, solo digo que hay algo raro entre ellas, no se si hay, si hubo o si habrá. —respondió Ariadna. 
—Pero... es nuestra entrenadora, no puede haber algo entre ellas, la despedirían.
—¿Y serías tu quien le diría a la directora?, sabes que si algo así se sabe, seria el fin de la carrera de Esperanza, al igual que sería el fin de lo que sea que tengan Anna y tú.
Ximena se quedó callada meditando lo que le acababa de decir Ariadna, jamás pensó que entre Esperanza y Anna hubiera algo, pero la verdad es que tenía demasiado sentido, Anna abandonó su departamento para instalarse en el de Esperanza, fue Anna la que la instó a que buscaran a la entrenadora, por Anna, Esperanza recuperó su trabajo.
Ximena comenzó a arder en fuego cuando se dio cuenta de que era una posibilidad viable, ¿Como era posible que no se hubiera dado cuenta? Y lo mas importante ¿Como era posible que Esperanza las haya utilizado de esa manera? Sentía que le ardían las entrañas, y sentía la urgencia de vengarse y decirle a la directora, para que la echaran como un perro.
Pero comenzó a reflexionar, de que Ariadna tenia razón, si ella acusaba a Esperanza, Anna no solo dejaría de hablarle, sino que también se volvería su peor enemiga y seguro abandonaría el equipo y nunca la volvería a ver. Pensar en eso la aterraba, y le hacía olvidar la furia que sentía por Esperanza, Eli era mucho peor y mas peligrosa que la entrenadora. Muy en el fondo de Ximena, surgió una pregunta a la cual no le prestó mucha atención, y la pregunta era: ¿Por que estaba sintiendo todo esto por Anna?


Después de que los choferes forzaran las puertas, todas las chicas pudieron pasar en tres grupos, el primero eran las Eagles, el segundo eran las tejonas y el tercero estaba constituido por Anna y Eli, estaban demasiado separadas de las otras chicas, porque charlaban en voz baja.
—Anna, se que te lastimé mucho, pero te juro que no fue intencional, simplemente no supe que hacer, no estaba lista para una relación... —Eli titubeó—. para una relación con una mujer, nunca antes he salido con una, y en mi familia nunca aceptarían una relación así. Asimismo…—Eli agachó la cabeza por vergüenza—. Joaquín, sospechó de lo nuestro, y desde ese momento se acercó a mi, para no dejarme, me pidió ir a vivir con nosotras, y amenazó con decirle a mis padres si no aceptaba. Por eso lo tuve que llevar al departamento. Lamento mucho ser una cobarde y no haber peleado por ti. Es que le temo mucho a mis padres.
—¡Ese maldito Joaquín!, me gustaría tenerlo frente a mi para golpearlo como la última vez. —Anna empuñó sus manos.
—Si, pero en realidad tu tuviste mucha participación, te la pasaste peleando con Joaquín y eso hizo que el buscara la forma de vengarse de ti, si me hubieras dado la oportunidad de explicarte lo que estaba pasando, todo esto no hubiera sucedido. —comentó Eli.
—¿Me estas culpando? —preguntó Anna indignada.
—Por supuesto que no, solo quiero que te des cuenta de que cometiste algunos errores.
—¿Y tú esperabas que yo aceptara vivir con Joaquín? —preguntó Anna molesta.
—No, pero por lo menos que me dejaras explicar el porque lo llevé al departamento.
—Tampoco fue que tu te mostraras muy accesible a charlar, al contrario, tu te cerraste y no hubo oportunidad para el diálogo. Desde que nos besamos, tu te alejaste de mi, ¿Como es que tu y yo podríamos hablar de que Joaquín te chantajeó? —preguntó Anna.
—Sí, lo hice, pero fue porque me asusté, no supe como reaccionar con lo que sentía por ti.
—Okey, dices que no fue tu culpa, ¿Entonces que quieres?, si no fue tu culpa. ¿Por que me dices todo esto?, no creo que quieras mi perdón.
Eli puso sus ojos en blanco, esta charla le estaba resultando agobiante y parecía que solo giraría en círculos.
—Solo quería que no tuvieras una mala imagen de mi, que no pensaras lo peor de mi, no quería que pensaras que no te quise.
—Bueno, ya me lo dijiste, ya puedes irte. —Respondió Anna molesta por la situación, esperaba que Eli fuera mas empática con ella, y que realmente pudiera entender el enorme dolor que le había causado. Pero toda esta charla ni si quiera había sentido que realmente le pidiera perdón. Eli no parecía realmente arrepentida.
—Esperaba que pudiéramos volver a ser amigas. Aunque no vivamos juntas podemos ser amigas, podrías reconciliarte con el resto del equipo, se que ellas estarían gustosas por volver a hablar contigo. —en el rostro de Eli se dibujó una media sonrisa.
—Pues pareciera que no, ellas no me han buscado y no me han pedido perdón, y tú tampoco, solo estas justificando lo horrible que me hiciste sentir y todo el dolor que me causaste. En ningún momento me has preguntado como estuve, ¿Como me sentí?, ¿Como logré salir adelante?, ¿Como me fue en todo este tiempo?, ¿Si fue fácil para mi adaptarme o no a una nueva escuela?, ¿Si necesité ayuda y si alguien me la brindó?, ¿Si me sentí sola y rechazada por todos? Así que por favor vete de aquí, rehíce mi vida lejos de ti, con personas con las que no tengo mucho en común pero igual me aceptaron, justo en este momento me incomodas a mi y las incomodas a ellas, ya te di la oportunidad de hablar, ahora vete.
La sonrisa en el rostro de Eli se borró, se llenó de vergüenza y preocupación, quería seguir hablando, pero sabía que solo haría que Anna y el resto de su equipo se enojaran, y se cerrarían todas las posibilidades de reconciliarse con ella. 
—Lo siento Anna, siento mucho todo lo que te hice sentir, siento mucho que te sintieras sola, y que fuera tan difícil para ti empezar de cero, no deseo molestarte mas ni a ti ni a tu equipo, nosotras nos marcharemos.
Eli se alejó de Anna con el rostro decepcionado, llamó a las tejonas para que se marcharan, estaban causando molestias. Ninguna se despidió, de Anna ni de nadie.
Anna se reincorporó al grupo que charlaba alegremente después de haber grabado sus stories.
—¿Ya se fue la dama de armadura oxidada? —le preguntó Verónica.
—En tú puta vida te vuelvas a dirigir a mi. —Anna empujó fuertemente a Verónica, y la señaló con el dedo índice—. por tu estúpida culpa tuve que volver a hablar con alguien que

Cuatro balones fuera de la canasta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora