CAPÍTULO XIII

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Durante el trayecto la conversación estuvo limitada a las indicaciones de Ariadna, a excepción que en cierto momento Ariadna intentó iniciar una conversación con Esperanza, pero ésta la ignoró completamente y siguió conduciendo.


Minutos más tarde aparcaron frente a la casa de Ximena, Esperanza se quitó el cinturón de seguridad y se dirigió a Ariadna.


--Quiero que me esperes aquí, por lo que me dijiste Ximena y Anna no desean verte, así que no causaremos polémica. -abrió la puerta y salió.


Esperanza comenzó a timbrar, fue atendida rápidamente por Martita, a la cual le indicó que estaba buscando a su alumna Ximena, quería saber cómo se encontraba. Martita desapareció subiendo las escaleras, se dirigía a la habitación de Ximena, minutos más tarde regresó por dónde se fue.


--En seguida baja la señorita Ximena, acompáñeme por favor a la sala de estar. -Esperanza siguió a Martita por el pasillo, pasaron el comedor y enseguida se encontraba la sala.


Espero ahí, algo que percibió como mucho tiempo, no estaba segura si era porque en realidad Ximena se había tardado mucho o si era por toda la ansiedad que sentía, pero la vio llegar lentamente, con una bota ortopédica en el pie izquierdo.


--¡Ximena!, ¿¡Qué te pasó!?, creí que estabas enferma de una infección. -Esperanza estaba sorprendida, porqué no le habían avisado de que Ximena estaba lesionada de un pie, eso era algo que la entrenadora necesitaba saber. Sin Anna en el equipo y sin Ximena, no serían capaces de enfrentar a otro equipo.


--Pues... -hizo una pausa-. me lesioné, pero el medico dice que un par de días ya estaré lista para regresar a entrenar.


--¿Por qué no me lo dijeron?, debieron haberme lo dicho, tu, Anna o Ariadna. -Esperanza estaba molesta.


--¿Ariadna?, ella no lo sabe, ¿Por qué tendría que habértelo dicho? -Ximena estaba desconcertada.


--Pues ella te vio ayer, debió haberme lo dicho.


--Si, pero nosotras estábamos dentro de la alberca, así que ella no pudo ver que traía la bota. Un momento, ¿Ariadna esta aquí? -ahora Ximena era la que se veía molesta.


--Si... si. -titubeó-, pero está afuera, no te preocupes ella no piensa entrar. -Esperanza se puso nerviosa.


--¿Y por qué te trajo aquí?, ¿A caso quiere que tú me regañes por haberla corrido? -Ximena tenía una mirada retadora.


--¡Claro que no!, sus peleas de niñas no me importan, vine a hablar con Anna. -Esperanza puso los ojos en blanco.


--¡Anna no está aquí!, y no sé por qué la estás buscando aquí cuando esta no es su casa. -la arrogancia y molestia en Ximena parecían infinitas.


--Pues Ariadna me dijo que estaba aquí, además tampoco fue a la escuela y no contestas su celular.


--Tal vez no quiere verte por que la echaste del grupo, incluso tal vez ya ni quiera seguir jugando, si yo fuera ella, me saldría del equipo.


--Pues puedes hacerlo, aprovecha ahora que estas lesionada, y si no quieres volver no vuelvas, ¿o esperas a que yo te eche? -la furia regresó a Esperanza, tenía cosas más importantes que hacer que discutir con una cría. -y Anna no está aquí, no me interesa seguir la conversación. Que tengas buena tarde.




Salió de la casa bufando, con paso largo avanzó rápidamente hasta su vehículo, Ariadna todavía seguía ahí, notó la furia de Esperanza, pero no dijo nada hasta que ella habló.

Cuatro balones fuera de la canasta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora