Cuatro años han pasado desde que Christopher ha decidido olvidarse de su Ángel y al final de cuenta se dio cuenta que podía vivir sin su mundo, ahora solo está enfocado en engrandecer su carrera, pero Chloe no se ha quedado atrás, ella está a punto...
Eso grita mi cerebro, así que salgo lo más rápido del auditorio, David me pregunta que si estoy bien, le digo que si pero como que no me cree.
— Buenos días internos, hoy no vamos a pasar ronda, por la presentación del Doctor Hale nos retrasamos, asi que — revisa los expedientes — Clark, hoy estarás en la clínica gratuita — Steven hace mala cara, no le gusta ir.
— ¿Algún problema? — indaga la doctora Fernanda
— No, señora, ya mismo voy para allá — se retira
— Jhonson, hoy estarás con el Doctor Sloan, llegó un caso de apendicitis
— Sí señora — responde Tamara.
— Mitchell, llegó un caso de valvulopatía, busca al nuevo doctor, será su interna — ¿Que? Tiene que estar loca
— No — digo sin pensar, la cara de la Doctora se transforma
— ¿Cómo que no? ¿Acaso usted es la residente?
— A lo que la doctora Mitchell se refería es que el Doctor Taylor tiene un parto de gemelas y necesita dos internas, el me pidió que buscara una compañera y le había dicho a Chloe — La doctora fernanda nos analiza y al final acepta.
— Bien, Trump ve tu con el nuevo doctor y por favor no le saques el mal genio, escuche que no tiene paciencia — Pobre Raul.
La doctora se retira.
— Gracias, me salvaste — le digo a Tess
— No te salve de nada, el caso de las gemelas es complicado, son prematuras, una de las gemelas tiene el corazón por fuera de la cavidad torácica y la otra no tiene desarrollado los pulmones, tu vas a tener un bebe junto con la doctora Green, la pediatra y yo la otra con el doctor Taylor.
— Cualquier cosa es mejor que estar con él — dice y vamos a buscar a nuestros titulares.
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—¡La primera bebé está aquí! —gritó una de las enfermeras.
Miré horrorizada al ver que la primera bebé tenía el corazón fuera del cuerpo. Tess y el doctor Taylor, tomaron el control inmediatamente.
—Tenemos una ectopia cordis —dijo el doctor Taylor, su voz firme y controlada.
Mientras tanto, la segunda bebé nació. La doctora Green y yo nos encargamos de ella. Observé a la pequeña, sus respiraciones eran superficiales y difíciles.
—Los pulmones están subdesarrollados —dijo la doctora Green. —Necesitamos estabilizarla y prepararla para la ventilación mecánica.
Con cuidado, coloqué la máscara de oxígeno sobre la pequeña cara de la bebé, ajustando el flujo para asegurarme de que recibiera suficiente aire. La doctora Green insertó una línea intravenosa en su pequeño brazo para administrar los medicamentos necesarios para ayudar a madurar sus pulmones.
