Capítulo 37 - Conversación

384 25 1
                                    

Chloe Mitchell

Una semana después de nuestra escapada romántica con Christopher, las cosas han estado... bueno, bastante bien. Mi relación con Chris va viento en popa. Él ha sido increíblemente atento, y cada vez que estamos juntos, siento que todo está en su lugar. Sin embargo, no todo es color de rosa. Los chismes y los comentarios en el hospital siguen ahí, rondando como una nube molesta que intento ignorar. Sinceramente, no me afectan tanto como al principio, pero no puedo evitar sentir que hay ojos sobre mí cada vez que camino por los pasillos.

Hoy, después de una mañana ocupada, recibí una llamada de Christopher pidiéndome que pasara por su oficina. Sabía que había estado trabajando en algunos proyectos importantes, pero lo que me dijo me dejó en shock.

—Chloe, tengo dos noticias para ti —comenzó, con esa sonrisa tranquila que tanto me gusta. Me senté frente a su escritorio, esperando ansiosa lo que venía.

—La primera es que el doctor Ernesto Salgado aprobó el ensayo clínico.

Sentí que mi corazón dio un vuelco de emoción. Christopher había estado trabajando muy duro en ese proyecto, y yo lo había apoyado en todo lo que podía. El ensayo clínico que había propuesto buscaba desarrollar un nuevo dispositivo mínimamente invasivo para tratar ciertas malformaciones cardíacas congénitas. Este dispositivo sería introducido en los vasos sanguíneos para corregir las malformaciones sin necesidad de una cirugía abierta. Y lo mejor de todo, su diseño permitía adaptarse a diferentes tamaños y formas de malformaciones, algo que ninguna tecnología actual había logrado con tanta eficacia. ¡Era realmente innovador!

—Primero vamos a probarlo en ratones —continuó Christopher—, y si todo va bien, el próximo paso será solicitar la aprobación para estudios en humanos. Y hay algo más...

Lo miré, un poco sorprendida por el tono misterioso en su voz.

—Me han asignado un espacio en el hospital para que lleves a cabo tu propio ensayo clínico.

Mis ojos se abrieron de par en par. ¡Era un regalo enorme!

—¿De verdad? —pregunté, casi sin creerlo.

—De verdad —sonrió—. Además quiero que me ayudes y tu nombre esté junto al mío en el ensayo clínico.

No podía evitar la enorme sonrisa que se formó en mi rostro. A pesar de los chismes y las miradas de juicio, aquí estaba, recibiendo el reconocimiento que tanto me había esforzado en obtener.

—¡Christopher, no sé qué decir! —murmuré, mi voz apenas un susurro de emoción.

—Di que sí vas a aceptarlo y a dar lo mejor de ti, como siempre —respondió él, con esa mezcla de orgullo y amor en sus ojos.

—Por supuesto que sí —dije, casi sin aliento.

Después de darnos un abrazo, él suspiró y su expresión cambió un poco.

—Y ahora, la segunda noticia... —dijo, con un tono más serio que me hizo fruncir el ceño.

—¿Qué pasa? —pregunté, algo nerviosa.

—Mi madre llega hoy —soltó, como si no fuera la bomba que realmente era—. Así que... vamos a cenar en mi casa esta noche. Los tres.

Mis manos sudaron instantáneamente, y sentí cómo mi estómago se apretaba. La madre de Christopher. ¡La madre de Christopher! Esto era un gran paso. No es que nunca la hubiera conocido antes, pero cenar con ella, siendo la novia de su hijo... Eso me ponía extremadamente nerviosa.

—Oh... eso... es genial —dije, tratando de sonar despreocupada, aunque sabía que mi cara no ayudaba.

Christopher me observó y se echó a reír.

Arritmia - TOMO 2 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora