Capítulo 43 - Vida

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Chloe Mitchell

Los días habían pasado desde que me enteré de mi embarazo, y aunque había intentado ocultar los síntomas a Christopher, ya no podía más. Las náuseas matutinas, la fatiga constante y esa pequeña chispa de vida que llevaba dentro de mí se volvían difíciles de ignorar. A medida que los días se sucedían, sabía que era hora de contarle la verdad, de compartir este secreto que me llenaba de emoción y miedo a la vez.

Así que, con una mezcla de nervios y esperanza, decidí invitar a Christopher a cenar en mi casa. Tess, siempre comprensiva, optó por pasar la noche en casa de Steven, aunque le insistí que no era necesario. Quería que esta noche fuera especial, que la intimidad nos permitiera hablar con sinceridad.

Pasé el día preparando todo. Me aseguré de tener su plato favorito y, en mi mente, ensayé las palabras que quería decirle. El momento de la verdad estaba cerca, pero antes de todo eso, tenía que hacer una parada en el supermercado para comprar algunos ingredientes de última hora.

Mientras caminaba por los pasillos, el sonido de los carros y las conversaciones se convirtieron en un murmullo de fondo. Me sentía en mi burbuja, perdida en mis pensamientos, cuando de repente me encontré cara a cara con los padres de David. El tiempo pareció congelarse. Su expresión era un reflejo de sorpresa y desaprobación.

—Chloe, ¡qué sorpresa verte aquí! —dijo la madre, con una sonrisa que rápidamente se desvaneció al ver mi bolsa de compras. Miro mis vitaminas, el ácido fólico y una pequeñas medias de bebe que había comprado para la sorpresa de esta noche.

La tensión se hizo palpable, y no pasó mucho tiempo antes de que comenzaran los reclamos.

—¿Qué te pasó, Chloe? Aparte de que engañas a mi hijo, te embarazas de ese hombre —preguntó el padre de David, cruzando los brazos, su voz llena de reproche.

—Lo que sucedió entre David y yo fue complicado —respondí, tratando de mantener la calma—. Ya no estamos juntos y ...

La madre de David frunció el ceño, y sus palabras cortaron como un cuchillo.

—¿Y ahora estás esperando un hijo? ¿De verdad crees que eso es lo correcto? Espero que no estés pensando en tener ese niño.

Sus palabras me golpearon, y por un momento me quedé sin aliento. Sentí que el corazón me latía con fuerza en el pecho, mientras la rabia y la tristeza se mezclaban en mi interior.

—Espero que pierdas ese bebé —dijo la madre, su voz era fría y cruel.

El dolor de sus palabras me atravesó. Controlando mis emociones, respiré hondo. Sabía que no podía dejar que su odio me afectara.

—Ojalá encuentren paz en su corazón —le respondí, manteniendo la voz firme—. Lo que decido hacer con mi vida y mi bebé es solo mío.

La mirada de la madre se endureció aún más, como si quisiera atravesarme con su mirada.

—No entiendo cómo puedes ser tan irresponsable. Este niño no tiene futuro, no puede crecer en un ambiente como el tuyo.

Mi paciencia estaba al límite, pero sabía que debía mantener la compostura. Era evidente que no iba a conseguir que entendieran mis decisiones.

—Estoy tranquila con lo que he decidido. Ser madre es algo que quiero, y estoy lista para asumir esa responsabilidad —dije, dejando claro que no me dejaría intimidar.

Ambos me miraron con desdén, pero no podía dejar que eso me afectara. Salí del supermercado con la cabeza en alto, dejando atrás las sombras del pasado. Tenía que concentrarme en lo que estaba por venir. Esta cena con Christopher era un paso hacia adelante, hacia la verdad, y estaba decidida a enfrentar cualquier cosa que viniera después.

Arritmia - TOMO 2 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora