Summertime

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- Bi..- Gustavo lloriqueó, abandonando a Zoe y corriendo hacia la recién llegada, aventándose a sus brazos y rompiendo en llanto.

Hay agua... oh, no es un buen momento-. Charly se detuvo en la entrada de la cocina, viendo a Gustavo y a la chica cuyo nombre todavía no sabía en el pasillo, abrazándose como si fueran lo último que les quedara. Charly quería a alguien así.

Bianca abrazó a Gustavo mientras este sollozaba, deseando oler un poquito mejor para esta reunión... De todos modos, Gustavo no olía como canasta de rosas o a cachorrito. Además, no sabía que lo vería de nuevo. Mucho menos en esta situación.

Gustavo retrocedió, sus ojos llorosos recorrieron el cabello desaliñado de la chica (sobre su cabeza y rostro), y sus manos sobre sus hombros. Apretó los labios, sus manos yendo a sostener el rostro de Bianca, y con un rápido movimiento la pellizco algo fuerte en el brazo, irónicamente cerca de una cicatriz que todavía no sanaba.

-¿Qué carajo?-La chica chilló, mientras Charly apresuraba a entrar a la cocina e intentaba no ser un fisgón o metiche pero escuchar las  conversaciones ajenas era lo único divertido que podía hacer en estos días, y tal vez era todo lo que podía hacer, sin contar que las paredes eran delgadas y todo eso...

-¡¿A dónde fuiste?! ¡¿Por qué carajos te fuiste?!- Gustavo gritó un sentimiento lo invadía y no era capaz de contenerse más tiempo, conteniendo las lágrimas mientras retrocedía. -Primero Tomás, luego tú - ¡¿cómo pudiste hacer eso?!-

- Gus , por favor - intentó tomar a Gustavo de las manos, pero este las quitó de su alcance.

-Estuve solo por meses, ¡¿sabes lo loco que eso me puso?!-

-¡¿Crees que yo no me estaba volviendo loca también?!-

- ¡Ese no es el punto, Bianca! Ese no... ese... ese no es el punto - Se rompió en un llanto nuevo, otra vez, permitiendo que Bianca se acercara y lo abrazara. - Te extrañé demasiado...- Murmuró él.

- También te extrañé, Gus. En serio también te extrañé.-

Se quedaron así un rato, solo abrazándose, pasando desapercibido a Charly sentándose al lado de Zoe, y pasando desapercibido que Zoe despertó.

Zoe alzó la mirada y vio a Gustavo abrazando a una extraña de cabello negro, y frunció el ceño. ¿Quién era esta tipa, y por qué estaba abrazando a Gustavo? ¿Qué estaba pasando? Parecían cercanos, y sus entrañas se retorcieron con una emoción que se rehusaba a nombrar, algo que lo hacía enojar. Algo llamado: Celos.

Los ojos de la extraña se abrieron, y miró directo a Zoe, quien se le quedó mirando. No se supone que fuera posesiva, pero terminó siendo así, y Zoe odiaba eso.

Zod odiaba todo.

°•°

La noche cayó, y los cuatro encontraron algunas camas, y por alguna gran coincidencia, Bianca y Gustavo compartieron habitación, pero no es como si a alguien le importara excepto a Zoe, por supuesto. Quién quería reclamar al respecto.

Y la más joven de los cuatro no quería ser una molestia encabronada y antisocial, pero ya había decidido que le gustaba mucho más cuando eran solo él y Gustavo y no se encontraba espalda con espalda con alguien a quien Louise había intentado matar. Era egoísta, pero no parecía importarle; nadie lo notaba cuando todos los demás estaban cerca, porque siempre había alguien mucho más notable, y tal vez no le importaba que estuvieran yendo directo a donde Louise estaba, porque tal vez ella podría deshacerse de Bianca de la forma en que había intentado deshacerse de Zoe. Intentando matarla.

Solo que podría hacer un maldito mejor trabajo esta vez. Y así tratar de evitarlo.

Mientras Zoe pensaba en firmar su propia sentencia de muerte, Gustavo daba vueltas en la chirriante cama doble, encarando a Bianca en la oscuridad. El mayor de los dos pasó sus dedos sobre su rostro, apartando su cabello y dejando su mano ahí.

𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝 𝐈𝐬 𝐔𝐠𝐥𝐲 | 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚟𝚘 𝙲𝚎𝚛𝚊𝚝𝚒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora