¿Antídoto...?

20 3 18
                                    

Gustavo no había dicho nada en dos horas. Estaba en el asiento trasero del auto, sosteniendo la radio contra su pecho, aunque la voz de Tomás se había ido a los diez minutos de que entraron al auto. Estaba esperando que algo pasara. Estaba esperando escucharlo de nuevo.
Zoe estaba al frente,
al lado de Bianca, quien
estaba manejando con
una mirada tensa en su
rostro. La menor tenía
la espada samurái en su regazo, y ni siquiera estaba haciendo nada con ella, solo la estaba mirando como si fuera alguna cosa mágica que hablará y que le daría todas las respuestas de las cosas que estaba haciendo mal.

Sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, y que debería armarse de valor y decirles que estaba mintiendo, pero le había dicho Gustavo que podía encontrar a Tomás, y eso es exactamente lo que iba a hacer. Incluso si él la mataba. Lo cual probablemente pasaría.

°•°

Daniel había estado trabajando por unas quince horas mientras Louise se paseaba sin descanso, esperando que algo sucediera. Charly no había vuelto aún, lo cual la estaba molestando aún más, y estaba a punto de gritar cuando Daniel resopló, apartándose el cabello de la cara.

- ¿Tienes algo?- Preguntó, y él vaciló antes de hablar.

- Casi. Creo que tengo algo que puede evitara algo más fuerte, algo que evite que empeore. Si le inyectamos eso, entonces tal vez seamos capaces de revertir el proceso lentamente con algo más.-

Transfirió el suero a una jeringa, y dejó que Louise lo llevara a donde Danna estaba. La zombi estaba inquieta, golpeando las manos contra la jaula, pero cuando Daniel entró, pareció calmarse, lo cual era extraño, por decir lo menos.

Sonrió. -Hola, Danna,- dijo quedamente, acercándose. Esta gruñó como respuesta, quejándose y arrastrando los pies mientras se presionaba contra los barrotes de la jaula. - Tengo algo para ti, nena. -

- Ten cuidado, Daniel. - Louise dijo, su voz feroz extrañamente temblorosa.

- No me lastimará. - Daniel insistió, pero no estaba convenciendo a nadie; Danna lo había lastimado cuando era humano, ¿qué le decía que no lo lastimaría ahora?

Lenta y cuidadosamente, abrió la jaula, estirando una mano mientras abría la puerta. La zombi se quedó quieta, mirando a Daniel con sus ojos blancos sin vida mientras llevaba una mano a su rostro, ladeando la cabeza para exponer su cuello. Empezó a quejarse, afligido, pero Daniel hizo sonidos tranquilizadores mientras alzaba la jeringa y la clavaba en la piel de su cuello.

Louise observó admirada cómo ni siquiera hizo una mueca, apretando la jeringa e inyectando el suero al zombi. Era casi como si fuera un perro rabioso, y Daniel fuera una especie de encantador de perros. Daniel Vázquez el encantador de zombis.

Era calmante, tranquilizador, casi aterradoramente hermoso de mirar, a pesar del hecho de que Daniel claramente había perdido la cabeza. No sería tan asqueroso si no estuviera teniendo un momento íntimo con un zombi, pero Louise consideraba que derretiría su frío corazón.

Hasta que el zombi se volteó y mordió la mano de Daniel.

°•°

- Sé dónde está.-

Gustavo se giró hacia Zoe, sus ojos abiertos con esperanza, y se acercó en la oscuridad. Ya no era seguro dormir en tiendas, así que los tres permanecieron en el auto, a pesar de que era una mierda para dormir ahí.

Y Zoe acababa de pasar las últimas cinco horas actuando como si supiera dónde encontrar a Tomás basándose en la radio. Pero era obvio que sabía dónde estaba Tomás, radio o no. Solo era cuestión de llegar ahí. Y Dios mío, ella no quería llegar ahí. Pero era tan cobarde...

𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝 𝐈𝐬 𝐔𝐠𝐥𝐲 | 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚟𝚘 𝙲𝚎𝚛𝚊𝚝𝚒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora