Zoe Vegas, mentirosa...

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Le tomó unos momentos a Gustavo hablar, mirando la cruz, antes de bajar la vista hacia el montículo. - No... no entiendo...- Tartamudeó com una risa nerviosa, finalmente mirando a Zoe, quien se había apartado de él, su cabello pegado a su cara, escondiendo su rostro.

- Por favor, Gustavo... no me hagas decirlo...-

En una fracción de segundo, el mayor tomó a Zoe de los hombros, obligándola a alzar la mirada, obligándola a mirarlo a los ojos, y Gustavo estaba temblando tanto que estaba haciendo temblar a Zoe también, su agarre apretando la piel.

-Solo dilo. Dime. No entiendo, Zoe... Fue lo que pasó?. Dime qué está pasando.-

- No puedo -

- Zoe -

- No -

- Dime -

- ¡Está muerto, ¿de acuerdo?!- 

Gustavo soltó a la menor como si su ropa fuera corrosiva, frotándose las manos y retrocediendo. Negó con la cabeza, temblando por completo, y su mirada volvió al montículo y la cruz, sus ojos aguándose. Podía estar lloviendo, pero incluso, Zoe podía ver que lo que bajaba por la piel de porcelana de Gustavo no era lluvia.

-Mientes.- Dijo entrecortado, cerrando los ojos. -Tú solo... tú solo mientes por todo –

- ¡¿Quieres que saque el cuerpo?! Porque él está ahí abajo, Gustavo, ¡lo ha estado desde hace tiempo!- Zoe espetó, frustrada incluso aunque no tenía derecho a estarlo.

- ¡Basta! ¡Basta, no mientas!-  Alzó la mirada y vio a Zoe viéndolo con una mezcla de impaciencia y arrepentimiento en su rostro.

- Espera...- Susurró, comprendiendo de pronto, todo armándose en su cabeza, como un puzzle. - No.-

La menor frunció el ceño. -¿Qué?-

-Lo hiciste.-

-¿Hacer qué?-

- ¡¿Fue mi hermano al que mataste?!- Zoe se quedó en silencio. - Dios, Zoe, de todas las personas en el mundo. ¡¿Por qué carajos harías eso?! No puedes solo... solo ¡no puedes ir por ahí matando gente solo porque te da la gana! Eso es, eso es.. ¡era mi hermano!-  Con eso, Gustavo se quebró en un terrible sollozo, como si su cuerpo no pudiera luchar más. - No pude despedirme de él... ¡monstruo!- Le gritó a Zoe, quien apenas se inmutó. Y soltó algunas lágrimas en silencio. Le dolía ver a Gustavo así, pero todo fue culpa de si misma. - Solo jódete, ¡no quiero volver a verte! ¡Espero los zombis te coman!-

"¡Eres la maldita mascota de Louise, Vegas, eso es lo que eres!"

Apretando la mandíbula, Zoe se dio la vuelta y bajó corriendo la colina, la lluvia increíblemente pesada a su espalda. No miró a Gustavo, ni una vez, ni siquiera cuando estuvo abajo. Eso era todo. Gustavo la odiaba ahora.

Y por una buena razón.

°•°

- Quiero irme,- Tomás dijo quedamente, pensando que era Louise detrás de él y no Zoe, quien se quedó a unos centímetros detrás del Cerati menor. - No me siento seguro aquí. -

- ¿Cómo puedes no sentirte seguro aquí? ¡Este es el lugar más seguro que conozco!-

Al oír la voz de Zoe, Tomás se giró, apartando la mirada del rápido río debajo. Había una mochila a sus pies, y miró hacia el pequeño edificio tipo fábrica en la base de la colina. Louise estaba ahí, junto con otros sobrevivientes, gente que no tenía idea de lo que ella era capaz. Gente que no tenía idea lo que les haría. Las cosas que había visto, deseaba con desesperación no haberlas visto.

𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝 𝐈𝐬 𝐔𝐠𝐥𝐲 | 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚟𝚘 𝙲𝚎𝚛𝚊𝚝𝚒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora