𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝 𝐈𝐬 𝐔𝐠𝐥𝐲 | 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚟𝚘 𝙲𝚎𝚛𝚊𝚝𝚒

Espesor Escarlata

Había el sonido de un motor y no más. Algunas voces, pero ninguna que reconociera. 'Mmm' y 'shhh'. Después escuchó su nombre.

Y por lo que podía ver, bueno, mejor dicho, no. Literalmente no veía bsolutamente nada. Había algo sobre su cabeza, como una bolsa negra o algo, no lo sabía, no le importaba, solo le preocupaba salir de ahí con vida.

Con vida.

A juzgar por toda la situación, con la bolsa, los murmullos y las manos agarrando sus brazos, no creía que pasara pronto.

Charly tragó pesadamente, su corazón deteniéndose con cada sonido. Estaba nervioso, escuchando cualquier especie de pista de que se estaban deteniendo. Y después de lo que se sintió una eternidad, el vehículo empezó a detenerse poco a poco, y se detuvieron. Fue sacado del vehículo, una de las manos que agarraba su brazo era fuerte, apretaba y era firme, mientras que la otra era floja y un poco inseguro de su agarre. Por lo que pensó que probablemente fuera una chica.

Se reprendió a sí mismo. "Maldito sexista"

-¿Realmente tenemos que hacer esto?- Una voz a su derecha dijo, el dueño del agarre flojo, y si Charly no estuviera amordazado, habría gritado. "Esa voz..." Pensó.

- Sí. - La persona a su izquierda respondió.

Los ojos de Charly estaban abiertos en grande debajo de la bolsa. Tenía que volver con Gustavo, Bianca y Zoe, tenía que decirles que-  decirles...

Fue lanzado sobre algo duro, una mesa tal vez, y la bolsa fue arrancada de su cabeza. Estaba gritando detrás de la mordaza, sus ojos azules enormes apuntaron hacia el hombre, cuando la mujer lo golpeó antes de avanzar con una jeringa en mano.

El hombre lo mantuvo quieto mientras ella lo inyectaba con un raro líquido rojo escarlata o carmín, y seguía retorciéndose cuando se desmayó, con una cosa en mente:

Tenía que decirles que Daniel estaba–

°•°

Bianca no había tenido una vida clara desde 2012.

Bianca no se había sentido tan fuera de lugar desde 2012. Bianca no había querido estar a solas con tantas ganas desde 2012.

El 2012 fue horrible, por decir lo menos.

Y mientras Gustavo y Zoe se miraban con amor en el pequeño campamento enfrente a la fogata que habían hecho, se resignó a sentarse en el asiento copiloto del auto, con una capucha en la cabeza, piernas flexionadas incómodamente para poder descansar los pies sobre el tablero. Había robado el cuchillo de Zoe, y pasaba la hoja sobre su palma, el metal brillando a la luz de la luna que se reflejaba en ella.

Miró hacia afuera y los vio.

"Estan demasiado cerca... Aghh" Pensó, y apartó la mirada inmediatamente.

Estaba silencioso esa noche. Más silencioso de lo esperado, aún así. Le preocupaba que el campamento fuer a atraer a los zombis, pero hasta ahora, todo estaba bien, todo en orden. Seguía pensando en Charly y a dónde lo habían llevado. Lo buscaron por un rato, pero se rindieron cuando se dieron cuenta que no había rastros de él por ningún lado. Era peligroso buscar a alguien en estos días. Solo esperaba que Gustavo se diera cuenta.

- ¡La puta madre! - Se cortó con  el cuchillo, cortándose el pantalón y la piel del muslo. La sangre se acumuló muy rápido, abundantemente roja, y el dolor la recorrió. Lo hizo una segunda vez, rasgándose los pantalones, rasgándose la piel, y se mordió el labio inferior, cerrando los ojos con fuerza. Necesitaba sentir
algo, para asegurarse que no se estaba volviendo insensible.