Zombi-encuentro

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Louise encontró a Daniel desplomado en la esquina de la habitación, tan lejos del zombi como podía, y exhaló por la nariz antes de pararse a su lado. Estaba frustrada, por decir lo menos.

- Vamos.- Dijo. - Necesito tu ayuda.- Daniel negó con la cabeza, por lo que ella se agachó y colocó sus manos en sus brazos. - Daniel, por favor.-  Se encontró con silencio. - Pensé que estarías al menos agradecido.- Con cada palabra su voz se volvía más firme, al igual que su agarre. - ¿Sabes lo difícil que fue ir hacia una horda de zombis y arrancarlo de su agarre? La arreglé para ti, la mantuve, esperando poder encontrarte y reunirlos. ¿Y tú ni siquiera vas a decirme gracias?- Sus manos fueron hacia su cuello, obligándolo a mirarla. - Bien, entonces. No te importará si solo la dejo ir -

- ¡No! - Gritó. Temblaba lanzando miradas entre el zombi -no su novia muerta- y Louise. - Por favor... no... no...- Cruzó miradas con la zombi, y pareció quedarse quieto, calidez llenando sus ojos. Si no estuviera tan podrida, se habría confundido creyendo que su novia estaba de vuelta.

Se quitó las manos de ella de encima y se puso de pie, acercándose a la jaula en la que estaba la zombi, anormalmente tranquila. Lo estaba mirando de cerca, con cuidado, por razones desconocidas. Era raro.

-¿No puedes, como... revertir el proceso?- Susurró, a treinta centímetros de la jaula.

-No, Daniel. Está demasiado podrida.- Louise respondió, enderezándose. - Está demasiado muerta. Su corazón ni siquiera late. Logré prolongar el proceso de pudrición, pero más allá de eso...-

- Creo que puedo hacerlo...- Estiró la mano, apretando los dedos contra los barrotes, esperando que una mano lo agarrara. Pero ninguna mano llegó. En su lugar, la zombi presionó su propia mano al mismo barrote, copiando a su antiguo novio. - Yo puedo hacerlo. Yo creé el virus en primer lugar, apuesto a que puedo -

- Disculpa, ¡¿qué?!-

Él sonrió. - Mi padre era un neurobiólogo. Estaba completamente metido en el sistema nervioso, cerebros y esas cosas. Estaba en un departamento que casi tenía la cura para varios cánceres de cerebro y esas cosas, y yo era su aprendiz. Y juntos creamos esta cosa que creímos podría ser una cura, algo así como las vacunas funcionan, ¿Entiendes? -  Silencio de parte de Lindsey. - Y entonces se lo inyectamos a alguien con cáncer, un voluntario, y esperamos que funcionara. Pero veinticuatro horas después, estaba muerto. Y pensamos, mierda, ¿qué pasó? Y luego estaba vivo veinte minutos después, todo pálido, gruñendo y con ojos blancos, y lo contuvimos al instante. Mi padre pasó años estudiando el cerebro, lo cual parecía ser lo único que lo mantenía, Y luego un día lo mordió, y al día siguiente era uno de ellos, y... y... -

- Entonces esto... todo esto.. lo que en verdad es el fin del mundo... ¿es tu culpa?-

Daniel asintió. - Sí, -  susurró. Hubo silencio de parte de Louise y también una mirada de ¿odio?, así que continuó. - Si tú puedes convertir a Ray en un extraño híbrido de vampiro, entonces yo puedo revertir los efectos de la mordida de zombi. Debería ser fácil.-

- Si es tan fácil, ¿entonces por qué nadie lo ha hecho aún? -

- Porque nadie es yo.-

°•°

Podía olerlos. Se habían ido hace varias horas, y la lluvia había desvanecido la mayoría de su rastro, pero podía olerlos.

Se quedaron en la estación de gasolina por un tiempo, lo sabía, ¿probablemente una hora? No fue mucho tiempo. Tal vez no tanto como pensaba. No importaba. Mientras todavía pudiera olerlos, y sí podía, aunque solo ligeramente.

Aunque los encontraría pronto. Tenía que.

°•°

Bianca y Gustavo estaban dormidos, pero habían terminado afuera de una casa, y Zoe estaba aburrida. Estaba nerviosa y no podía dormir, aunque quisiera se supone que estaba de vigilancia, aunque no estaba haciendo un muy buen trabajo, mirando todo excepto lo importante.

𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝 𝐈𝐬 𝐔𝐠𝐥𝐲 | 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚟𝚘 𝙲𝚎𝚛𝚊𝚝𝚒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora