𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝 𝐈𝐬 𝐔𝐠𝐥𝐲 | 𝙶𝚞𝚜𝚝𝚊𝚟𝚘 𝙲𝚎𝚛𝚊𝚝𝚒

"Últimas Palabras Famosas"

Gustavo había tomado una decisión. Tan estúpida como era, no quería odiar más a Zoe. No sin una clase de explicación. Claro, mató a su hermano, pero, aun así, pudo haber sido un accidente, ¿cierto? Y al menos había tenido la decencia de enterrarlo... ¿Verdad?

Negó con la cabeza, llegando al inicio de la colina. Se encaminó hacia el auto, en el que Charly y Bianca estaban, la última bien dormida y el primero mirando a Bianca con ojos deseosos de sangre. Gustavo suspiró y abrió la puerta (lo que hizo a Charly brincar), sacudiendo a Bianca para despertarla.

- ¿Qué, ahora qué? Mi primera siesta decente en meses y... – se talló los ojos, mirando a Gustavo. - Oh hola, Gus. ¿Qué pasa?-

- Probablemente no es buena idea dormir con un vampiro en el asiento trasero, ¿no?- Respondió, y Bianca miró detrás de ella.

- No soy un vampiro.- Charly protestó. - Aún tengo conciencia.-

- Eres una cosa rara que da más miedo que 10 llamadas perdidas de tu mamá, eso es lo que eres.- Bianca se giró de nuevo hacia Gustavo. - Sí, qué-

-¿Has visto a Zoe?- Interrumpió.

Charly respondió por ella. - Fue adentro.- Señaló con el pulgar hacia el edificio, en el que Zoe y Louise estaban peleando. - Louise la encontró.-

Sin decir otra palabra, Gustavo tomó la espada samurái del tablero y corrió hacia el edificio, abriendo las puertas de golpe e ignorando los gritos detrás de él. Gritó el nombre de Zoe mientras corría por los pasillos aparentemente infinitos, abriendo puerta tras puerta, finalmente llegando al laboratorio. Intentó entrar, pero estaba cerrado, puertas de acero bloqueaban su camino, y golpearlas con el hombro no iba a hacer una diferencia, estaba seguro que ya tenía moretones. Así que se conformó con gritar el nombre de Zoe, quien tenía que estar adentro.

Y con certeza, hubo un clic en la cerradura, y una de las puertas se abrió, revelando a una Zoe manchada de sangre y a una inconsciente, sino es que muerta, Louise.

°•°

Daniel estaba llorando. Otra vez.

Estaba cansado de llorar, pero no es como si pudiera evitarlo. Ya no se sentía vivo. Desde que el virus lo había atacado y había bebido algo del suero que había estado medio probando, se sentía como un fantasma. Tal vez era un fantasma. Eso sería agradable. Diferente. Algo así.

Danna-Zombi lo miraba desde los barrotes de su jaula, gruñendo quedamente mientras se acercaba más y más. Solo había una forma de probar su fantasmal aspecto. Solo había una forma de poder probar si estaba realmente vivo o no...

Abrió la jaula y entró en esta, estirando su destrozada mano sin vendaje como una especie de advertencia. "Quédate atrás". La zombi no se movió, solo miraba tontamente a Daniel rodearlo. Daniel sonrió, envolviendo en sus brazos al zombi, imaginando su carne podrida como la piel suave y clara de Danna.

"Te amo," susurró, cuando el zombi enterró sus dientes en su cuello.

Era un zombi, no sabía hacer algo mejor. No podría traer a Danna de vuelta. Solo tenía que vivir - o morir - con ese hecho.

°•°

-¿Qué ha pasado?- Gustavo preguntó, mirando entre Zoe y Louise, quien estaba gimiendo débilmente con un cuchillo en su estómago.

-Ella me atacó. Le di pelea.- Se encogió de hombros, antes de acercarse y patearla en la cara, rompiéndole la nariz. La sangre brotó de esa zona, y le sacó el cuchillo del estómago, estirando una mano a Gustavo para que le diera la espada.