Capitulo Diez.
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SUS DEDOS rozaban suavemente el collar tan distinguido del Clan Volturi, aquel que le fue entregado ni bien fué convertida y el cuál generaba temor y sublimación a todo quién lo veía sobre su pecho. Pero lo había despojado de allí, ya era hora de hacerlo.
— Tal vez el nuevo no posea un precio tan costoso como aquel, pero sí una señal de distinción y gentileza... Pero sobre todo, de libertad.
Carlisle se encontraba de espaldas a ella, sosteniendo entre sus manos una delicada gargantilla que poseía el emblema de su familia. La misma era sumamente delicada y portaba en el centro los rasgos compartidos por sus portadores; un león se alzaba en el medio, significando la ferocidad del Clan Cullen y su destreza en la caza; la pequeña mano sobre el da a entender su lealtad, y los tréboles de abajo pretenden representar su inmortalidad sagrada.
Dahlia recogió su cabello con una mano mientras su compañero posaba dicho emblema alrededor de su delicado cuello.
Una vez más la joven vampiresa quedaba sentenciada como una miembro del tan distinguido clan de inmortales, dejando atrás aquella sádica e incontrolable etapa de descontrol y sadismo.Sintiendo la frialdad del emblema posado sobre su pecho, sujetó con firmeza aquel collar tan significativo para toda su raza, objeto que muchos lo veían con odio y otros con respeto, y con mucho cuidado, como si del material más delicado se tratase, lo guardó en uno de los cajones del mueble frente a ella.
— Es suficiente para mí... Teniendo esto— dijo ella, tomando entre sus manos la gargantilla que colgaba de su cuello— me siento más poderosa que nunca.
— ¿En serio?— preguntó él, mientras se acercaba más a la vampiresa, tomando sus manos suavemente al tiempo que sus ojos se mantenían sincronizados, como las agujas de un reloj.
—En serio... Aunque... — dudó, corriendo su vista hacia el suelo momentáneamente.
—¿Qué?— preguntó él, expectante a sus palabras.
— Quiero el anillo.
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— De esa forma lograba ocultarse de tus visiones, jugaba contigo — decía Dahlia.
Los días habían pasado y Bree Tanner comenzaba a sincerarse más con los vampiros, abriéndose poco a poco a contar sobre su pasado y las situaciones por las que tuvo que pasar.
La neófita era una chica de tan solo dieciséis años, de cabellera larga y oscura como la madrugada, medía un poco más que Alice, convirtiéndola en la segunda más bajita de aquel Clan.
Según Dahlia, Bree era una simple adolescente con actitudes de adolescente, alguien dulce pero retraída; cuando tomaba confianza lograba hablar con una fluidez indescriptible, generando que la conversación nunca acabase y sus pequeñas acciones, cargadas de timidez y poco conocimiento sobre la vida, hacian a los inmortales sonreir con ternura, viéndola como lo que era, una pequeña atrapada en una triste vida con un desenlace poco acogedor.
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Princesa || Carlisle Cullen ¡PAUSADA!
Vampiro°★ ¿Puede el sometimiento y la avaricia apagar el alma de una niña? °★ La oscuridad ocultaba muchos monstruos en aquel siniestro lugar, ella lo sabía ya que podía oír a las víctimas de estas inhumanas bestias sufrir ante sus daños y maldades. °...