— ¡Más furia! — grité —. ¡Eso no es suficiente, quiero oír tu rugido y que me asustes!
Aang estaba entrenando mejor que en días anteriores, pero aún se encaminaba con miedo y temor cada vez que lanzaba una llamarada o hacía alguna técnica. Sabía que en el fondo él podía ser un excelente Avatar y que derrotaría a mi padre, pero también era consciente de que él no quería llegar a la violencia. Mi padre haría todo lo contrario, atacaría con mucho odio y trataría incluso de asesinarlo. Sabía que debía evitarlo, y lo mejor que podía hacer por Aang era forjar su carácter con la intención de hacerlo un roble, lo suficiente como para no tener piedad en caso de requerirlo. De repente, Aang hizo un rugido fuerte que despidió una gran flama de fuego en el aire, lo cual me hizo sentir más orgulloso que al principio.
— ¿Quién quiere un poco de jugo de sandía bien helado? — Katara interrumpió, y Aang, sin pensarlo, se fue por la bebida.
— Hey, aún no hemos terminado — le dije, molesto —. Tenemos sólo 3 días antes de que el cometa llegue y aún no están pulidas todas tus técnicas.
— Lo sé, es solo que... — se detuvo y no dijo nada más, sabía que estaba ocultando algo.
— ¿Qué ocurre?
— Estuvimos hablando, y creemos que deberíamos atacar después de que el cometa pase. Aang no está listo y el tiempo que nos queda disponible es muy corto — Katara parecía muy segura de su plan.
— ¿Es una broma, cierto? — fruncí el ceño, disgustado — Para cuando el cometa pase mi padre ya habrá destruido todo a su paso, y habrá esclavizado al resto de pueblos que le queden por gobernar. Será entonces inútil hacer algo.
— Pero no estoy listo, y aún estamos lejos de la Nación del Fuego.
— Si Aang enfrenta al Señor del Fuego, perdería — Sokka trató de empatizar con el menor.
— No lo entienden, las cosas se pondrán peor que antes si esperamos. Cuando mi padre me permitió volver a su casa, me convocó a una reunión en la cual estaban planeando una invasión a Ba Sing Se durante la llegada del cometa. Traté de enfatizar que la gente del Reino Tierra era fuerte y llena de esperanza, por lo que derrotarlos sería difícil, pero mi hermana sugirió tomar la esperanza de todos y las tierras faltantes y llevarlas hasta las cenizas. Mi padre pensó que era un excelente plan, pero en realidad era uno terrible. Quise quejarme en contra de eso, pero me avergüenza decir que no lo hice. Toda mi vida luché por el amor y la aceptación de mi padre, pero cuando lo tuve, me di cuenta de que yo mismo me había perdido, olvidé quién era.
— No puedo creerlo — la maestra agua al fin parecía entender la gravedad de la situación.
— Siempre supe que el Señor del Fuego era malo, pero su plan es muy macabro — añadió Sokka.
— ¿Qué voy a hacer yo? — Aang se notaba tenso, como si ahora todo lo que había planeado fuese solo un plan destinado al fracaso.
— Sé que tienes miedo, y sé que no estás listo para salvar al mundo, pero si no derrotas al Señor del Fuego antes de que llegue el cometa, ya no podrás salvar a nadie.
— ¿Y por qué no me dijiste antes sobre el malvado plan de tu padre? — expresó molesto.
— No creí que fuese necesario comentarlo, ya que pensaba que lo enfrentarías antes de la llegada del cometa. Nadie me dijo que ibas a esperar.
— Esto está mal, esto está... muy mal — se alejó de nosotros en busca de resoluciones.
— Aang, no tienes por qué enfrentarlo solo, de hecho, no lo harás — Katara se unió.
— Así es, si lo enfrentamos juntos tendremos una oportunidad — Toph dijo entusiasmada.
— ¡Eso es! El equipo Avatar está reunido nuevamente — Sokka estaba orgulloso de ello.
— Ah — bufó el menor —, enfrentar al Señor del Fuego será lo más difícil que hayamos hecho juntos, pero no quisiera hacerlo de otra forma.Después de haber acordado el nuevo plan, decidimos que el padre de Sokka y Katara, así como los niños que nos acompañaban, se refugiarían durante el enfrentamiento y nos ayudarían desde otro punto. Por otro lado, acordamos que viajaríamos a la Nación del Fuego y enfrentaríamos a Ozai juntos. Eso tal vez implicaría atacar a Azula, quien seguramente no dejaría solo a mi padre en esto. Pero lo primordial ahora era salir de la Isla Ember y encaminarnos a nuestro nuevo destino.
Aang y yo tuvimos un entrenamiento más antes de partir, en donde por fin demostró un mayor compromiso con la causa y que, aunque no estaba del todo listo, tenía bien manejado el tema de la furia como un medio de ataque.
— Aang, hay algo que no te he enseñado, pero que debes conocer antes de enfrentarte a mi padre, y eso es desviar un rayo. Es una técnica que te será útil y que, si la ejecutas bien, podría ayudarte a vencer. Si dejas que la energía de tu cuerpo fluya, la electricidad la seguirá. Pones la energía de tu oponente en su contra — le mostré los movimientos que tenía que ejecutar con ambas manos a modo de que entendiera cómo debía controlar esa electricidad al recibirla y al arrojarla de regreso.
— ¡Es como agua control! — empezó a imitarme.
— Exacto. Mi tío inventó esa técnica evaluando a los antiguos maestros agua.
— Y dime algo, ¿has desviado los rayos antes?
— Una vez, contra mi padre. Es muy estimulante, pero aterrador. Te sientes poderoso con toda esa energía corriendo por tus venas, pero sabes que si haces algo mal... es el fin. Debes tomar la vida del Señor del Fuego antes de que él tome la tuya.Aang lucía nuevamente pensativo, así que le di unas palmadas en el hombro y le dediqué una sonrisa de complicidad. Era consciente de que esto era una carga muy grande para alguien tan joven, pero él era el único que podía asestar el golpe definitivo que detendría a mi padre. Aang sabía eso también, solo le hacía falta confiar más en sí mismo.
Cuando el entrenamiento terminó, decidí ir a tomar un momento en mi habitación y relajarme. Habían ocurrido muchas cosas ese día, y aunque el sol aún estaba en el horizonte, sentía que quería irme a dormir. Sin embargo, cuando estuve a punto de tirarme en la cama, la voz de Sokka me interrumpió de golpe.
— ¡Ahí estás! Oye, estoy planeando que, dado que no contamos con mucho tiempo, debemos ejecutar un simulacro de nuestro plan de ataque al Señor del Fuego. Será solo un ensayo, ¿qué dices?
— ¿Ensayo?
— Sí. Les diré a todos cuál es mi plan de ataque, en qué posiciones deberán estar, cómo atacaremos y el orden en que lo haremos.
— Espera, ¿planeaste todo eso en este tiempo?
— Por supuesto. Parte de ser la mente maestra del equipo es planear las cosas en cuestión de segundos.
— Bueno, tardaste tal vez 3 o 4 horas, en realidad.
— ¡Oye! Al menos tuve una buena idea.
— Está bien, solo dame un par de minutos para descansar.
— Creí que el Señor del Fuego no descansaría hasta vernos destruidos, y que no tendría piedad si le pedíamos tiempo — mordió su labio, mientras se acercaba un poco mas hacia mí.
— Eres un... — mordí mi labio por lo divertido y audaz que había sido de usar mis palabras en mi contra, y aunque mi reacción natural anterior habría sido empujarlo y tener una batalla, lo jalé de la ropa y le di un beso en los labios, el cual fue correspondido.
— Lo sé, pero admite que te ha gustado — dijo al separarnos —. Entonces, ¿me ayudarás?
— Bien, pero después exigiré un descanso largo.
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Como una chispa | Zukka
FanfictionVengo de una nación que es más grande que cualquier otra, donde nos enseñan a destruir a quienes no siguen al rey Ozai; sin embargo, nunca me enseñaron qué hacer cuando el fuego en mi corazón crece a medida que me enamoro de alguien, es como una chi...