Descifra mi corazón.

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Ambos empezamos a reír entre jadeos por el esfuerzo de haber peleado de esa forma tan divertida. Me sentí tan lleno de vida que apoyé mis manos sobre mi cara para tranquilizarme por tanta euforia. De repente, reinó un pequeño silencio y ambos nos miramos aun jadeando ligeramente. Sokka parecía muy feliz con todo lo que había ocurrido, y yo también. Incluso las frutas que había colectado estaban esparcidas por el suelo, y la trampa seguía inmóvil. De repente, Sokka se puso un poco serio y eso se me contagió.

— ¿Qué pasa? — pregunté.

— ¿Alguna vez has sentido que quieres a alguien más de lo que imaginabas? — su pregunta hizo que mi corazón se acelerara, casi explotando.

— ¿Por-por qué la pregunta? — dije extrañado.

Sokka se acercó a mí y, de repente, me besó. Me quedé petrificado mientras procesaba lo que acababa de ocurrir. Tenía sus labios pegados a los míos y no pude corresponder, pero al final una energía me hizo hacerlo. No supe cuánto tiempo duró, pero fueron unos segundos antes de que él se separara. Abrí los ojos y noté que estaba muy nervioso y asustado. Yo también me sentía avergonzado y ambos desviamos la mirada.

— L-lo siento, amigo, no sé qué pasó, y-yo... — estaba muy nervioso.

— Está bien, no pasa nada — traté de calmarlo, aunque yo estaba más nervioso que él.

— Seguro pensarás que soy una horrible persona. Es decir, acabamos de recuperar a Suki y ahora estoy aquí... haciendo esto. Qué vergüenza.

— Admito que estoy confundido, creí que la querías mucho.

— ¡Lo hago! Es solo que...

— ¿Que...?

— Esto es igual de extraño para mí, ¿sabes?

— Te comprendo, en serio — le consolé —. Podemos... pretender que no ocurrió.

— ¡Es una excelente idea! Finjamos que esto no pasó.

— Bien, será nuestro secreto.

De repente, escuchamos un sonido entre los árboles. Ambos nos escondimos en un arbusto cerca de la trampa. Casi podía jurar que escuchaba su corazón latiendo tan fuerte como el mío, y eso me hizo palidecer aún más.

Un rino no tan grande llegó de repente a la soga y el mecanismo se activó. Había funcionado, lo cual me hizo emocionar, a la vez que me sorprendió que pudiese soportar a un animal de semejante magnitud. Sokka también se veía muy feliz de darse cuenta que su plan había resultado bien. Me miró con alegría y alzó ambos brazos en señal de victoria. Yo le seguí el juego y festejé junto a él.

Más tarde, nos encargamos de llevar todo con dificultad. Sokka había traído un vehículo que había construido para arrastrar animales de gran tamaño, o muchas cosas pesadas. Ambos platicamos un poco sobre mi pasado en ese lugar, y lo felices que habíamos sido mi hermana y yo ahí. Sokka parecía sorprendido de saber que alguna vez ambos habíamos sido tan unidos, pero eso ya era parte del pasado. Ahora no teníamos nada. Al menos yo ya tenía amigos con los cuales convivir. De repente, Sokka me dio un pequeño golpe en el hombro en señal de compañerismo, y le sonreí.

El resto de la tarde y de la noche nos ocupamos de cocinar todos en unidad, y cuando la cena estuvo lista, comimos entre risas y diversión. Al fin las cosas empezaban a pintar bien entre ambos, por lo que me sentí muy dichoso. Sokka tuvo que pretender mucho frente a su novia, aunque noté que ya no estaban tan unidos como el día anterior, como si algo hubiese cambiado, y me hacía cuestionarme si eso tenía algo que ver conmigo.

Para el final del día, ambos ya no estaban juntos, y Suki parecía un tanto incómoda con la relación que había entre todos, como si ella ya supiera lo que había pasado. Sentí entonces un revoltijo en el estómago que me indicaba que era consciente de lo que Sokka había hecho conmigo, y que ahora seguramente vendría conmigo a reclamarme por haber hecho algo como eso con su novio. En realidad, yo no tenía la culpa, ya que Sokka había sido quien había buscado besarme en primer lugar, pero tampoco hice nada para frenarlo. Miles de pensamientos se cruzaron por mi cabeza antes de que pudiera levantarme al fin del suelo y entrar a la cabaña.

— Bien, hay tres habitaciones, las cuales tienen una cama por habitación, así que considero que debemos dividirnos de la siguiente manera: la habitación principal, que es la más grande, tendrán que usarla los chicos, mientras la segunda habitación será para las chicas. La tercera habitación será para los más pequeños y para nuestro padre — Katara actuaba como una madre en todo su esplendor —. ¿Alguna duda?

— Tengo una duda — preguntó Sokka —, ¿eso significa que compartiremos cama?

— Eso decídanlo ustedes, solo son tres, pueden hacerlo.

— Yo preferiría dormir con los chicos, creo que aún soy joven para estar compartiendo habitación con los mayores — Aang lo estaba haciendo con toda la intención de dejarme solo con Sokka, y me molesté por ello.

— Si así lo quieres... — Katara no mostró objeción ante ello.

Todos estuvieron de acuerdo con Katara y fueron a sus respectivas habitaciones. Yo me quedé inerte en mi habitación, junto a Sokka. Podía sentir la tensión en el ambiente y el silencio que imperaba entre ambos. Las cosas se habían alterado, y no sabía cómo volver a esa paz que teníamos antes, o cómo actuar con naturalidad. Era difícil actuar como si nada hubiese pasado.

Como una chispa | Zukka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora