Como una chispa | Zukka

El dragón danzarín.

Estuvimos atrapados un largo periodo de tiempo a la compuerta hasta que la noche llegó. Ambos estábamos igual que al principio si no es que peor, pero al menos podíamos respirar. El líquido verde había cesado su intenso ataque y ahora podíamos estar más relajados. Al menos yo estaba más que humillado por la situación, así que me mantuve callado y sereno toda la tarde hasta la noche.

— ¡Tenías que tomar el huevo brillante, ¿no? ¡Magnífico! — se quejó al fin.
— ¡Por lo menos hice que pasara algo! — dije molesto —. Si fuera por ti ya estaríamos en el jardín.
— ¡Ayuda! — gritó de repente.
— ¿¡A quien le estás gritando!? Está claro que aquí no hay nadie.
— Bueno, ¿que hacemos ahora, Zuko?
— ...¿pensar en que estamos solos? — no sabía en realidad qué hacer.
— ¿Quién está ahí? — dijo de repente una voz.

Fuimos encontrados por el jefe de lo que parecía una tribu del lugar. Él nos liberó de la trampa al poco tiempo y nos ayudó a quitarnos los restos del líquido viscoso. Trajo a muchos maestros fuego consigo que estaban vestidos igual que él. Nos miraban, determinados seguramente a hacernos pagar por haber activado sus trampas.

— Serán castigados por intentar robar nuestra piedra solar — dijo molesto.
— No queremos tomar su piedra solar — indiqué —, vinimos buscando el origen de todo fuego control.
— Si, claro — arremetió uno de los de la tribu —. Son ladrones que vinieron a robar nuestros tesoros.
— Por favor — interrumpió Aang —, normalmente no recurro a esto pero, soy el avatar. Sólo escuchenos.
— Mi nombre es Zuko, heredero de la nación del fuego, o al menos solía serlo. Sé que mi gente ha distorsionado el fuego control para que fuera alimentado de ira y rabia, pero ahora quiero aprender el verdadero camino, el original. Cuando llegamos aquí nunca imaginé que la civilización del guerrero del sol vivía secretamente, me honra estar en su presencia. Por favor, enseñenos — dije con solemnidad.
— Si desean conocer los caminos del sol, ustedes deben aprender de los maestros Ran y Shaw. Cuando se presenten ante ellos los examinarán, leerán sus corazones, su alma y su ascendencia. Si estiman que valen la pena, ellos les enseñaran, en caso contrario los destruirán en el lugar.

...

A la mañana siguiente, Aang y yo nos preparamos para ir en busca de los maestros del sol. Era nuestra única oportunidad de aprender el verdadero fuego control y no pensaba en desperdiciar esa oportunidad de ninguna forma. Ambos caminamos hacia el punto de encuentro con el jefe de la tribu y él nos volvió a indicar instrucciones para poder llegar a los maestros y ser recibidos por ellos.

— Si van a ver a los maestros, deben traerles un poco de la llama eterna. Éste fuego — señalando una llamarada enorme tras de él — fue el primero de todos. Fue entregado a los hombres por los dragones. Lo hemos mantenido vivo por miles de años.
— No puedo creerlo... — me sorprendí.
— Cada uno tomará un poco para los maestros, para demostrar su compromiso al sagrado arte del fuego control.
— Señor guerrero del sol. Aún no soy maestro fuego. ¿Mi amigo podría llevar mi fuego?
— ¡No! Este ritual ilustra la escencia de la filosofía del guerrero del sol. Deben mantener un calor constante. La llama se apagará si la hacen muy pequeña. Si la hacen muy grande podrían perder el control.
— Lo siento, sólo estoy un poco nervioso — el jefe extrajo una llamarada para cada uno del fuego eterno y nos lo entregó. Aang ahora parecía menos nervioso al notar que la llama no se había apagado —. Es como un suave palpitar.
— El fuego es vida, no sólo destrucción. Llevarán sus llamas hasta allá arriba — señaló unas rocas paralelas a lo lejos —. La cueva de los maestros está bajo esa roca.

— ¿Y qué pasó después? — interrumpió Sokka nuestro pequeño relato.
— Llegamos a un templo en donde nos advirtieron que Zuko y yo éramos responsables de la extinción de los dragones, y que no esperáramos mucho. Tomaron parte de nuestras dos llamadas y las usaron en un ritual.
— En algún momento él — refiriéndome a Aang — quería rendirse e irse, pero yo sabía que necesitabamos ese juicio para mejorar nuestro fuego control, así que permanecimos mientras el ritual se realizaba. Subimos hasta la parte más alta del altar y ofrecimos nuestro fuego a los maestros, que -
— ¡Eran dragones! — Aang interrumpió nuevamente — Y por la sorpresa nuestras llamas se apagaron. Pero ofrecimos algo a cambio.
— Un baile que resultó ser útil después de todo — admití.
— ¿Un baile? ¿Es en serio? — Toph parecía que quería reírse.
—El mismo que aprendimos al principio, donde estaba la trampa en la que caímos.
— Los dragones nos observaron directo a los ojos y nos envolvieron en un fuego de muchos colores distintos, que eran tan lindos y diversos. Después se alejaron a sus cuevas.
Ahí entendí que mi tío había mentido, después de todos estos año. Había protegido a los dragones y había aprendido sus técnicas. Por eso era tan buen maestro, porque todo lo que sabía venía de la fuente de origen — sonreí al pensarlo.
— Creo que ahora entendemos que el fuego se lleva por motivaciones y por deseo. Y gracias a eso, ahora podemos hacer fuego control y estamos listos para atacar a Ozai — aclaró el menor.
— Sí, lindo baile el que aprendieron — interrumpió Sokka.
— No es un baile, es una forma de fuego control — añadí.
— Bailaremos tap para vencer al señor del fuego.
— Es una forma sagrada que tiene miles de años de existencia — me molesté.
— ¿Ah, si? ¿Y cómo se llama tu gran método? — Katara me miró incrédula.
— El dragón danzarín...— admití avergonzado.