Capitulo IV

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Carlos

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Carlos

Las gotas caían una detrás de otra. Llovía como si no hubiese un mañana. Estaba todo oscuro, ya que era de noche. Miré a Abril. Miraba hacia arriba con una sonrisa. Estábamos los dos empapados.

Acerqué mis manos a sus mejillas, haciendo que ella mirara hacia mí. Los dos sonreímos mientras nos acercábamos el uno al otro cortando las distancias. No quedamos a centímetros del uno al otro, solo se escuchaban las gotas caer y nuestras respiraciones mezclarse.

Noté cómo ligeramente, Abril miraba a mis labios y luego otra vez a mis ojos. La imité bajando mi mirada a sus preciosos labios, pensando en cómo sabrían. Si serían suaves... Y entonces, en un ligero movimiento, junté sus labios con los míos.

Ella se quedó quieta, sin reaccionar, y al separarme tenía una expresión seria.

— Carlos — dijo.

No entendia nada.

- Carlos.

- CARLOS.

Algo frío que cayó directamente en mi cara me despertó de golpe. Abril estaba delante de mí con un vaso en sus manos y partiéndose el culo.

- Te la debía — rio y se intentó escapar cuando me levanté.

La sujeté del brazo y me la pegué, haciéndole cosquillas. No paraba de reír. Se tiró al suelo removiéndose e intentando zafarse de mi agarre.

- ¡Para! ¡Para por favor! — casi no podía respirar de la risa.

Pare y me quedé mirándola. Ella jadeaba sin parar mientras sonreía.

- Te la devolveré — amenazó.

- ¿Si? Inténtalo — me burlé y la ayudé a levantarse.

Me giré y cogí la camiseta para ponérmela cuando sentí unas manos en mi cuello haciéndome cosquillas. Abril se rio por mi cara y salió corriendo. Imite su acción y corrí tras ella mientras me intentaba poner la camiseta.

Bajé las escaleras hasta llegar a la cocina donde ella ya se había sentado y su madre servía el desayuno.

- Carlos, buenos días — mi madre se acercó a darme un abrazo.

- Buenos días, Mama — miré a Abril que intentaba tapar su boca para no reírse.

Me dirigí a la mesa y me senté enfrente de Elena, su amiga, que nos miraba a los dos confundidos. Note que Abril le susurraba algo y ella sonto una risita.

Abril me sacó la lengua cuando la miré, haciendo que negara con la cabeza. Me comí el desayuno en silencio, ya que las chicas hablaban y no quería molestar. Me dio tiempo para ponerme a darle vueltas a lo que había soñado.

Abril era mi mejor amiga, y nada más. Pero ese estúpido sueño me hizo dudar. ¿Por qué iba yo a soñar que besaba a mi amiga?

Deje de darle vueltas cuando recordé que pronto tendría que hacer las maletas para irme después de comer, así que cuando terminé me despedí y subí al cuarto. No traje muchas cosas, ya que me iba a quedar poco, así que en unos minutos ya tenía todo metido en la maleta y la cerré para darlo por terminado.

𝐀𝐋𝐋 𝐓𝐎𝐎 𝐖𝐄𝐋𝐋 - Carlos AlcarazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora